sábado, 14 de septiembre de 2013

El acaparador de corazones granadahoy.com

El cantante congregó ayer a cerca de 10.000 personas en la Plaza de Toros con el primero de sus conciertos granadinos de la gira 'Tanto' que emocionó a sus asistentes
G. CAPPA GRANADA 
El amor, esa palabra que provoca una sonrisa bobalicona en el enamorado y escozor en el recién divorciado, fue ayer el protagonista del primero de los conciertos que Pablo Alborán ofrece en la Plaza de Toros. Fueron cerca de 10.000 personas las que dejaron ayer su corazón latir libremente y, esta noche, otras tantas vivirán su particular taquicardia emocional con el cantante malagueño. 

La hazaña de vender más de 20.000 entradas sólo está al alcance de un artista que no ofrece nada nuevo, no ha inventado la pólvora ni necesita dar brincos en el escenario. Llegó acompañado de una potente banda pero, con una guitarra y su voz, los espectadores hubieran salido igual de satisfechos. Y si repasan las últimas entrevistas que ha concedido, llama la atención que es el único músico que no habla de la crisis; en su caso, colgar el cartel de 'No hay billetes' y vender millones de discos es algo tan habitual como atusarse el flequillo rubio por las mañanas. 

"Indescriptible. Granada siempre tan cariñosa y entregada.. Granada, seré vuestro en cuestión de horas", escribía poco antes del concierto en su concurrida cuenta de Twitter, un ejemplo de la complicidad y cercanía que mantiene con sus fans. 

Apareció en el escenario del coso taurino a ritmo de Toda la noche, tras una introducción de vídeo y luces en la pantalla gigante que separa a los artistas de masas y a los esforzados currantes de la guitarra. Después llegaron temas como Deshidratándome, anticipo de Me iré No te olvidaré, con una de las letras más conseguidas del artista. Alborán, que está en las antípodas de Bob Dylan -que nunca hace un gesto al público en los conciertos- se mostró emocionado con el recibimiento de las fans de Granada y no paró de hacer guiños a un público que lo miraba con aire embelesado, una expresión parecida a la que le dirigía Letizia Ortiz a Don Felipe el día de su boda. 

Prometía un espectáculo más cañero; y en cierto sentido no mentía, con la potente presencia de la guitarra eléctrica y el espectacular juego de luces y de pantallas. El artista sacó músculo, y no sólo en el sentido musical: su paso por los gimnasios le ha vuelto más cachas, pero sin perder un ápice de sensibilidad. Es el bautismo de Alborán en el mainstream, en la Champions League de los cantantes donde compite de tú a tú con Alejandro Sanz y ya se permite mirar por el retrovisor a David Bisbal o Bustamante. Porque, aunque a otros artistas que irrumpen de improviso en el panorama musical se les atisba una carrera tan efímera como como un canapé en una recepción, la vida de Pablo Alborán sobre los escenarios se prevé larga y duradera. Lo demuestra el hecho de que, aunque las seguidoras más jóvenes eran las que más se hacían notar, otras admiradores de todas las edades contenían las ganas de echarse al ruedo y jalear al cantante. 

Yo no lo sabía, Caramelo o dónde está el corazón fueron otros de los temas que sonaron en la primera parte antes de adentrarse en la parte acústica del concierto con Te he echado de menos, El beso, Perdóname, La vie en rose o Ladrona de mi piel. Después presentó cariñosamente a la banda que le acompaña en la gira, formada por Porta a la guitarra, Antonio de Haro al bajo, Jorge García a la batería, David Villa a los teclados, Miguel Ángel Collados en la dirección musical y Lolo Álvarez a la guitarra. Para concluir, cantó la inevitable Solamente túÉxtasis, Volver a empezar y En brazos de ella. Esta noche se repetirán canciones, frases, emociones y corazones latiendo al unísono.

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