Investigadores de la Universidad de Castilla la Mancha ha creado un modelo que permite predecir los niveles de contaminación por óxido de nitrógeno en un lugar y tiempo concretos
CARLOS BALBOA |
Se trata, sin duda, de uno de los problemas más agravantes de salud pública que acucian a las ciudades de casi todo el mundo. La contaminación del aire ha alcanzado cotas anteriormente insospechadas y en ciertos núcleos urbanos sobrepasan los límites tolerables. Popular es ya el caso de la capital china, Pekín, donde día sí y otro también una densa capa de humo gris custodia desde arriba la actividad de sus habitantes.
Para paliar los terribles efectos de esta contaminación, científicos de medio planeta ponen su empeño en desarrollar sistemas que posibiliten predecir el nivel que se puede alcanzar diariamente. En este sentido, un grupo de investigadores de la Universidad de Castilla la Mancha ha creado un modelo que permite aventurar las cotas de contaminación por óxido de nitrógeno en un lugar y tiempo concretos, empleando para ello ciertas técnicas de geoestadística.
Si bien en las ciudades ya existen estaciones de seguimiento de polución que miden las concentraciones de distintos agentes contaminantes del aire, era necesario deducir, a partir de los datos existentes, cómo pueden variar los niveles de polución en el espacio y en el tiempo. Y aquí es donde entra en juego la técnica ‘manchega’, que además mide la contaminación en función de factores como las corrientes de aire y el diseño de la ciudad, o de parámetros temporales como la hora punta o el verano.
Los Investigadores de la Universidad de Castilla la Mancha ha dado a conocer su trabajo en la publicación Computers, Environment and Urban Systems. En esta revista desglosan el funcionamiento del 'krigging', una técnica de geoestadística que se aplica para temas muy variados como la predicción de la evolución del precio de la vivienda o el análisis de la influencia de la sequía sobre un ecosistema. De esta forma, han desarrollado un modelo predictivo en la Comunidad de Madrid, donde actualmente existen 27 estaciones de seguimiento de la polución, lo que la convierte en una de las ciudades del mundo con mayor ratio de estaciones de seguimiento por habitante y kilómetro cuadrado.
Como resultado, los científicos han obtenido una amplia base de datos que ha medido, entre 2001 y 2010, cada hora de contaminación en los distintos municipios de Madrid, hasta el punto que, según explica José María Montero, uno de los autores del trabajo, “podamos predecir por ejemplo, la contaminación que habrá mañana a las 8 horas en la glorieta de Cuatro Caminos de Madrid”.
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