El actual regidor ha ganado por novena vez consecutiva las elecciones municipales y alcanzará los 32 en el cargo
Su mayor satisfacción es contar con el respaldo de sus vecinos y el hospital es su penúltimo reto como gestor
Ha pasado ya tanto tiempo que muchos jóvenes roqueteros no tienen noción de otro alcalde en su municipio. Corría el año 1995 y un ya experimentado agricultor y empresario de Albuñol (Granada, 1944) se convertía en alcalde de Roquetas de Mar. Hoy, 28 años después, no se entiende el fulgurante crecimiento a todos los niveles de esta ciudad de la comarca del Poniente almeriense sin mencionar a renglón seguido el nombre de Gabriel Amat Ayllón que sigue haciendo historia tras ganar sus novenas elecciones municipales de manera seguida. Roquetas y Amat, Amat y Roquetas llevan de la mano casi tres décadas.
–Ha vuelto a ganar las elecciones municipales en Roquetas de Mar y ya se convierte en uno de los alcaldes más longevos tras la retirada de históricos como José Berruezo y José Segura en el Almanzora. ¿Qué siente?
-Una cosa es ser alcalde de un municipio de menos de mil habitantes y otra es serlo de un municipio de 107.000 habitantes como es Roquetas de Mar. En un Ayuntamiento grande es muy difícil conocer a todos tus vecinos porque te viene gente de no conoces y no sabes qué ideas tienen y no han vivido el desarrollo de Roquetas. Como ejemplo, en 2022 aumentamos el padrón y en dos mil y pico habitantes de otros lugares de España y no han conocido el devenir de este municipio. No saben lo que hace el Ayuntamiento para darles servicios y ahí te encuentras con una importante cantidad de votos que no puedes controlar. Las elecciones han sido para mí muy satisfactorias y estoy muy agradecido a la gente de Roquetas por haber confiado una legislatura más en Gabriel Amat y en su equipo de gobierno. Este próximo 17 de junio cumplo ya 28 años de alcalde en un ayuntamiento de más de 100.000 habitantes no es fácil. Creo que soy en el PP el que más años lleva seguidos en ayuntamientos grandes junto a Paco de la Torre, alcalde de Málaga. Pero él lleva casi dos años menos que yo.
–Cuando habla de que lleva 28 años siendo alcalde, ¿no le da vértigo?
-Es media vida. Han sido 28 años con muchas vivencias y no todas ellas han sido un jardín de rosas y flores. Ha habido momento muy difíciles. Me acuerdo perfectamente que el día que tomé posesión, el 17 de junio de 1995, me faltaban más de 50 millones de pesetas para pagar las nóminas y tenías una deuda muy grande. En aquellos entonces, la deuda que teníamos ascendía a dos presupuestos que eran de 3000 y pico millones y nosotros debíamos 6.500 millones. Hoy no es así. Hemos conseguido revertir la situación y somos uno de los ayuntamientos más saneados de Andalucía. Hoy no debemos nada. Pagamos a proveedores el primero, el segundo o el tercero de Andalucía, y el octavo o noveno de España. Tenemos una situación económica bastante buena y llevamos ya 16 años sin subir ni un impuesto. E incluso hemos rebajado muchos otros como el IBI que cuando llegué estaba al 0,98 y hoy día está al 0,65.
De los más de 8.000 ayuntamientos que componen España, hay un grupo de 50 que se distinguen por tener menos carga fiscal y ahí está Roquetas de Mar. Yo diría, que de los municipios por habitante que más invierte por habitante en infraestructura y servicios, también estamos en un sitio de privilegio. Buscamos fórmulas para seguir creciendo en servicios.
–¿En qué nuevos servicios e instalaciones piensa ahora?
-Tenemos que terminar la ciudad deportiva, el Parque de las Familias de Aguadulce, la piscina y el gimnasio de Aguadulce, la Rambla de San Antonio, la calle Galán, la residencia y el edificio para la Tercera Edad de Aguadulce… Tenemos tantas cosas que con el crecimiento de habitantes que experimenta cada año Roquetas hay que agilizarlas para poder dar un mejor servicio a nuestros ciudadanos.
–Imagino que el nuevo hospital es la guinda del pastel…
-Ese será sin duda el mejor servicio. Y será una realidad a finales de este año. Lo que nos correspondía a nosotros que era la expropiación del terreno lo hemos hecho y lo hemos pagado. Al igual que el acceso y ahora estamos llevando a cabo los pagos del el transporte de la línea eléctrica y del agua para abastecer al hospital.Y aquí hay que resaltar que la variante es su mejor aliado porque es un servicio muy importante y ya es una realidad porque agilizamos las expropiaciones del terreno y pagamos 30 millones. Roquetas está mejor vertebrada ahora y en Aguadulce, por ejemplo, pasa lo mismo con el puente de la calle Galán que ahora permite a sus vecinos estar en Almería en menos de 15 minutos.
A eso súmale el campo de fútbol de El Parador, el Parque de la Música de El Parador, las mejoras en la Urbanización… Todo eso es lo que nos llena de satisfacción porque además evidencia que tenemos capacidad para llevarlo a cabo. En definitiva, vamos cumpliendo los objetivos que nos vamos marcando y por ejemplo, en estos presupuestos de este 2022 se han pagado 105 millones. Eso deja a las claras que se cumple. Tú puedes ofrecer lo que quieras, pero nosotros en esta campaña hemos presentado un libro en el que hemos hecho balance de nuestra gestión y el 90% de lo que prometimos está terminado. Y no están terminadas las que son a largo plazo.
–¿Cómo lleva lo de gestionar un ayuntamiento con tantos proyectos con su vida personal, con su familia?
-Ahora tengo más tiempo para dedicarlo a mi familia. Tenía menos tiempo cuando era presidente del PP de Almería y presidente de la Diputación Provincial de Almería. Ahora que estoy solamente en Roquetas de Mar pues tengo más tiempo aunque sigo colaborando con el partido cuando me lo piden. Después de 28 años creo tener una idea con claridad de cómo se lleva un ayuntamiento, que siempre se puede mejorar, y me cuesta mucho menos trabajo que en el año 1995. En mis inicios tenía que romperme la cabeza para ver cómo se podían pagar las deudas que teníamos y ahora en 2023 mi compromiso pasa por ver cómo ofrecer mejores servicios a mis vecinos porque tengo capacidad para hacerlos.
–¿Ha merecido la pena este sacrificio a nivel personal?
-Sí ha merecido la pena siempre y cuando tengas claro que te gusta dejar tu sello de trabajo y esfuerzo en lo que has decidido libremente como es dedicarse a la política. Yo antes de eso tenía entre 200 y 300 personas a mi cargo trabajando en la construcción de invernaderos. Hacía invernaderos en Alicante, en Almería y también en Roquetas y era a lo que yo me había dedicado desde hace mucho tiempo. Y de repente te metes en política y te engancha y la gente me conoce cómo soy. Y ha habido mucha gente que ha querido desprestigiar a Gabriel Amat. Y han dicho desde mi punto de vista tonterías cuando han sido archivadas las cosas en los juzgados. Ningún político me ha pedido disculpas a mí y a su familia. La familia no tiene por qué aguantarlo. Y para mí, tener ahora una mayoría absoluta en esta nueva etapa, es una gran satisfacción. Después de todo lo que han dicho de mí, la gente ha vuelto a confiar en Gabriel Amat. Es el mejor regalo que puedo tener en la vida: que la gente después de todo eso ha vuelto a confiar en mí.
–¿Es su última legislatura ya?
-Nadie puede decir de ese agua no voy a beber. La vida es larga y hay que tener en cuenta las capacidades de las personas. Yo tengo claro que cuando vea que no tengo capacidad para cumplir con mi obligación me quedaré muy a gusto en mi casa.
–¿Su familia ha sido comprensiva y le ha apoyado en estas casi tres décadas de gestión política?
-Lo mejor que tengo en esta vida es mi familia y ella es la que me da la fuerza de verdad para seguir trabajando. Cuando yo dije que me iba a volver a presentar, me dijeron casi de todo. La que más me apretó de todas fue mi hija María que me dijo que “con lo a gusto que podíamos estar contigo aquí”. Tengo que hacerlo, le dije. Y ya no me dijo más nada. Mi nieta Carmen, con 15, también me ha dado mucha leña: “Abuelo que queremos disfrutar más tiempo contigo y con la abuela”. Y tienen razón. Yo tengo cuatro ojos derechos: un nieto que está trabajando en Londres y una nieta que está terminando de estudiar allí. Está de becaria en una empresa. Y mi nieta María del Mar que entrará pronto en la universidad y Carmen que sigue estudiando. Los cuatro se volcaron conmigo cuando tomé la decisión. También mis yernos, toda mi familia. De Londres han venido mis dos nietos para votar a su abuelo en Roquetas, exclusivamente. La verdad es que tengo una familia que no me la merezco. Estos 30 años últimos he estado siempre muy liado y siempre me han apoyado. Antes también tenía que ir a muchos sitios pero es que esa era mi vida. He hecho casi de todo en esta vida.
–¿Sigue teniendo invernaderos?
-Sí, y sigo yendo los fines de semana que puedo ir. Me gusta estar allí un rato y dar una vuelta. Yo me he criado toda mi vida con los invernaderos. Mi padre se vino en el año 1954 a Roquetas y compró tres fanegas y luego nos las repartió a los cinco hermanos que éramos: Paco, José, Marisa y Manuela. Y cada uno ha hecho su vida.
–¿Qué le queda por hacer en esta vida? ¿tiene algún objetivo?
-Siempre queda algo. No soy persona con objetivos muy importantes. Yo yéndome a la finca me lo paso bien. En mi casa estamos 8, y somos muy felices y antes éramos diez. Y cuando me falta uno, me falta algo. Tengo pocas ambiciones. A muchos les gusta viajar pero yo me siento muy a gusto aquí. Yo cuando pienso en el mejor país que estoy es aquí en Roquetas de Mar. No necesito más.
Gabriel Amat superará esta legislatura las tres décadas como alcalde. |
–No lo ha dicho pero intuyo que uno de sus deseos es ver abierto el hospital de Roquetas. Lleva hablando de él desde hace más de 20 años.
-Llevo pidiéndolo desde hace mucho tiempo. Nosotros estábamos preparados para construir con fondos propios el Ayuntamiento pero llegó Juanma Moreno cuando ganó las elecciones andaluzas y me confirmó que lo iba a construir y pagar la Junta. Nosotros nos encargamos de comprar el terreno y solicitar los servicios. Nos hemos ahorrado 80 millones con los que estamos haciendo otras muchas cosas en Roquetas. Hay muchos otros retos como construir la piscina olímpica en el Antonio Peroles y en Aguadulce, cubrir la Rambla de San Antonio y que son obras de 80 y 100 millones como mínimo y que se van a hacer. Siempre hay que fijarse algún objetivo.
–¿Tiene la sensación de que Aguadulce sigue siendo un apéndice de Roquetas?
-Yo no veo Roquetas sin Aguadulce ni Aguadulce sin Roquetas. A mí me encanta ir allí y disfrutar de todo lo bueno que tiene. Hemos hecho mucha cosas en Aguadulce pero también en otras zonas del término municipal de Roquetas. Eso es lo que hace de Roquetas un pueblo grande que no tiene deficiencias en los servicios.
–¿Cómo se vive en Roquetas el tema de la inmigración en un municipio con tantas nacionalidades?
-Tenemos más de 110 nacionalidades que conviven en Roquetas. Viven muchas personas inmigrantes y muchas de ellas no están empadronadas. Nos falta una mayor cohesión cuando llegan las elecciones municipales para que pueden ejercer su derecho al voto. Estamos hablando de una ciudad de la que ellos son parte y tienen los mismos derechos y obligaciones. Siempre les pido que ejerzan su derecho a participar para ver cómo quieren que sea Roquetas.
–¿Qué vida le espera después de dejar la Alcaldía de Roquetas?
-Yo lo tengo claro: mi finca. Tengo preparados 2000 metros de tierra en los que tengo laureles, parrillas, naranjos y un pedacito donde siembro dos cosechas de patatas que yo cultivo y que son las que me como. Tengo también un corral con conejos y gallinas. Eso será mi vida. Yo no me veo parado y sentado en mi casa.
–¿Ha pensado quién puede sustituirle?
-No. Tengo claro que hay una cantidad de gente afiliada al partido que puede ser un candidato buenísimo. Hay cantera y seguro que lo harán mejor que yo.
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