José Manuel Quesada (Córdoba, 1959) es uno de los cinco investigadores principales del grupo de la Universidad de Sevilla pionero en estudios sobre protonterapia cuyo prestigio internacional puede verse en Google Scholar. Pasó su infancia en Córdoba, sus padres José Andrés y María Angustias son granadinos, se licenció en Física en Sevilla, donde ejerce como catedrático de Física Atómica, Molecular y Nuclear, y ha investigado en Copenhague y Ginebra. Le gusta la Historia, pilotar ultraligeros y el rugby.
–¿Cómo actúa la protonterapia contra el cáncer?
–Es una variante sofisticada de la radioterapia convencional. La diferencia es que utiliza protones para matar las células tumorales en lugar de rayos X. Los protones, al contrario que los fotones que constituyen la radiación electromagnética, tienen masa y al propagarse por la materia se dispersan mucho menos y depositan su energía de manera mucho más concentrada.
–A mayor concentración, menos daño al enfermo...
–Sí, la radioterapia con protones tiene menos efectos negativos secundarios debido a la menor irradiación de tejidos sanos circundantes con el tumor. Por eso es especialmente indicada en tumores pediátricos (con gran esperanza de vida del paciente), tumores oculares y tumores cerebrales. El problema es que los aceleradores de protones son más caros, por sofisticados, que los de radioterapia convencional.
–¿Cuándo surgen las primeras investigaciones sobre protonterapia?
–Fue propuesta en los años 40. Las primeras aplicaciones se realizaron en centros de física nuclear con aceleradores ya obsoletos para la investigación. En 1988 la protonterapia fue aprobada por la FDA (Food and Drug Administration) de EEUU y entonces comenzaron los tratamientos en centros de protonterapia en Europa (París, Uppsala) con aceleradores (ciclotrones) de investigación en física nuclear reconvertidos para tratar tumores de fondo de ojo. En la actualidad, hay más de 30 centros de protonterapia en funcionamiento en Europa y más de 90 en todo el mundo sin contar los aprobados o en fase de construcción.
–¿Y en Andalucía?
–En nuestro grupo del Departamento de Física Atómica, Molecular y Nuclear de la Universidad de Sevilla comenzamos en 2008 con trabajos en el campo del transporte y efectos de la radiación en materia y la organización del Máster en Física Médica, con asignaturas centrales como la radioterapia con protones y núcleos más pesados impartidas por investigadores de relevancia internacional.
Desde entonces, la actividad en el campo de la protonterapia ha sido ininterrumpida, con la puesta a punto –en colaboración con la Universidad de Granada y, en la actualidad, con el Centro de Biología Molecular y Medicina Regenerativa (Cabimer)– de la línea de radiobiología con protones en el Centro Nacional e Aceleradores, la participación en colaboraciones internacionales de investigación, estancias doctorales en centros de protonterapia extranjeros, tesis doctorales asociadas, organización de workshops de protonterapia, etc. El grupo lo integramos cinco investigadores fijos y 10 colaboradores.
–¿Qué impacto científico y financiación han tenido estas investigaciones?
–Hemos publicado numerosos trabajos en radioterapia con protones en revistas de alto índice de impacto. Nuestro grupo viene siendo financiado de manera ininterrumpida en el Plan Nacional de I+D+i . Recibió financiación a través de un proyecto de excelencia de la Junta (convocatoria de 2012) para el desarrollo y optimización de un sistema de verificación de tratamientos en radioterapia.
En 2008 Inabensa (de Abengoa) nos financió para desarrollar el sistema de verificación de tratamientos en radioterapia (patentado y funcionando a nivel de prototipo). La norteamericana Varian está financiando el contrato de un investigador doctoral de nuestro grupo, físico médico, en el centro de protonterapia de la Universidad de Pensilvania para desarrollar su proyecto en el mismo.
–¿El centro para el tratamiento de pacientes oncológicos con protonterapia anunciado en Córdoba. guarda relación con vuestras investigaciones?
–Este centro privado se basa en principios en los que nuestro grupo investiga intensamente desde 2008. Lamentablemente, en la presentación de este proyecto el rector de la Universidad de Córdoba y presidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas declaró: “ahora no hay nadie trabajando en investigación en protonterapia en España y en Europa hay muy pocos grupos”. Un simple tecleo de “protonterapia investigación universidad” en internet pone de manifiesto una evidente falta de documentación (en el mejor de los casos), llamativa en quien ocupa dicho cargo.
También es lamentable que se ha ignorado la iniciativa para un centro público de protonterapia en Andalucía (proyecto ProSAS), que se desarrolló con la anterior administración de la Junta y una de cuyas principales impulsoras fue María Isabel Gallardo, catedrática de nuestro grupo de investigación, con la colaboración y el esfuerzo de profesionales clínicos e investigadores de toda Andalucía. El Libro Blanco del proyecto ProSAS obra en poder de la Consejería de Salud de la Junta desde hace más de un año.
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