La finalización de las obras en la Autovía del Mediterráneo es el gran proyecto del que depende el litoral granadino, además del corredor ferroviario, y que reclama la sociedad
NACHO MARTÍN / MOTRILGranada y, en especial, la Costa no es precisamente un territorio en el que sus habitantes estén muy satisfechos con sus infraestructuras. La historia ha sido especialmente dura con el litoral, al que se le pasó de largo el boom del desarrollo turístico y urbanístico, pese a tener unas condiciones climáticas y estratégicas inmejorables y muchos culpan de ello a la falta de buenas comunicaciones. Empresarios turísticos han abandonado la zona porque creen que alguien que está atrapado durante horas en un atasco en temporada alta, decide no volver y opta por ir a playas de otras provincias. Los hoteles se concentran en Almuñécar, mientras que en el resto de municipios su número es testimonial. Tampoco hay industria. El sector que está tirando de la comarca en estos momentos de paro tan elevado, el hortofrutícola, demanda alto y claro carreteras acordes con el siglo XX para poder transportar sus productos a Europa. Esta zona es la única de todo el litoral mediterráneo que no está comunicada por autovía. La que une Granada con Motril fue inaugurada en 2006, después de 25 años de espera. Con el tren, los vecinos de la Costa llevan soñando desde finales de 1800.La comarca se levantó en el verano del año pasado para pedir las deudas pendientes del siglo pasado. La Plataforma por las Infraestructuras de la Costa Tropical ha recogido el testigo del Movimiento del 27-J para continuar con un calendario de movilizaciones, que tiene su siguiente convocatoria el 5 de marzo. Las reivindicaciones inmediatas están claras y casi todas (excepto la presa de Rules) tienen que ver con el Ministerio de Fomento. Hoy el titular de esta cartera, José Blanco, visita Motril, donde sus habitantes están esperando respuestas a asuntos que afectan a su desarrollo futuro.
La Autovía del Mediterráneo a su paso por Granada, se proyectó hace 20 años. Se licitó el primer tramo (Nerja-La Herradura) en 2001, cuando Aznar (PP) era presidente del Gobierno. La primera piedra la colocó Álvarez Cascos en 2002. Fue en 2006 cuando el ejecutivo de Zapatero adjudicó los dos últimos (La Gorgoracha-Puntalón y Lobres-Guadalfeo). En ese lustro se pusieron en servicio poco más de 3 kilómetros de autovía.
El PP trabajó en 4 tramos de la A-7: Nerja-La Herradura, La Herradura-Taramay, Adra-Albuñol y Castell de Ferro-Castillo de Baños. El PSOE ha puesto en servicio, aparte de estos -ya iniciados- el de Guadalfeo-La Gorgoracha. Quedan pendientes 6, en su conjunto, están a más de la mitad de ejecución.
Ahora se espera la terminación inminente de Lobres-Guadalfeo, que puede ser una de las bazas del PSOE en estos meses. Su finalización sería intrascendente, ya que no conecta con nada, a no ser que se trabaje por enlazar con una vía alternativa en dirección a Molvízar.
Hace dos semanas se reactivó el tramo Puntalón-Carchuna, gracias al acuerdo entre Fomento y Acciona, que va a muy buen ritmo. Este es el lugar elegido para la visita de mañana del ministro.
La noticia que cobra más fuerza que anuncie hoy el ministro José Blanco es la nueva licitación del tramo La Gorgoracha-Puntalón, que lleva parado más de un año, por la rescisión por parte del gobierno debido a un modificado superior a un 80%. Fuentes extraoficiales apuntan a que Acciona podría hacerse cargo de este tramo, tras la disolución del contrato a Isolux-Corsán. En este caso, la primera pregunta es ¿cuándo cobrará esta empresa los 3,5 millones de euros que se le deben? La segunda tiene que ver con los términos de la negociación de Acciona y Fomento para volver a echar a rodar el tramo Puntalón-Carchuna. Esta cuestión, realizada por el PP, está pendiente de ser contestada en el Congreso de los Diputados.
Otra pregunta que también se formulan los vecinos del litoral oriental es ¿cuándo volverán al tajo los trabajadores del tramo Carchuna-Castell de Ferro?. Para las personas que se desplazan cada día desde o hasta Albuñol para trabajar, su importancia es crucial. En apenas 40 kilómetros, se tarda ahora mismo casi una hora, por las características de una carretera desfasada, la N-340, que tiene un tráfico que no le corresponde, y en la que el Gobierno se ha gastado en poco tiempo tantos millones como cuesta un tramo de autovía por problemas de desprendimientos por lluvias. Los transportistas tienen miedo de que un día caiga un camión al mar. El trayecto bastante habitual, por compartir portes con comercializadoras hortofrutícolas de Almería, es de 2 horas para 100 km.
A pesar de que este periódico ha preguntado sobre el estado de tramitación de dicho tramo, no ha habido ninguna explicación por parte del ministerio. La impresión de los vecinos de Castell es que no saben cómo continuar un tramo que se ha planteado mal desde el principio.
Los habitantes de esta zona, así como del resto afectadas por tramos construidos o en obras de la A-7 viven, además, un calvario particular a causa de las expropiaciones por parte de Fomento que no se han pagado. Según Coag, las personas afectadas ascienden a 800. Algunas llevan 5 años esperando. Se encuentran en la situación tan dramática de que les han expropiado sus tierras, en muchos casos su medio de subsistencia, no les han pagado y, sin embargo, ellos tienen que hacer frente a hipotecas de tierras que ya no tienen y no pueden explotar, más los préstamos de las que han adquirido para seguir adelante. Una situación insostenible para la que se pide justicia. Recientemente, se ha sabido que se destinarán 100 millones de euros para resolver esta situación.
En el resto de tramos, Polopos-Albuñol y Taramay-Lobres, se está trabajando, pero la sensación es de que no se hace al ritmo que se debiera. De lo que se deduce que las palabras que dijo el propio Blanco hace algunos meses: "la A-7 tendrá algún retraso en su ejecución para culminar la obra como todas las infraestructuras por carretera, si bien vamos a intentar en la medida de lo posible no rescindir contratos y que las obras continúen aunque a menor ritmo", resuenan más que nunca. Para la diputada nacional del PP, Concha de Santa Ana, está claro: "El recorte de más de 5.000 millones de euros ha afectado a la A-7 de Granada".
Esto supondría la puntilla final para unos plazos que se han incumplido sistemáticamente: Primer semestre de 2009, 2010, o como dijo José Blanco cuando inauguró la A-44 "esta legislatura" (2012), por citar algunas de las últimas fechas dadas para su terminación. Ésta es, sin duda, la cuestión más demandada: Saber cuándo acabará por fin el suplicio de las curvas y los atascos. Según la Mesa de la Construcción de Granada, que se pronunció sobre este asunto hace pocas semanas, la fecha probable, en caso de que los trabajos discurran a buen ritmo, sería 2015. Algo más optimista se muestra la Plataforma por las Infraestructuras de Almería, que apuntó a 2014, y que sostiene que esta vía es vital no sólo para Granada, también para ellos.
De esta mesa es presidente el mismo que el de la Cámara de la provincia vecina, Diego Martínez Cano, el cual destacó ayer la importancia de que el corredor ferroviario pase por Almería. En el caso de la Costa de Granada, quizá Blanco podría desvelar hoy el contenido del informe que dará a conocer el próximo día 3 de marzo para despejar la duda de si el tren pasará por el litoral granadino o, de nuevo, las infraestructuras pasan de largo de este rincón de España.
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