El doctor Ignacio Salamanca de la Cueva, médico y experto en vacunas. JUAN CARLOS VÁZQUEZ |
–Todas la expectativas están puestas en las vacunas. ¿En qué punto se encuentran?
–Se está llevando a cabo una impresionante carrera en la búsqueda de vacunas frente al Covid-19. Existen más de 130 vacunas candidatas abordando diferentes maneras para prevenir la infección del virus.
–¿Sin precedentes?
–Es un esfuerzo como nunca se ha acometido: En este mundo globalizado se han unido empresas privadas, organismos públicos internacionales e investigadores para conseguir en el menor tiempo posible herramientas preventivas.
–Una vez se consiga la vacuna, ¿hay capacidad de producirla para todos?
–Una vez que tengamos desarrolladas las vacunas, la segunda cuestión es su fabricación. Conseguir que haya suficientes vacunas para la población... mundial. Y ahí entra el tercer punto importante, la distribución: Cómo posibilitar que pueda administrarse en la población elegida en todos los países, independientemente de su situación geográfica o nivel de renta.
–Las vacunas suelen requerir una década de desarrollo, ¿qué riesgos supone acortar los tiempos?
–Podemos estar tranquilos. Cuando las vacunas estén autorizadas, tendrán un perfil de seguridad y eficacia, y habrán seguido los mismos pasos y criterios de exigencia que el resto de las vacunas que tenemos disponibles.
–Ocurrió con el ébola.
–Efectivamente, aunque el desarrollo de las vacunas lleva años, la experiencia anterior con la crisis del ébola permitió establecer protocolos de actuación rápida; y estos no afectan de ningún modo a las fases de desarrollo clínico, que garantizan la seguridad de las vacunas y analizan la eficacia de las mismas. Eso sí, se han acortando tiempos en los procesos burocráticos.
–¿Hay atajos?
–La rapidez en el desarrollo de las vacunas Covid nunca supone coger atajos. En un tiempo récord se ha conseguido analizar el virus y buscar estrategias para poder inmunizarnos. Esto ha sido posible porque se ha contado con los avances tecnológicos y la estrecha colaboración en red.
–¿Se están realizando ensayos clínicos en niños?
–Se ha comenzado por la población adulta y sana. A medida que vayan pasando las fases, se irán llevando a cabo ensayos clínicos en las poblaciones de riesgo, en este caso personas mayores, con factores de riesgo y personal con alta exposición al virus. Más adelante los niños serán objeto de estudio para su protección, como ocurre en todas las vacunas.
–En los próximos días el Grupo IHP Pediatría celebrará un evento sobre vacunas, ¿en qué se pondrá el énfasis?
–Los días 21 y 22 de septiembre tendremos nuestras primeras Jornadas virtuales de actualización en vacunas. Nos hemos tenido que adaptar a la situación actual y vamos a centrarlas en la importancia de recuperar las coberturas de vacunación perdidas durante las primeras fases del confinamiento; y cómo mantenerlas o superarlas en lo que nos queda por delante. Debemos hacer un esfuerzo para que la población esté al día de sus calendarios de vacunación y concienciarla en este sentido; además de adaptarnos para que la situación actual no impida la vacunación.
–¿Cuáles son las novedades este año en el calendario infantil?
–Se han llevado a cabo grandes novedades como la incorporación, a primeros de año, de la financiación de la vacunación frente a los meningococos ACWY en el primer año de vida y en la adolescencia, importante grupo de riesgo, con la vacunación a los 12, 15 y 18 años de edad en los próximos años; apoyada por la campaña #zeromeningitis dirigida a adolescentes en redes sociales. Otro objetivo de vacunación es frente al virus del papiloma humano, especialmente a las niñas de 12 años; y a aquellas de 13 a 18 años que no se hayan vacunado.
–Y ¿en recién nacidos?
–La prevención frente al rotavirus de los prematuros con menos de 32 semanas de gestación supondrá un beneficio para los más pequeños y vulnerables.
–A los problemas de la bronquiolitis, la gripe y demás infecciones invernales se sumará el Covid, ¿cómo se diferencian?
–Es una de las complicaciones a las cuales nos enfrentaremos este otoño e invierno debido a que los síntomas son similares a Covid-19. Influirá sobre todo en el consumo de recursos a la hora de atender estas infecciones respiratorias que son las más frecuentes en niños. Cada año estas infecciones ponen a prueba la carga asistencial en pediatría, y se sumarán a la carga motivada por los protocolos y el diagnóstico del coronaviruscolos. Será aún más complicado para todos. Insistir en el máximo aislamiento de los niños cuando tengan síntomas leves.
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