El acto de recuerdo al poeta en el 78 aniversario de su fusilamiento discurrió sin ningún incidente y en un ambiente más calmado que el celebrado el pasado año
G. CAPPA GRANADA
Un niño se para ante el monolito en el Parque de Alfacar dedicado "a la memoria de Federico García Lorca y todas las víctimas de la Guerra Civil". Lo lee en voz alta y pregunta a su padre qué significa esa frase. "Cuando seas mayor lo entenderás", le responde el atribulado progenitor ante esas inocentes preguntas de los niños que desarman al mejor orador. El acto de homenaje al autor de La casa de Bernarda Alba en el 78 aniversario de su fusilamiento discurrió de manera más sosegada que en el año anterior. De entrada, unos pocos efectivos de la Policía Local de Alfacar y un par de guardias de seguridad contrastaban con el amplio despliegue del año pasado, en el que la Guardia Civil, que ayer estuvo ausente del dispositivo, llegó a requisar banderas republicanas a algunos asistentes. La imagen que mejor ilustró la cordialidad entre los republicanos y las fuerzas del orden era la de una sindicalista del SAT, con una bandera de Andalucía al hombro, charlando animadamente con dos policías locales.
La decena de manifestantes de este año apenas interfirió el discurso de Sebastián Pérez, presidente de la Diputación, que previamente había colocado en silencio respetuoso ocho rosas blancas ante el monolito en compañía de la alcaldesa de Alfacar, Inmaculada López Torices; y de la delegada en funciones de la Junta de Andalucía, Inmaculada Oria. "La provincia de Granada está y estará siempre vinculada al legado de Federico, y este sentimiento, que está por encima de cualquier tipo de bandería, tratamos de reconocerlo con todas nuestras acciones en pro de un mayor reconocimiento, promoción y difusión de la obra lorquiana", afirmó Sebastián Pérez al principio de su discurso, cuando de soslayo se dirigió a los manifestantes republicanos afirmando que Lorca hubiese querido un acto "festivo, en paz y libertad". Los aludidos, por su parte, se retiraron del acto tras una rápida encuesta entre ellos: "O reventamos el acto o nos vamos", se dijeron antes de recoger las banderas republicanas y abandonar el recinto. "El agua y la luna, la Vega y su querencia por todo lo granadino y lo andaluz, por su historia y sus tradiciones, están hoy aquí con nosotros como símbolos universales de quien siempre le dio una oportunidad al arte sobre la muerte. Renovamos, humildemente, cada año, nuestro compromiso con la literatura de un Federico que nos hace mejores", continuó Sebastián Pérez antes de hacer, como en todos los 17 de agosto desde que es presidente de la Diputación, un llamamiento para que el Centro Lorca abra sus puertas cuanto antes. "No parece lógico que en Granada se eternicen por sistema todos los proyectos estratégicos, pese al acuerdo de todas las instituciones de la provincia. Desde el compromiso de esta Diputación bicentenaria, confiamos en que a principios de 2015 el Centro Lorca pueda estar funcionando con una programación que complemente desde la Plaza de la Romanilla lo mejor de la obra del autor del Romancero gitano, así como su archivo personal que estará por fin en Granada que es donde siempre tuvo que estar", afirmó el presidente provincial.
A continuación dio paso a la joven violinista de 12 años María Dueñas, que estuvo acompañada en su interpretación por el pianista Ángel Jábega. Juntos interpretaron obras de Albéniz, Falla, Sarasate y el propio Federico García Lorca, de quien abordaron una selección de canciones populares como Café de Chinitas, Los cuatro muleros o La Tarara. "Quizá, parafraseando los versos que el propio poeta dedicara al torero Ignacio Sánchez Megías en aquella obra maestra de la literatura del siglo XX, diríamos también: Tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace, un andaluz tan claro, y tan rico de aventura", concluyó Sebastián Pérez en un acto que discurrió con más armonía que en ediciones pasadas.
La decena de manifestantes de este año apenas interfirió el discurso de Sebastián Pérez, presidente de la Diputación, que previamente había colocado en silencio respetuoso ocho rosas blancas ante el monolito en compañía de la alcaldesa de Alfacar, Inmaculada López Torices; y de la delegada en funciones de la Junta de Andalucía, Inmaculada Oria. "La provincia de Granada está y estará siempre vinculada al legado de Federico, y este sentimiento, que está por encima de cualquier tipo de bandería, tratamos de reconocerlo con todas nuestras acciones en pro de un mayor reconocimiento, promoción y difusión de la obra lorquiana", afirmó Sebastián Pérez al principio de su discurso, cuando de soslayo se dirigió a los manifestantes republicanos afirmando que Lorca hubiese querido un acto "festivo, en paz y libertad". Los aludidos, por su parte, se retiraron del acto tras una rápida encuesta entre ellos: "O reventamos el acto o nos vamos", se dijeron antes de recoger las banderas republicanas y abandonar el recinto. "El agua y la luna, la Vega y su querencia por todo lo granadino y lo andaluz, por su historia y sus tradiciones, están hoy aquí con nosotros como símbolos universales de quien siempre le dio una oportunidad al arte sobre la muerte. Renovamos, humildemente, cada año, nuestro compromiso con la literatura de un Federico que nos hace mejores", continuó Sebastián Pérez antes de hacer, como en todos los 17 de agosto desde que es presidente de la Diputación, un llamamiento para que el Centro Lorca abra sus puertas cuanto antes. "No parece lógico que en Granada se eternicen por sistema todos los proyectos estratégicos, pese al acuerdo de todas las instituciones de la provincia. Desde el compromiso de esta Diputación bicentenaria, confiamos en que a principios de 2015 el Centro Lorca pueda estar funcionando con una programación que complemente desde la Plaza de la Romanilla lo mejor de la obra del autor del Romancero gitano, así como su archivo personal que estará por fin en Granada que es donde siempre tuvo que estar", afirmó el presidente provincial.
A continuación dio paso a la joven violinista de 12 años María Dueñas, que estuvo acompañada en su interpretación por el pianista Ángel Jábega. Juntos interpretaron obras de Albéniz, Falla, Sarasate y el propio Federico García Lorca, de quien abordaron una selección de canciones populares como Café de Chinitas, Los cuatro muleros o La Tarara. "Quizá, parafraseando los versos que el propio poeta dedicara al torero Ignacio Sánchez Megías en aquella obra maestra de la literatura del siglo XX, diríamos también: Tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace, un andaluz tan claro, y tan rico de aventura", concluyó Sebastián Pérez en un acto que discurrió con más armonía que en ediciones pasadas.
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