Un experto de la Universidad de Portsmouth, Simon Kolstoe, ha explicado el método para saberlo.
Por
Paula M. Gonzálvez
Lo primero que advierte el experto Simon Kolstoe, profesor en la Universidad de Portsmouth (Reino Unido), en su estudio de la revista Science Alert es que “efectividad” no es sinónimo de atrapar al virus. Sin embargo, el científico ha estudiado y compartido en la publicación dos efectivos métodos para saber si una mascarilla de tela es efectiva o no para no expandir el coronavirus.
El primero de ellos consiste en grabarse con la mascarilla puesta, expulsando el vapor de un vapeador. Habrá que compararlo con la grabación de otra persona que haga lo mismo sin mascarilla. Si la onda que genera la primera es mucho menor, estamos hablando de una mascarilla efectiva.
El segundo de los métodos implica intentar apagar una vela con la mascarilla puesta. Para que el resultado sea positivo, debe costar apagar la llama.
Según el experto, es la combinación de las dos pruebas la que puede dar una idea sobre qué mascarillas se ajustan más a nuestras necesidades si el objetivo es evitar la infección potencial sobre otras personas.
En el caso de este tipo de mascarillas, apunta el experto, la protección es similar a una quirúrgica, es decir, sirve para no contagiar a los demás. Si quien la use busca también protegerse a sí mismo, tendrá que optar por la FFP2.
“El objetivo de usar mascarillas caseras de tela es reducir la distancia, que tu respiración se separe de otro cuerpo”, explica. Se refiere con ello a que no está destinada a “evitar que el usuario contraiga el virus. Aunque desde una perspectiva personal podríamos querer protegernos, para ello deberíamos usar
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