El historiador Fernando García de Cortázar. |
Bilbaíno, sacerdote jesuita, catedrático de Historia Contemporánea en la prestigiosa universidad de Deusto, Premio Nacional de Historia... Fernando García de Cortázar es uno de los grandes divulgadores históricos de nuestro país, con muchos años de trabajo y amenas publicaciones que permiten que el gran público pueda disfrutar y aprender con sus lecturas. Su último trabajo, Paisajes de la Historia de España (Espasa), es una original aproximación a la historia de España desde los lugares donde acontecieron sus principales episodios.
-En su nuevo libro retrata la Historia de España a través de sus paisajes. De la presencia Griega al asesinato de Miguel Ángel Blanco. Más de dos mil años de historia en 450 páginas...
-Paisajes de la historia de España es un libro que llevaba tiempo queriendo escribir y con el que sigo fiel a mi empeño de llevar al presente la realidad histórica de nuestro país como algo que nos apela e implica, superando el discurso de la decadencia y el pesimismo, un libro en el que cuento nuestra historia a través de paisajes que contienen la memoria de toda una época.
-Hablando de Sevilla, escribe que “todas las historias de la Historia de España resuenan en Sevilla”. ¿Es el paisaje de los paisajes?
-Sin duda, es uno de los grandes paisajes de la historia de España, una maravillosa encrucijada de mundos que contiene muchas culturas y ciudades distintas y donde sí se puede entrever la capital de un imperio ultramarino
-En Sevilla estamos viviendo este año varias efemérides muy importantes: los 800 años del nacimiento de Alfonso X, que se coronó, gobernó, murió y está aquí enterrado; los 800 años de la construcción Torre del Oro, herencia musulmana; y los 350 años de la canonización de Fernando III de Castilla, conquistador de la ciudad... No es poca cosa.
-Sevilla es una ciudad perfecta para recordar a los españoles que tenemos un pasado del que podemos sentirnos orgullosos. Europa, el mundo, serían peores, más incompletos o injustos, sin las grandes aportaciones hispanas, sin San Isidoro de Sevilla, Alfonso X, el pensar recio de la Escuela de Salamanca, el empuje explorador de los siglos XV y XVI, Velázquez…
-En 2022 se cumplen, además, 500 años de la culminación de la Primera Vuelta al mundo de Magallanes y Elcano, una gesta comparable con la llegada a la Luna que apenas está teniendo eco. ¿Somos una vez más torpes a la hora de vender nuestra historia?
-Se trata de contar las cosas como fueron, sin juzgar el pasado según las coordenadas morales del presente. La odisea de Magallanes y Elcano fue una aventura que cambió el mundo de manera más decisiva que todas las guerras y todos los tratados. Porque si Colón conectó dos mundos separados que se desconocían entre sí, Magallanes y Elcano confirmaron el más atrevido pensamiento de su época: que la Tierra podía circunnavegarse.
-En el libro dedica un capítulo al Valle de los Caídos. ¿Qué haría usted con él?
-El Valle de los Caídos es el símbolo de una época. Derribarlo sería una atrocidad como echar abajo el Coliseo porque allí los romanos celebraban matanzas espeluznantes. A mí me parece bien que se mantenga la abadía, como centro religioso cultural, lo mismo que ocurre en célebres lugares de Europa, pero ya sin esa dependencia de los presupuestos del Estado.
-¿Qué le parece que las menciones a los Reyes Católicos, los Austrias o Al Andalus desaparezcan del currículo de Bachillerato? Parece que la educación en este país esté en manos de nuestro viejos e íntimos enemigos franceses o ingleses.
-Me parece una barbaridad, porque priva a los españoles de lo que vengo en llamar el patriotismo cultural, una conciencia nacional, fundamentada en el esplendor de un patrimonio secular del que nos podemos sentir orgullosos. Ni la historia del mundo ni la historia de España son imaginables sin la época de los Reyes Católicos y de los Austrias. Claro, que quien sale aquí perdiendo, una vez más, es la idea de España.
-¿Una sociedad que no conoce de donde viene está abocada al fracaso?
-La historia es un antídoto contra la ignorancia, una buena vacuna contra las distorsiones de la ideología y de la propaganda, así que una sociedad que desconoce su pasado es más indefensa, más sumisa.
-¿Cómo cree que se contará la historia de la España de hoy dentro de 50 años?
-Corremos el peligro de que se cuente muy mal. Hoy estamos atrapados entre la negación de España hecha por un nacionalismo separatista cada vez más sedicioso y la postura infame de un Gobierno empeñado en reescribir el pasado y manipular el presente a la manera de los líderes totalitarios que sirvieron de inspiración a Orwell para escribir su novela 1984.
-Últimamente no paran de salir voces, incluso desde el propio Gobierno, que afirman que España debe pedir disculpas por la conquista de América. ¿Estamos alimentando nosotros mismos nuestra “leyenda negra”?
-Continuamente, y es absurdo y triste a un tiempo. La conquista de América fue cruel y violenta, como todas las conquistas de la historia. Pero contó con una autocrítica que no se había producido nunca antes en la historia. Los informes, las juntas especiales y las leyes de Indias revelan el empeño de la Corona por administrar los nuevos territorios con unos escrúpulos de conciencia que todavía hoy, tras siglos de lucha por los derechos humanos, no dejan de sorprender.
No hay comentarios:
Publicar un comentario