Tanto la Mancomunidad de Municipios como los empresarios plantean protestas si el recorte en Fomento implica la dilación de los tramos de la Autovía en el litoral
NACHO MARTÍN / MOTRIL | ACTUALIZADO 25.05.2010 - 01:00uno de los tramos abiertos en la A-7Un mes tiene el Gobierno de la nación para aclarar si el tijeretazo económico afecta o no a la A-7. Éste es el ultimátum. En caso contrario, habrá "grandes movilizaciones que no han tenido precedente en esta comarca". Ese fue el grito de guerra que lanzó el alcalde de Motril, Carlos Rojas, cuando se enteró de que la Autovía del Mediterráneo podría sufrir un año más de retraso. Doce meses -como mínimo- más que se unen a una fecha que el PSOE se empeña en mantener en 2012 cuando, a juzgar por el ritmo de las obras, cada vez es más difícil de sostener.No haría falta ni siquiera que haya una contestación por parte de Fomento diciendo que no afectará el recorte a la A-7, con que no conteste ya será suficiente para echarse a la calle. Rojas entiende que se producirá entonces un silencio positivo y tiene intención de recurrir a todos los colectivos no sólo de Granada, sino de las provincias vecinas que también resultan afectados por el retraso en la construcción de esta autovía.
La mayoría de las organizaciones empresariales, tejido asociativo, así como organismos de derecho público independientes tampoco se van a quedar de brazos cruzados, bien secundando dichas movilizaciones o dando algún plante que ayude a recapacitar a los que tienen la decisión final de decir por dónde se debe recortar y por dónde no. Lo cierto es que están deseando que alguien les diga dónde y cuándo tienen que ir para expresar el hartazgo que llevan dentro desde hace años, máxime cuando el pasado fin de semana ha servido de ensayo de lo que espera a habitantes y visitantes en la Costa este verano: Atascos y más atascos.
Carmen López, vicepresidenta de Adehos (Asociación de Hosteleros de Motril), recuerda indignada cómo se ha pasado buena parte de su fin de semana en las retenciones de la carretera. "Tardé una hora para ir a Almuñécar y me quedé atrapada en una cola de 10 kilómetros en la A-44 por unos desprendimientos".
Los hoteleros también están que trinan, los chiringuiteros, los comerciantes... Saben que se está produciendo una fuga de público que no está dispuesto a tragarse tantas retenciones y optan por otros destinos cercanos, como Málaga.
Algunas fuentes consultadas insinúan incluso aparecer con una mordaza en la boca en algún sitio, porque ya no les queda nada más que decir después de 15 años de retrasos de una autovía que no llega y que es fundamental. Es el único tramo de la Autovía del Mediterráneo que está sin acabar.
Los ciudadanos tampoco pueden más. Ya la mayoría sabe que ha llegado el momento de evitar al máximo los desplazamientos a lo largo de toda la N-340 que discurre por la Costa de Granada. Gerardo, que trabaja en Albuñol, y vive en Motril, emplea una hora al día en un trayecto de 40 kilómetros. Juan, que tiene su empleo en Salobreña, no vino ayer a realizar unos trámites burocráticos por miedo al tráfico. Y Carlos, que vive en Motril, descarta completamente ir a partir de ahora a su chiringuito preferido en La Herradura, por miedo a los atascos.
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