Se trata de un ingrediente clave en una ‘mezcla mágica’ para limpiar e higienizar mejor.
Una escoba limpiando |
La sal, más allá de ser un ingrediente presente en la mayoría de comidas o servir para conservar los alimentos, también tiene otras utilidades que, aunque no son tan conocidas, pueden llegar a ser muy prácticas.
Una de ellas es la de poner sal en las cerdas de las escobas para barrer. El motivo es que la sal tiene propiedades que la convierten en un purificante natural, lo que se traduce en que es válida para acabar con los gérmenes y bacterias que pueblan las superficies.
Y este estrategia de limpieza no es solo aplicable en el suelo. También se puede llevar a cabo para eliminar las acumulaciones de cal y humedad presentes en los platos de ducha.
Por lo tanto, la utilización de la sal a la hora de limpiar incrementará el brillo de las superficies, las higienizará y evitará el riesgo que se corre al usar productos químicos que pueden acabar perjudicando aquello que se intenta limpiar.
Se debe mezclar con vinagre y agua
No obstante, la sal por sí sola no tendrá ningún efecto positivo. El truco reside en mezclarla con vinagre y agua en un cubo, y sumergir la escoba durante unos minutos. Una vez que las cerdas de la escoba se hayan empapado de la solución, la suciedad saldrá con mucha más facilidad al barrer.
Más allá de a la hora de barrer, esta mezcla de sal, vinagre y agua también es aplicable a múltiples elementos del hogar para retirar suciedad incrustada con la ayuda de un paño. Algunos ejemplos son los fregaderos, el horno, el microondas o los utensilios de cocina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario