El artista granadino suma a su palmarés el segundo galardón de las artes escénicas en una gala en la que no faltaron alusiones al IVA cultural
G. CAPPA / EFEManuel Liñán, ayer, tras recibir el Max al mejor intérprete de danza.
El bailaor granadino Manuel Liñán consiguió ayer el premio Max al Mejor Intérprete de Danza por el espectáculo Tacita a tacita. Es la segunda 'estatuilla con antifaz' de su carrera aunque en esta ocasión no tendrá que compartirla con nadie tras ganar el de Mejor Coreografía en 2009 por la obra De cabeza, donde alzó un Max compartido con Teresa Nieto, Olga Pericet, Jesús Caramés, Daniel Doña y Vanessa Medina. El artista, que se impuso a Carlos Miró y Toni Aparisi, también competía en el apartado de Mejor Coreografía junto al granadino Daniel Doña por Rew, aunque finalmente salió de la gala con una mano libre de premios. El galardón es, de paso, un espaldarazo al ciclo Lorca y Granada que tendrá lugar los meses de julio y agosto en el Generalife y que estará protagonizado por el flamante premio Max.
La compañía Laví e Bel, que competía en Mejor Espectáculo de Teatro Musical, no pudo añadir otro Max a su currículum tras ganarlo en 2009 con Cabaret líquido. Pero, como señalaba el director de la compañía, Emilio Goyanes, antes de viajar a la gala en Madrid, "estar entre los finalistas en un apartado en el que competimos desde Granada con la industria del teatro musical de Barcelona y Madrid es un éxito.
Fue la noche de Follies, un musical producido por el Teatro Español que después de su gran aceptación volverá a estar en la cartelera madrileña del 8 de junio al 28 de julio. Los Max reconocieron con seis estatuillas (incluidas mejor espectáculo musical, mejor actor para Carlos Hipólito y mejores direcciones de escena y musical para Mario Gas y Pep Pladellorens) esta obra que parte de un libreto de James Goldman y de la música y las letras de Stephen Sondheim y que constituye una poética evocación del mundo de la revista y del teatro desde los años 20 del pasado siglo hasta 1971, cuando comienza la acción.
En unos Max reivindicativos en los que no faltaron las alusiones a la subida del IVA cultural y a la vigencia del teatro como elemento transformador ("la más antigua y sagrada de las ceremonias", en palabras de la ganadora del premio de honor, Ana Diosdado), Tacita a tacita, de Teresa Nieto,se convirtió en otro de los montajes protagonistas con cuatro galardones encabezados por el de mejor espectáculo de danza. En la luna se llevó tres y De ratones y hombres, dos.
Desde el comienzo de la gala, presentada por Álex O'Dogherty y que duró poco más de dos horas, se vio que era la noche de Follies, un espectáculo que contrasta la vida real con la irrealidad del teatro. Una de las ovaciones de la noche se la llevó la veterana Asunción Balaguer, ganadora del premio a la mejor actriz de reparto por este montaje que fue producido originalmente en Broadway por Harold Prince. "Es el premio que esperaba toda mi vida", aseguró. Follies también se llevó el reconocimiento al mejor figurinista para Antonio Belart.
Fue también una noche para la convivencia entre las nuevas voces del teatro español y grandes referentes como Balaguer, Diosdado, Gas o Amparo Baró, premiada como mejor actriz por Agostoy que no estuvo presente, por lo que el Max lo recogió Carmen Machi, que era candidata en la misma categoría por Juicio a una zorra.
En el aspecto reivindicativo, Gas quiso dar "un toque de atención" a todas las administraciones "para que se tomen en serio que esto es un oficio cultural compuesto por oficios que no deben desaparecer". Hubo diversos comentarios sobre el IVA y críticas (por parte del presidente de la Fundación Autor de la SGAE, Antonio Onetti) a la Ley de Propiedad Intelectual y a la tardanza en la aprobación de la nueva Ley de Mecenazgo. "Sí se puede" fue, por otra parte, una de las frases más repetidas de la noche. Las responsables de la compañía Teatro de Malta, ganadora del premio al mejor espectáculo infantil por Alegría, palabra de Gloria Fuertes, dedicaron el galardón al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y a la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, que retiró las ayudas públicas al teatro en esta comunidad autónoma.
De ratones y hombres, la obra que aspiraba a más premios, 12, se quedó finalmente con dos, mejor escenografía para Eduardo Moreno y diseño de iluminación para Juanjo Llorens. Miguel del Arco, director de este montaje, no pudo repetir su gran éxito de los últimos años en los Max. En la luna, una coproducción de Teatro de la Abadía y Teatre Lliure, fue distinguido como mejor espectáculo de teatro.
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