Ezequiel Martínez, conductor de 'Tierra y Mar', acaba su periplo en Canal Sur orgulloso de haber contribuido a que el sector agropecuario andaluz se preocupe y trabaje por la sostenibilidad.
I. BREA Ezequiel Martínez se despide este mes de 'Tierra y mar', un espacio que presenta y dirige desde hace 21 años.
Secunda, como si la hubiera escrito de su puño y letra, la máxima de Cicerón sobre la agricultura: "Es la profesión propia del sabio, la más adecuada al sencillo y la ocupación para todo hombre libre". Y algo de sabio y mucho de sencillo tiene este presentador de la televisión andaluza que, tras 21 años de trabajo incansable al frente de Tierra y Mar, cuelga su inseparable sombrero y pone punto y final a su etapa televisiva.
Ezequiel Martínez se marcha con la certeza de haber alcanzado la meta que se marcó a principios de los 90, cuando tomó el relevo de Ángel Gómez al frente de este programa centrado en el sector agropecuario andaluz. Tuvo claro desde el principio que el programa no sólo tenía que hablar de la producción agropecuaria andaluza sino también, y sobre todo, de la apuesta por la sostenibilidad del sistema productivo. "No habríamos llegado a tanto si sólo hubiéramos hablado de producción. Debemos conservar el patrimonio y proteger la biodiversidad y, para eso, debe existir una concienciación. Y ahora la hay", dice rotundo y sabedor de que, en parte, su altavoz desde la televisión pública andaluza ha tenido algo que ver en este cambio.
Se ruboriza con sólo pensar que parte del éxito que ha tenido su programa en estas dos décadas (tiene en su haber decenas de premios, entre ellos el Nacional de Medio Ambiente, y cada domingo es líder en su franja horaria) está ligado a su buen hacer. "Me he limitado a dirigir una buena orquesta. Tengo buenos solistas y yo sólo he manejado la batuta con soltura, aconsejando a los músicos para que dominen bien los tiempos. Además, me he rodeado de buena gente", dice. Aunque en el fondo reconoce que es una "rara avis" en la profesión porque desde el principio se ha implicado en todas y cada una de las tareas del programa, desde la elaboración de reportajes hasta la presentación del espacio o la dirección del mismo. "He hecho un programa a mi medida aunque al principio no era consciente de ello", agrega.
Ezequiel se siente querido por el campo andaluz y lo comprueba cada semana gracias a la fidelidad de una audiencia cuya media ronda los 300.000 espectadores. "La fidelidad de nuestros espectadores nos ha convertido en un referente y eso es de agradecer", asegura complacido. Y casi sin darse cuenta, hace un alegato para ensalzar al sector: "El agropecuario es un sector estratégico que hay que mimar. Además, debemos proteger al pequeño agricultor y al pescador para que tengan un sueldo digno porque, si somos justos con ellos, seremos justos con la población".
El director de Tierra y Mar se siente orgulloso de que en sus dos décadas al frente de este espacio sólo hayan llegado al programa unas ocho quejas porque, según matiza, "eso demuestra que siempre hemos jugado limpio; hemos contrastado las fuentes y hemos dejado que sea el espectador quien se encargue de sacar sus propias conclusiones", manifiesta.
Pero sobre todo, de lo que más presume es de haber sido testigo de la dignificación del campo andaluz. "En estos 21 años he visto cómo se ha modernizado sus infraestructuras, se han aplicado planes de regadío y se han mejorado las condiciones de vida de los agricultores".
Satisfecho por los logros conseguidos, Ezequiel está a punto de empezar una nueva vida y disfrutar de su jubilación, aunque, a buen seguro no podrá desvincularse de un espacio al que ha dedicado gran parte de su vida. "Ahora estoy volcado en la realización de un libro sobre el programa que saldrá a la luz a finales de este año y, cuando lo termine, me dedicaré a cuidar mi huertito, a disfrutar de mi familia y a hacer mermeladas", dice al tiempo que matiza que no podrá desligarse del todo del mundo agropecuario, con el que seguirá conectado a través de su blog.
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