Entre 2071 y 2100, en la región mediterránea se registrarán al menos tres olas de calor cada verano, mientras que entre 1961 y 1990 sólo se producía una, señalaron los autores del artículo, en base a un estudio realizado por ellos para el Instituto de Ciencia Atmosférica y Clima de ETH Zurich, un trabajo coordinado por el científico Erich Fisher. El resto de Europa sufriría mucho menos.
La cantidad de días veraniegos con temperaturas por encima de los 40,6 grados centígrados, el umbral de Estados Unidos para emitir alarmas de salud pública, se elevaría en las zonas costeras del Mediterráneo hasta los 16 anuales, frente a los 1,6 registrados entre 1961 y 1990.
Los problemas coronarios relacionados con el calor se harán sentir más entre las personas que vivan cerca de la costa o en valles situados junto a ríos bajos. "Algunas de las regiones europeas más densamente pobladas, como las zonas urbanas de Atenas, Bucarest, Marsella, Milán, Roma y Nápoles, experimentarán los cambios más severos en indicadores de salud", indicaron los autores del artículo.
La contaminación del aire, unida a las altas temperaturas, podría agravar los riesgos para la salud de las personas con problemas respiratorios o coronarios, señaló Fisher, añadiendo que no se pueden estimar los daños mortales ocasionados por los futuros aumentos de las temperaturas. En 2003, una ola de calor provocó la muerte de unas 40.000 personas en toda Europa.
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