Varios alumnos ojean el cuadernillo didáctico que les entregan en el taller.
Los alumnos del instituto alhameño siguen con sus cajones el ritmo de la guitarra de 'Tente'.
'Tente' es el coordinador, además de profesor, de estos talleres.
Antonio Figueroa quiere «aprender a tocar la guitarra». Lo dice sin esperar asombro como respuesta. Es más, no hubiese hecho falta preguntárselo. Se delata al pegar sus ojos a los dedos del profesor, que acaricia las cuerdas a ritmo de alegrías. Le observa, se recrea y sigue el compás con los nudillos, golpeándolos en el pupitre de color verde. A sus 17 años, los pelos de punta, el piercing de la ceja y los pantalones semicaídos juegan al despiste. Sería fácil pensar que Antonio prefiere pegar la oreja a los 40 principales. Sin embargo, este chaval de Alhama que presume de «arrancarse a cantar por lo que sea», se entusiasma con «todo el flamenco», con todos sus palos, con cualquier sonido que tenga raíces, que suene a Granada.
No es la raya en el agua. A su lado, más de 20 jóvenes se afanan por seguir el compás que marca el profesor. Lejos de convertir la hora de clase en una cadena de risitas y comentarios adolescentes, se dejan llevar por el 'duende' de la guitarra en directo. Palmean, anotan, callan y obedecen. Es lo que su profesora de música, Pilar Estrada, viene a resumir con sorpresa: «Debe de estar gustándoles muchísimo porque están muy atentos y participativos».
La historia tiene nombre y apellidos, y lejos de ser una iniciativa solitaria, se trata de un proyecto didáctico organizado por la oficina Granada Universo Flamenco de la Diputación de Granada y que por segundo año consecutivo recorre la provincia tras el éxito de acogida que tuvo el pasado curso escolar. Son los 'Talleres de iniciación al flamenco en el aula. Contar el Flamenco' que, de una forma práctica y divertida, persiguen un objetivo mucho más serio y perdurable: introducir el estudio de este arte como parte del temario musical de los institutos de secundaria, de modo que los alumnos tengan acceso a las herramientas necesarias para «aprender a escucharlo y a entender lo que escuchan o, al menos, a diferenciar algunos aspectos básicos como el ritmo y la armonía de cada uno de los palos, al tiempo que conocen su historia, de dónde viene y hacia dónde va el flamenco», explica el profesor sobre cuya guitarra depositaba los ojos de envidia Antonio y el también coordinador de estos talleres. Se llama Vicente Márquez, si bien sólo se reconoce como 'Tente'. Alejado de estereotipos flamencos, sus zapatillas Camper no hacen presagiar la magia que desprende de sus manos y el modo tan sencillo con el que a través de sus explicaciones logra captar la atención de los chavales. Quizá sea así porque, al fin y al cabo, ésa es la esencia de la empresa Garrotín, la misma que creó hace años para dedicarla a la enseñanza y la gestión de actividades relacionadas con este arte patrimonio de la humanidad.
Más de 500 jóvenes
'Tente', a la guitarra y al cajón flamenco, se deja acompañar muy bien para el desarrollo de estos talleres, que hasta final de curso visitarán un total de seis institutos de secundaria, lo que significa que más de 500 adolescentes de 3º y 4º de ESO se acercarán a los «cimientos del flamenco en sus modalidades de guitarra, cante y baile». Junto a él, el cantaor Sergio Gómez 'Coloraíto' y la bailaora Silvia Lozano. Los tres conforman un equipo que ha logrado implicar al profesorado y a los alumnos por igual. Porque «el aprendizaje directo y con profesionales del sector llega muy bien a los chavales, que aprenden mucho más que si sólo se les proporcionara una simple audición», afirma la profesora Pilar, que tiene muy claro que solicitará estos talleres en cursos venideros. De hecho, el grado de implicación de este curso de secundaria del instituto de Alhama de Granada ha sido tal, que «durante todo un mes los propios alumnos han elaborado en el tiempo del recreo sus propios cajones para así poder practicar todos juntos durante la clase de percusión», dice no exenta de orgullo la docente, para quien la introducción del estudio flamenco en los temarios musicales no sólo es interesante, sino importante, puesto que les aproxima a sus raíces musicales.
En definitiva, se trata una nueva manera de concebir el aprendizaje del flamenco a través de un sistema de enseñanza eficaz y acorde con las necesidades del alumnado. De este modo, los jóvenes aprenden a «observar, analizar y apreciar las realidades sonoras producidas tanto por los instrumentos como por la propia voz humana», subraya 'Tente', cuyo objetivo a lo largo de las seis sesiones de trabajo que realiza con los alumnos también es el de proporcionarle a la provincia de Granada el lugar que le corresponde dentro de la historia y el presente del flamenco. «Queremos potenciar el conocimiento y difusión de los aspectos más relevantes del flamenco autóctono granadino, como son la granaína y media, los fandangos de Granada, la soleá de Graná, las temporeras o los tangos, así como los recursos y características propias del cante, toque y baile de nuestra provincia», explica el profesor, que con su aire desenfadado y accesible logra meterse en el bolsillo a los pupilos, incluso a los más rebeldes. «Es que escucharles tocar la guitarra y cantar en directo es una experiencia inolvidable», dice María del Mar, otra de las chicas de 17 años que conforman esta clase de secundaria y que, al igual que la mayoría de sus compañeros, no dudó en presentarse voluntaria para convertir una caja de madera sobre la que sentarse en un hermoso instrumento de sonidos graves y agudos.
Sin embargo, el hecho de que la participación de profesionales y la música en directo permita captar más fácilmente la atención de los alumnos y, por tanto, favorecer la asimilación de los contenidos, no resta protagonismo al verdadero objetivo de los talleres: que es que los jóvenes «aprenden a valorar y apreciar el flamenco por lo que en sí mismo representa y con independencia de cuáles sean sus gustos musicales», explica 'Tente'. Para ello, la Diputación de Granada ha editado unos cuadernillos didácticos específicos que permiten asimilar de un modo técnico y profesional, pero también sencillo, la información, de modo que el profesorado pueda utilizarlos como herramienta de trabajo, no sólo durante las sesiones prácticas, sino a lo largo del curso e incluso de forma transversal con otras asignaturas. Además, el cuaderno se acompaña con un cedé de música con las audiciones a estudiar para que así los chavales «puedan vivir el flamenco como algo cercano y emocionante, que no es cosa de viejos», puntualiza el coordinador del proyecto, que también procura recomendar al alumnado aquellos trabajos musicales que más pueden aproximarse a sus preferencias.
Los de mayor éxito
En este sentido, los clásicos como Camarón de la Isla o Paco de Lucía, junto a figuras un tanto más arriesgadas como José Mercé, son los que repiten su éxito entre los más jóvenes, a quienes les resulta muy fácil reconocerlos, favoreciendo así la predisposición a aplicar en sus letras y sonidos los parámetros aprendidos.
Predicar el talento de la provincia vertebra buena parte de este proyecto y ha sido determinante en la elección de los centros educativos, «de modo que su ubicación sea representativa de los territorios flamencos dentro de la provincia», afirma la diputada de Cultura y Juventud de la Diputación, María Asunción Pérez Cotarelo, que también explica que se han tenido en cuenta otros factores como la predisposición del profesorado para vincular estos talleres a otras materias afines, así como la trayectoria del propio centro en el desarrollo de experiencias musicales. Así, los municipios beneficiados en esta segunda edición han sido los Chauchina, Dúrcal, Alhama, Montefrío, Albuñol y Fuente Vaqueros.