Las obras, que han transcurrido durante casi medio año, han costado 25 millones de euros · Estarán listas en verano según el compromiso del subdelegado del Gobierno
ROSA FERNÁNDEZ / MOTRIL, COSTA un grupo de operarios trabaja en las obras de la carretera nacionalAunque la desesperación no se puede medir, los habitantes de la costa oriental de Granada afirman que están aún más desesperados que el resto de los de la Costa Tropical -si cabe- con el asunto de las comunicaciones. "Lo nuestro es mucho peor, ya que estamos dejados de la mano de Dios", asegura Antonio Rodríguez, presidente de la Asociación de Empresarios de Albuñol. Junto a él, el director de una sucursal bancaria que dice que tarda unos 50 minutos en ir y venir diariamente a esta localidad desde Motril, su lugar de residencia. Un trayecto de menos de 46 kilómetros en los que se emplea casi una hora. A menos de un kilómetro por minuto, cuando en autovía no dejarían de ser aproximadamente 20. Pero la A-7 no llega aún y hay que aferrarse a la única vía de comunicación que existe ahora mismo: La vieja carretera nacional 340.
Los problemas que ha sufrido esta última por culpa de los temporales de este invierno han venido a incrementar el calvario de los conductores que han transitado desde el mes de febrero por esta vía, especialmente a la altura de Albuñol y Rubite. Han sido casi 6 meses los que han tenido que convivir con conos, carriles cortados, muchos baches y frenazos, que han aumentado el nivel de peligrosidad. Afortunadamente este infierno va tocando a su fin y el subdelegado del Gobierno, Antonio Cruz, cumple así su promesa de que "la N-340 estará lista en verano", que realizó en febrero.
Para la realización de estos trabajos, que fueron declarados "de emergencia" por parte del Gobierno de España, se aprobaron tres partidas con carácter urgente: Una primera, de más de 2.094.401,75 millones de euros, otra de 7,5 millones y una última por un importe de 15,5 millones liberada en Consejo de Ministros de 19 de marzo. En total, 25 millones de euros, casi lo que cuesta un tramo de autovía.
La urgencia estaba justificada en que no existía otra ruta alternativa para unir estos puntos, por la inseguridad generada para los conductores y porque en algunos puntos la carretera quedó rajada y amenazaba literalmente con deslizarse hasta el mar. En algunos puntos, como a la altura de Sorvilán y Albuñol, se formaron grandes grietas que hacían temer que la carretera quedase cortada por completo, con los problemas que eso conllevaría. Lo que sí ocurrió fue el corte de un tramo del carril en dirección a Almería, cerca del barranco de El Saltadero, en el municipio de Albuñol. El corte se señalizó por un sistema semafórico.
Aparte, las dificultades del terreno, que se caracteriza, precisamente por su composición arcillosa y sus deslizamientos. En los puntos kilométricos 367 y 369,5, cerca de Melicena, también aparecieron numerosas grietas.
Los trabajos que han realizado docenas de operarios, en algunos casos, de día y de noche, comenzaron en enero por la estabilización de un terraplén ubicado en el kilómetros 369,6 de la N-340, que se vio afectado con motivo de las precipitaciones del 21 al 26 de diciembre de 2009. En resumen, se ha procedido a la construcción de pantallas y muros, la estabilización de terraplenes, reparación de drenajes y colocación de mallas. En la realización de estas obras perdió la vida el día 3 de marzo un trabajador, al volcar la excavadora que conducía en la N-340 a la altura del término municipal de Albuñol.
Aunque este último fue el más trágico, se vivieron otros episodios complicados, como la huelga de hambre que estuvo a punto de protagonizar el alcalde de Rubite, Arsenio Vázquez, hecho que no se produjo al final por el compromiso de la Demarcación de Carreteras de Andalucía Oriental de que intervendrían de forma urgente en la carretera que unía su pueblo. Los agricultores de Rubite amenazaron con cortar la A-7 a su paso por esta localidad para protestar por la situación precaria de su sector, aunque atendieron a la recomendación de Antonio Cruz de que no lo hicieran, ya que se quedarían incomunicados, debido al mal estado de la carretera en esta localidad.
Ahora mismo, ya están finalizadas las actuaciones en el kilómetro 369, que ya está abierto al tráfico, en el 367 se están realizando los últimos retoques y el tramo más dañado, en Rubite, atraviesa su recta final. Los habitantes de esta localidad cuentan con la A-7, por lo que la utilización de este tramo "ha quedado prácticamente reducida a uso local de residentes y dueños de invernaderos", según la Subdelegación del Gobierno.
La alcaldesa de Albuñol, María José Sánchez, ha mostrado a este periódico su satisfacción ante la finalización de estas obras que permiten ahora hacer el trayecto hasta otros puntos, por lo menos, sin interrupciones. Hasta que llegue la A-7 (proyectada para esta legislatura), toca seguir utilizando la N-340 por la que circulan cientos de vehículos al día.
El presidente de los empresarios recuerda que en el caso de reuniones con personas de fuera en Albuñol por asuntos relacionados con la agricultura, sector al que él se dedica, le han dicho que cómo pueden estar así, en esa situación "tercermundista". "Lo peor no somos nosotros, los que estamos aquí, si no los que vienen una vez y no quieren volver", sentencia Antonio Rodríguez. Y de la llegada de turistas, cuando las comunicaciones son malas, mejor no hablar.
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