lunes, 24 de agosto de 2015

Investigadores de la UGR recuperan 5 variedades de tomate desaparecidas granadahoy.com

El proyecto pretende dar valor al cultivo autóctono, así como protegerlo y dinamizarlo
LAURA MARTÍN GRANADA | 
Cuatro de los componentes del equipo de investigación.
Los tomates pasan por diversas pruebas a lo largo de la investigación.

El tomate granadino está de enhorabuena. Concretamente cinco de sus variedades; el Huevo de Toro, el Corazón de Cabrito, el Rosa, el Caqui y el Ortega. Miembros de Graeco, Salvemos la Vega, el Seminario de Estudios Gastronómicos y Enológicos (SEGE) e investigadores de los departamentos de Nutrición y Bromatología y Edafología Química Agrícola de la Universidad de Granada se han unido con un mismo fin: recuperar estas variedades autóctonas y darles el valor que se merecen. 

Pese a ser un equipo bastante amplio, son tres los investigadores sobre los que recae el mayor peso del estudio. María Luisa Lorenzo, Eduardo Ortega y Manuel Cala llevan algo más de un año trabajando en este proyecto que pretende recuperar ya no solo la riqueza económica que proporcionan estos tipos de tomate, sino la riqueza ambiental y social. 

El proceso se ha llevado a cabo desde el principio. "Hemos buscado la semilla; hemos estado con los agricultores; hemos analizado las tierras, el agua, los residuos y el producto acabado", señala Manuel Cala, ingeniero agrónomo y presidente de Graeco. La finalidad de la investigación es comprobar las características de las cinco variedades de tomate y darles un valor añadido. 

Estos tomates están sujetos a muchas pruebas. "Vamos a caracterizar el dulzor, el color, la dureza, el peso, el PH y la conductividad", especifica Eduardo Ortega, profesor titular de Edafología y Química Agrícola. Estas variedades se tipificarán físico-química y organolépticamente; o lo que es lo mismo, se estudiarán tanto sus características generales como sus características sensoriales (dulzor, jugosidad...). 

Seguido del análisis exhaustivo, un panel de cata analítico. María Luisa Lorenzo es la jefa del Panel de Cata del SEGE. "El papel que estamos haciendo desde el SEGE es como un consejo regulador de una denominación de origen en el que se protege, garantiza y promociona este producto. Esto no es una denominación de origen, pero sí un sello de calidad", explica María Luisa que, además, afirma: "ya hemos constatado perfectamente que el sabor y la jugosidad de estas variedades de tomates no tiene nada que ver con lo que hay en el mercado. En cuanto el consumidor sepa eso, ellos también van a preferir esos tomates". Y es que la pretensión no es solo la recuperación y comercialización del producto a empresas, sino también el consumo en el lugar de producción, es decir, en Granada. 

Este aún es un estudio joven, aunque ya se han podido constatar resultados importantes. "Hemos descubierto cuál es el valor real de estos productos y, además, la singularidad de estos tomates. Por ejemplo, la forma del Corazón de Cabrito es totalmente irregular y puede rechazarse a no ser que se expliquen sus características y así poner en valor esta variedad", asegura Manuel Cala. El hecho de que este gran número de instituciones de prestigio desarrollen esta investigación hace que el estudio torne a un aspecto más científico y, así, facilite que los productores se convenzan del valor de estos tomates y comiencen a usarlos. 

La variedad autóctona de la Vega de Granada es muy amplia y de una gran calidad. El aspecto de la hortaliza no es el factor más importante ni mucho menos esto conlleva un buen sabor. El gusto y la jugosidad de los tomates granadinos es suficiente motivo como para apostar por ellos.

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