El municipio lucha por la regeneración de su litoral, devorado por los temporales y los invernaderos
25.04.10 - 02:40 -
LAURA UBAGO motril@ideal.es | ALBUÑOL.
El proyecto contempla construir espigones, quitar la escollera y los invernaderos y realizar un paseo marítimo
El mar se mueve a su antojo y se alimenta de arena. Lo saben los que viven en el litoral de Albuñol, que han sentido la voracidad de las olas y que han visto sus playas reducidas a la mínima expresión. «Queremos espigones o nos llevará el mar», gritaron hace seis años, con el salitre rozándoles la cara.
Albuñol es un pueblo con mar pero cada vez con menos playa. En El Pozuelo calculan que hace 30 años la arena medía 40 metros más que ahora. «No queremos más regeneraciones de arena, queremos un proyecto integral que valga para siempre», vociferaron en otra ocasión los vecinos -hace unos años- cuando cortaron la carretera nacional para expresar su miedo a la desaparición de las casas por culpa de los temporales.
Ahora, el Ayuntamiento ha vuelto a mirar de frente a un problema histórico que ya se trató de superar sin éxito. A los que se criaron en El Pozuelo les apena ver cómo está la playa. Constantino, un vecino que emigró a Roquetas, ha dedicado unos versos a esta brutal transformación del entorno porque cuando la observa se le cae el alma a los pies de un golpe seco.
En El Pozuelo se da otra circunstancia triste para los que respetan y valoran el medio ambiente. Está llena de residuos agrícolas: plásticos, alambres, plaguicidas, fertilizantes y los invernaderos están en primerísima línea de playa, tanto que, frecuentemente el mar golpea la escollera que se construyó para protegerlos. Que los invernaderos ocupen unos dos kilómetros del litoral de Albuñol se debe a una circunstancia histórica. La zona en la que están corresponde a una amplia lengua de tierra que se produjo por los aportes masivos de la rambla tras las terribles inundaciones ocurridas en 1973 -la llamada nube-, que fue ocupada por los agricultores y que están en dominio público.
Negociación histórica
El proyecto de regeneración del litoral albuñolense lleva negociándose con las direcciones generales de Costas desde el año 95. Fruto de numerosas reuniones y de la presión vecinal se aprobó un proyecto -en 2003- con un presupuesto aproximado de ni más ni menos que 25 millones de euros.
El proceso se quedó estancado hasta el 2008, que ha sido cuando el nuevo gobierno municipal se ha propuesto como principal prioridad sacar adelante esta ambiciosa recuperación de las playas. Según cuenta la alcaldesa de Albuñol, María José Sánchez (PSOE), pronto tendrán una reunión en Madrid con Costas para reactivar totalmente el proyecto. Expone que consideran de vital importancia dos actuaciones: el establecimiento de espigones para la defensa de los núcleos de población -empezando por El Pozuelo que es «inaplazable»- y el posterior desarrollo de la regeneración medioambiental del litoral que «eliminaría de raíz el problema de los vertidos en la orilla del mar, que estamos padeciendo».
El concejal de Urbanismo, José Andrés Rodríguez explica que los planes del Ayuntamiento pasan por la construcción de espigones -insisten en que lo más importante es la «defensa de los pueblos»- retirar la escollera y los invernaderos que sea necesario, regenerar la playa y construir un paseo marítimo de unos cuatro kilómetros que vaya desde La Rábita a Huarea.
El proyecto incluye un deslinde que obligaría a derribar los invernaderos más próximos al mar. En el año 2002 se propuso la retirada del litoral de estas instalaciones -porque ya se barajaba la construcción del paseo marítimo- y los agricultores, entonces, dijeron estar dispuestos a moverlos ya que Costas garantizó concesiones de ocupación para que estos pudieran seguir viviendo de la agricultura bajo plástico. Ahora habría que buscar una fórmula parecida.
Una vez que el litoral esté regenerado, los planes municipales son ambiciosos. La Junta ha recogido en el Plan Subregional, un puerto deportivo y un área de oportunidad turística -para un hotel y viviendas- entre El Pozuelo y La Rábita para que esta zona pueda desarrollarse y no comer solo de la agricultura. Desde el Ayuntamiento entienden que tan solo cuando la playa esté regenerada podrá atraer a la inversión privada. Tienen un sueño y tienen ganas de hacerlo realidad. Para ello van a poner todo su esfuerzo. Tendrán que convencer a Costas de que el Gobierno haga una inversión millonaria en época de crisis, pero no pueden esperar más. Ya se imaginan cómo sería su playa siendo una playa 'de verdad', sin plásticos; sólo con arena.
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