domingo, 22 de abril de 2012
Andrés Neuman pide en el pregón la reapertura de la Biblioteca del Zaidín ideal.es
El escritor Andrés Neuman durante el pregón de la Feria del Libro. :: ALFREDO AGUILAR
El pregonero de la Feria del Libro solicitó también ante el alcalde de Granada la retirada del monumento a José Antonio Primo de Rivera
JUAN LUIS TAPIA | GRANADA.
Mañana soleada en el Paseo del Salón para asistir, junto al quiosco de la música, al pregón de la XXXI edición de la Feria del Libro de Granada, que estuvo a cargo del escritor granadino nacido en Argentina Andrés Neuman, uno de los mejores ejemplos de relatistas en lengua española, por aquello de que el encuentro librero está dedicado al género breve. En la tribuna, los representantes de las instituciones organizadoras de la Feria, entre ellos el alcalde de Granada, José Torres Hurtado (PP).
Andrés Neuman comienza un pregón en su línea literaria, con creatividad, imaginación, vitalidad, referencias culturales y a la actualidad social más inmediata. «A malos tiempos, buena lectura. La lectura hace mucho más que consolarnos o entretenernos: nos ofrece razones y emociones para la supervivencia. Cuanto más aprieta la realidad, más nos pide ser leída, traducida, descifrada», señaló Neuman.
El autor de 'Bariloche' echó mano del escritor francés Raymond Queneau, quien en su libro 'Ejercicios de estilo' cuenta cien veces la misma historia, de cien formas literarias distintas, para imitarlo en lo que a comienzos de pregones se refiere. «Imaginé una colección de primeras líneas de otros tantos pregones imaginarios, de un pregón iniciado y reiniciado sin cesar, como un viaje que nunca termina de llegar», comentó el autor de 'La vida en las ventanas'. Así, y de esta guisa, en la línea de Queneau comenzó por el pregón políticamente correcto, «de esos que no molestan ni cautivan a nadie», para proseguir con las primeras líneas del pregón contrario: «un discurso gamberro y políticamente incorrecto», y también el de uno «seudo lírico, lleno de metáforas pastelosas» o el de «un pregón a la medida del investigador universitario o del infatigable doctorando, asiduo visitante de nuestras librerías».
Comprometido
Neuman, en este ejercicio de estilo, concluyó con el pregón «comprometido, que hiciera de este discurso una ocasión para la crítica ideológica, y ahí ante el alcalde de Granada, José Torres Hurtado, soltó: «Compañeros lectores. Como bien denunció en un reciente artículo Antonio Muñoz Molina, que estudió y escribió en Granada, resulta difícil comprender que se haya desmantelado tan rápidamente la admirable Biblioteca de las Palomas en el barrio del Zaidín, símbolo de los trabajadores de nuestra ciudad, mientras llevamos décadas esperando a que se retire del centro cierta escultura que simboliza nuestros peores fantasmas. Habrá que resistir leyendo, ya sean cuentos fantásticos o novelas de terror, hasta que García Lorca, cuyos libros tanto se prestaron en aquella biblioteca, tenga un monolito igual de grande que ese otro que...». En esto que el viento de la mañana derribó la bandera de Granada instalada junto a las otras oficiales en la tribuna de autoridades, y el público aplaudió por vez primera el pregón.
Neuman continuó con un pregón en verso y posteriormente pasó a la poética del relato, al que comparó en su funcionamiento con «un acelerador de partículas, alterando momentáneamente nuestras nociones de tiempo y espacio». El autor de 'El viajero del siglo' concluyó su discurso con un ejercicio en el que acabó con aquello de no tener tiempo para leer, la excusa más extendida entre los lectores, y defendió que la lectura y el libro es un territorio donde no existe el tiempo.
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