Escritora y profesora de Secundaria echa de menos una mayor atención a la literatura en las páginas de los diarios
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JUAN LUIS TAPIA | GRANADA
La granadina Herminia Luque presentó hace unos días en la Biblioteca de Andalucía, dentro del ciclo Letras Capitales, su última novela, ‘Al sur de la nada’, un conjunto de relatos de ‘media distancia’ en los que indaga en la realidad y ficción de tres mujeres. Poeta y narradora, estuvo relacionada con los medios de comunicación y especialmente con IDEAL, diario en el que colaboró con reseñas y críticas de arte. Los periódicos forman parte de su vida diaria y de sus recuerdos familiares, unos medios que considera imprescindibles para la creación de opinión pública.
–¿Lee periódicos a diario?
–Sí, por supuesto, leo periódicos todos los días. Para mí es algo muy importante y lo ha sido así desde la infancia. La imagen de mi padre con su diario IDEAL desplegado sobre la mesa camilla permanecerá siempre en mi memoria.
–¿Cómo suele leer los diarios?
–Leo las versiones digitales y las impresas, estas últimas sobre todo los fines de semana, cuando hay más tiempo y los periódicos amplían también su oferta escrita, sobre todo con las separatas dedicadas a la literatura.
–¿Qué es lo que más le interesa de los periódicos?
–La información general sobre política y las secciones de cultura y ciencia sobre todo. Lo que nunca miro es la sección de deportes: me la salto en bloque, no me interesa lo más mínimo.
–¿Qué echa de menos de los diarios?
–Más atención a la literatura, que se diluye a veces en un genérico ‘cultura’ que tiene más de Penélope Cruz que de Ana María Matute, es decir, se le presta más atención al cine o a la música que a la literatura, e incluso aquellas se tratan desde un punto de vista superficial, no como creación artística. La literatura siempre es el pariente pobre. Yo suelo decir que cuando en este país se le dedique la misma atención informativa a las hemorroides del escritor ‘Z’ que a la rodilla del deportista ‘N’ habrá cierto equilibrio y será indicativo de un nivel cultural aceptable.
–¿Qué aporta el papel frente a los medios digitales?
–El papel está asociado a hábitos de lectura más reflexivos; se lee quizá con más morosidad y más delectación.
–¿Qué le decide por el papel y qué por el digital?
–El formato digital ofrece inmediatez y un acceso muy fácil –te levantas y el periódico impreso no te espera al lado de la cafetera, hay que ir a comprarlo–, pero también está contaminado por una espectacularidad y una dependencia excesiva de la imagen; hay una mezcla, a veces ilegítima, entre publicidad e información, y entre información irrelevante y la verdaderamente valiosa.
–¿Cómo valora la prensa actual?
–La prensa, lo mismo que el libro, está sufriendo los embates de dos crisis superpuestas: la crisis económica y la irrupción del formato digital. Y existe la tentación de banalizarla, de adelgazar contenidos y reflexiones enjundiosas; tentación que debe resistir porque los periódicos son imprescindibles para la creación de una opinión pública y la obtención de una información de calidad.
–¿Siguen siendo los periódicos los medios de referencia?
–Sí, por supuesto. Forman parte de mi experiencia cultural y de un modo de acceso arraigado a la cultura y la información en general. La labor hecha por periodistas profesionales es muy importante porque se atiene a filtros y a conocimientos específicos, a una ética también, que no los tiene un bloguero, por ejemplo.
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