Regla número uno: no hay que demonizar la sexualidad.
PorUxía Prieto
‘¿Cómo hablo con mis hijos de sexo?’ Es la pregunta que se hacen la mayoría de padres cuando sus hijos llegan a la adolescencia. Charlar con ellos sobre sexo puede ser difícil e incómodo, pero solo porque la educación que hemos recibido lo demoniza. Es una de las conclusiones a las que ha llegado la psicóloga y sexóloga Elena Crespi, y que ha plasmado en su libro Habla con ellos... de sexualidad, en el que da consejos tanto a padres como a hijos y que cuenta con las ilustraciones de Elisenda Soler.
“No hay un momento idóneo para hablar, es mejor integrarlo desde siempre en el día a día”, explica Crespi en una conversación con El HuffPost Life, en la que insiste en que nunca es tarde para hacer las cosas bien aunque los padres crean que ya han dejado pasar la oportunidad. “Mi consejo es que no empiecen nunca con la típica frase de ‘vamos a tener una charla sobre sexo’, sino utilizar las oportunidades que surjan viendo una película, una escena, una conversación en una serie...”, destaca.
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Tomárselo con naturalidad es básico y evita todo tipo de meteduras de pata en la educación sexual de los más jóvenes, entre ellos el que la psicóloga considera la gran ‘cagada’ al hablar de sexo: demonizarlo. “El mayor error que podemos cometer es sancionar y castigar”, explica Crespi, que pone ejemplos concretos como “pillar a tu hijo enrollándose con alguien” o “ver que tiene un preservativo en la cartera”.
Su mensaje es claro: ”No hay que castigar ni reñir, que es la forma en la que han sido educadas muchas generaciones históricamente”. Para la psicóloga “ser sinceros y tranquilos” es la base de una buena educación sexual, tanto si sacan los padres el tema, como si son los adolescentes quienes tienen curiosidades y hacen preguntas. También cuando todavía son niños.
“Cuando los más pequeños hacen la típica pregunta de ‘¿De dónde vienen los niños?’ hay que explicarlo tal y como es. Para ellos es lo mismo el sistema reproductor que el digestivo”, apunta Crespi que insiste en que “lo convertimos en tabú nosotros mismos por la educación que hemos recibido”.
Educación sexual con perspectiva feminista
Crespi escribió este libro desde una perspectiva feminista porque considera que es la única forma en la que podemos educar a los jóvenes a día de hoy. “Tenemos que hablar de la misma forma con niños y niñas y normalizar el sexo”, cuenta la psicóloga. En el caso de las mujeres, la menstruación “suele ser el punto de partida para hablar sobre su sexualidad”, pero no debe quedar ahí.
“Es necesario explicar lo que le pasa al otro, porque muchas veces no son conscientes. También hay que hablarles a los chicos de la regla para que luego no genere rechazo ni sea un tabú”, insiste la psicóloga, que señala que a las niñas “se las avisa de que tengan cuidado de todo” y hay que comenzar a poner el foco en educar a los niños para que sean conscientes de que existen límites.
“Hay que hablar con ellos para inculcarles que el respeto es la base de toda relación humana”, señala Crespi. La psicóloga tiene claro que si hay víctimas de violencia machista es porque “tiene que haber un tejido por debajo sosteniéndolo que no es otra cosa que una educación sexista”.
Para ella todavía hay muchas cosas que cambiar como sociedad, y los padres juegan un papel fundamental a la hora de dejar claros los límites. “Desde detalles que están normalizados como que los chicos puedan ser más pesados a la hora de ligar o enfadarse porque una chica te dice que no”. Se puede, y se debe, hablar de todo.
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