ACABO de pasar unos días estupendos en Lanjarón, donde he participado en el curso Agua y Cultura que organiza el renovado Balneario de Lanjarón, bajo la dirección de un grupo de profesores universitarios de Granada, entre los que destacan José Manuel Ruiz y el poeta Antonio Carvajal. Todo en el curso es sugerente y atractivo. La Alpujarra, con su paisaje fuerte. El pueblo de Lanjarón, con toda la belleza de los pueblos serranos de Andalucía. El edificio del Balneario y sus diversas arquitecturas, que conserva todas sus cualidades saludables tradicionales, unidas a todos los atractivos de un moderno spa, (salutem per aqua). Los estilizados arcos que enmarcan los manantiales, el encantador Salón de Baile, genuina arquitectura de los años 50, con ricos mármoles y una extraordinaria pista de madera. Una barra en uno de los testeros y un pequeño escenario en el opuesto sugieren mil y una posibilidades escénicas. Y, sobre todo ello, destaca el afable trato de las gentes, tanto los habitantes del pueblo como los veraneantes y agüistas, y por supuesto, los asistentes al curso.
Durante esos días, la cultura del agua nos ha envuelto. En ríos y arroyos de aguas frías de las cumbres de Sierra Nevada. Manantiales amables, fuentes y estanques de arquitectura esencial. Pozos y acequias que llenan de vida los campos. Huertos y bancales, que nos cuentan el trabajo del hombre por dominar la tierra. Arboledas y jardines, como el de la Capuchina, en cuya sombreada pérgola, a modo de aula, se desarrollan las sesiones de trabajo del curso. Placeta de las Palmeras, con surtidor repicante, donde la noche se hace amistad. Aguas que bebemos continuamente, en un antiguo y repetido ritual. Y aguas en las que nos sumergimos, en estudiadas abluciones. Toda nuestra cultura ancestral viene al encuentro: griegos, romanos, árabes, príncipes renacentistas. Termas y baños. Albercas y piscinas. Vapores y aguas heladas. Una sabia combinación entre aguas y sesiones académicas, que nos motiva. El tema del curso, en su sexta edición, ha sido "Agua del cielo no quita riego". Viejo refrán labrador, que nos recuerda, que los dones de la naturaleza no quitan del esfuerzo. Las ponencias se han ido sucediendo con naturalidad: Agua y cultura en la Grecia clásica, Almunias y huertas en la Granada Islámica, El agua en el Teatro, El agua en la poesía latina, La lluvia en el cine, etcétera... Lecturas poéticas y tertulias. Leyendas y ritos, como los baños del Jordán y el bautismo de agua purificadora. Buster Keaton y su genial máscara, Gene Kelly en el esplendor de su creatividad, García Lorca, tan cercano a estas tierras, cuyas aguas están en toda su poesía, el poeta latino Cátulo, Ovidio y sus fuentes, Píndaro el cantor de Olimpia , Tales de Mileto, que nos indica que el agua es el principio. Todos ellos nos han hablado por boca de los conferenciantes.
Creo que en estos finales de agosto, cuando nos disponemos a comenzar un nuevo ciclo de tareas y esfuerzos, los días en Lanjarón, de agua , cultura y amistad, nos ayudarán a valorar lo esencial.
Durante esos días, la cultura del agua nos ha envuelto. En ríos y arroyos de aguas frías de las cumbres de Sierra Nevada. Manantiales amables, fuentes y estanques de arquitectura esencial. Pozos y acequias que llenan de vida los campos. Huertos y bancales, que nos cuentan el trabajo del hombre por dominar la tierra. Arboledas y jardines, como el de la Capuchina, en cuya sombreada pérgola, a modo de aula, se desarrollan las sesiones de trabajo del curso. Placeta de las Palmeras, con surtidor repicante, donde la noche se hace amistad. Aguas que bebemos continuamente, en un antiguo y repetido ritual. Y aguas en las que nos sumergimos, en estudiadas abluciones. Toda nuestra cultura ancestral viene al encuentro: griegos, romanos, árabes, príncipes renacentistas. Termas y baños. Albercas y piscinas. Vapores y aguas heladas. Una sabia combinación entre aguas y sesiones académicas, que nos motiva. El tema del curso, en su sexta edición, ha sido "Agua del cielo no quita riego". Viejo refrán labrador, que nos recuerda, que los dones de la naturaleza no quitan del esfuerzo. Las ponencias se han ido sucediendo con naturalidad: Agua y cultura en la Grecia clásica, Almunias y huertas en la Granada Islámica, El agua en el Teatro, El agua en la poesía latina, La lluvia en el cine, etcétera... Lecturas poéticas y tertulias. Leyendas y ritos, como los baños del Jordán y el bautismo de agua purificadora. Buster Keaton y su genial máscara, Gene Kelly en el esplendor de su creatividad, García Lorca, tan cercano a estas tierras, cuyas aguas están en toda su poesía, el poeta latino Cátulo, Ovidio y sus fuentes, Píndaro el cantor de Olimpia , Tales de Mileto, que nos indica que el agua es el principio. Todos ellos nos han hablado por boca de los conferenciantes.
Creo que en estos finales de agosto, cuando nos disponemos a comenzar un nuevo ciclo de tareas y esfuerzos, los días en Lanjarón, de agua , cultura y amistad, nos ayudarán a valorar lo esencial.
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