Se estudia si se va a prohibir el baño, como ya se ha hecho en las provincias de Cádiz y Huelva
REDACCIÓN GRANADA Las medusas tóxicas, conocidas como carabelas portuguesas, han hecho ya acto de presencia en la Costa granadina, concretamente en las playas de Almuñécar, donde el domingo aparecieron varios ejemplares, que han llevado en las provincias de Cádiz y Huelva la prohibición del baño.
El Ayuntamiento de Almuñécar, según informaron a Europa Press fuentes municipales, ya está estudiando el protocolo de actuación y ha hecho una consulta a la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía para concretar las medidas a llevar a cabo. Fue un particular el primero en ver uno de estos ejemplares y dar aviso a la Policía Local, que se puso a su vez en contacto con el biólogo municipal que, tras examinar una de las medusas, no descartó que pudiera pertenecer a esta peligrosa especie. Sin embargo, fuentes municipales indicaron que este descubrimiento no debe tener mayor importancia, por cuanto que todavía las bajas temperaturas no invitan precisamente al baño.
Por otra parte, en Motril y en Salobreña no tienen "constancia" de la presencia de estos invertebrados "por ahora", según señalaron a Europa Press fuentes del Ayuntamiento de los dos municipios.
El veneno de estas medusas, incluso una vez muertas, puede generar en la piel inflamación, quemazón, mareos y vómitos. El origen de estos efectos se encuentra en que los tentáculos de estos seres vivos albergan cápsulas urticantes que pueden incluso llegar generar dificultad respiratoria e incluso paro cardíaco en personas propensas a sufrir estos cuadros clínicos.
Este tipo de hidrozoo sifonóforo suelen tener su hábitat natural en los mares de las regiones tropicales y subtropicales que bañan los océanos Pacífico e Índico. Sin embargo, las corrientes que desplazan una gran masa de agua calidad desde el golfo de México con destino al Atlántico Norte también marcan y definen el rumbo de las medusas. En cualquier caso, es una rareza que terminen en las costas andaluzas, precisamente porque el Atlántico es un mar 'frío' y la carabela portuguesa gusta de mares cálidos.
Por otra parte, a pesar de ser medusas tóxicas, su identificación es fácil al delatarlas la especie de flotador que les envuelve y que favorece su retirada en el propio mar.
Las carabelas portuguesas no avisan de su llegada ni existe modo de prever su visita. Sin embargo, no es la primera vez que se dejan ver en la Costa granadina. En marzo de 2010 se localizaron varios ejemplares en las playas de Calahonda, Melicena, Torrenueva o Marina del Este.
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