Una vez clausurada la exposición en Fuente Vaqueros, y con el firme propósito de fomentar el conocimiento de esta rica etapa de la historia de Granada y de sus proyectos culturales, entre el que resalta sobre todos, la publicación de la revista gallo, el Patronato Cultural Federico García Lorca de la Diputación de Granada, idea reutilizar parte del material de la muestra Gallo, documentos recuperados y adaptarlo para que pueda ser disfrutado y conocido en otros municipios de la provincia.
El primer municipio que debía disfrutarla, no podía ser otro que Almuñécar, destino al que llegaron por carta muchas de los documentos que se exponen. Destacan especialmente los magníficos dibujos y dedicatorias que Federico García Lorca regaló a Enrique Mateos, junto a materiales como fotografías del balneario que su familia regentaba en la playa Puerta del Mar, cuyas instalaciones fueron utilizadas por miembros del grupo de gallo durante sus vacaciones en la localidad costera ; o la del Hotel Palace de Almuñécar, en la que Manuel de Falla estuvo tocando el piano durante la visita efectuada en compañía de Federico y de José Manuel Segura.
Además de las portadas de los dos únicos números de la revista y del satírico suplemento ‘Pavo’, una colección de recortes de prensa de la época donde se hacen eco de la publicación de la revista, fotos de todos ellos, etcétera. “Hacen posible que este material reunido se convierta en prueba patente de la complicidad y los lazos de amistad que mantuvieron estos jóvenes granadinos de los años veinte, que fueron capaces de proyectar y trabajar en Granada por una forma nueva de entender el arte y la cultura en general, en consonancia con las tendencias vanguardista de una época irrepetible”, explicaba José Antonio González Alcalá, diputado delegado de Cultura, durante la inauguración de la exposición, abierta al público en la Casa de la Cultura sexitana, en la que también estuvo presente la alcaldesa de Almuñécar, Trinidad Herrera.
Enrique Mateos, doce años menor que Federico, aunque participe silencioso de esta “aventura” hasta hace muy poco, “nos dejó un legado imprescindible, merecedor de ser difundido desde esta institución lorquiana. Entre las muchas misivas que Mateos recibió en Almuñécar, se exponen una tarjeta postal colectiva, y la ampliación de un fragmento de una carta de Joaquín Amigo, gran compañero de Federico y mentor del grupo vanguardista, en el verano de 1927”, prosiguió González Alcalá.
A pesar de ser una selección de lo expuesto en Fuente Vaqueros, la muestra Gallo, documentos recuperados reúne las suficientes referencias para ser, como muy bien explica Nicolás Antonio Ferández en el texto que ha escrito para la inauguración de Almuñécar, “un tributo a la obra lorquiana y a aquellos jóvenes amigos del poeta, en especial, al almuñequero Enrique Mateos, testigo de excepción”. El Patronato García Lorca la ofrecerá, como novedad, dentro del programa de convenios municipales ‘Granada es Provincia’, bajo el apartado de ‘Lorca Visita…’, junto a otras nueve exposiciones itinerantes.
“No es la misma exposición que meses atrás se presentara en la Casa Natal de Federico García Lorca, es un resumen de aquella magnífica exposición que pretendemos trasladar a toda la provincia, a fin de seguir con el empeño de divulgar la figura de nuestro Hijo Predilecto como es Federico García Lorca y todo su entorno, especialmente esa etapa de los años 20 que tanto supuso para la cultura de Granada”, apostilló José Antonio González Alcalá.
Antecedentes
En 2012, Nicolás Antonio Fernández le propone a la Diputación de Granada la publicación de su libro, Federico García Lorca y el grupo de la revista gallo. La vanguardia literaria en la Granada de los años veinte, que resultó ser uno de los ensayos más completos y novedosos -entre otras muchas razones, por la cantidad de documentación inédita que incluyó- sobre la etapa de Federico García Lorca, entre los años 1926 y 1928 -trabajo que se presentó también en este municipio costero-.
A raíz de esta primera colaboración con Nicolás, surge la propuesta de exponer en Fuente Vaqueros -coincidiendo con la conmemoración del 115 aniversario del nacimiento del poeta- el valioso legado documental que sirvió de base a su estudio, de tal forma que, por primera vez, se exhibió este material, inédito y excepcional, que Enrique Mateos conservó durante ochenta años como recuerdo de su amistad probada con todos los jóvenes gallistas, entre los que se encontraba Federico García Lorca, como capitán de esta aventura.
Datos generales sobre Enrique Mateos Almoguera
Joven redactor que ha permitido recomponer, en parte, la visión interna del grupo. ¿Quién fue aquel Enrique Mateos Almoguera, a quien las crónicas periodísticas citaban en la primera línea de los asistentes el día de la presentación en público de la revista gallo, el 8 de marzo de 1928?
Natural de Almuñécar (1910-1975), es el menor de tres hermanos de una familia aficionada a la lectura, la música y la fotografía. Con diez años se desplaza a Granada para continuar la formación escolar. El Instituto Nacional de Segunda enseñanza le expide el título de bachiller en 1926. Como era costumbre, simultanea los estudios de Derecho y de Filosofía y Letras, y se licencia en la carrera jurídica en 1930 con calificación final de sobresaliente y brillantes notas durante la carrera.
Hacia 1926 entra en contacto con el grupo de Federico, participando en la tertulia y colaborando en la prensa, El Defensor de Granada por lo común, con notas y reseñas bibliográficas. La relación con sus compañeros no se interrumpe durante las vacaciones estivales y el descanso universitario, etapa en la que regresa a su ciudad natal; entonces se convierte en el corresponsal de Ruiz Carnero con crónicas veraniegas. Además de prodigarse con la correspondencia, es visitado con frecuencia por ellos, que aprovechan la jornada para disfrutar de las instalaciones del balneario propiedad de su padre, en la céntrica playa sexitana de la Puerta del Mar, junto a los hoteles.
Interviene en Almuñécar como corresponsal sísmico del granadino observatorio Geofísico de Cartuja y escribe artículos sobre le turismo local en las revistas motrileñas. Sus tempranas inquietudes fotográficas le llevan a retratar en espléndidas instantáneas las imágenes insólitas de aquellos parajes.
Su afición por conservar la documentación –en parte desaparecida o destruida – recibida en Almuñécar en torno a 1926-1928 nos permite acercarnos un poco más a aquel grupo de verdaderos amigos. En este sentido, el joven Mateos actúa como de testigo excepcional durante el proceso de formación del grupo y creación de la revista gallo.
Su residencia vacacional en Almuñécar y la titularidad paterna del balneario le convirtieron en el ideal depositario epistolar del grupo. Fue el miembro que reclamaba –y obtenía- de sus compañeros puntual información del proceso de gestación de la revista, con sus altibajos, de las reuniones de la tertulia, de las visitas de Federico y de los proyectos colectivos. Joaquín Amigo, Enrique Gómez Arboleya, Luis Álvarez de Cienfuegos, Nicolás Ramiro o el propio Federico García Lorca le remiten cartas y tarjetas postales en un común afán por mantener, en su ausencia, los lazos de amistad.
Fragmento del libro: Nicolás Antonio Fernández. Federico García Lorca y el grupo de la revista gallo. La vanguardia literaria en la Granada de los años veinte. Diputación de Granada, 2012
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