- Eduardo Montero, el hermano del músico, inventó el moto-litro; el mecánico Luis Casares, la copia de los cilindros fonográficos
- Falta el tercero para que mande cuanto antes el virus al basurero
Montero y su moto-litro. |
JOSÉ LUIS DELGADO
Son frecuentes los olvidos en Granada. Y numerosos los granadinos que no llegaron nunca a ser profetas en su tierra. Hoy recordamos a dos, pero hacía falta otro paisano listo que inventara cuanto antes la vacuna contra el virus. Conocida es la familia de los Montero; fue don José María Montero Gallegos el fundador de nuestra Banda Municipal allá por 1917 y su hijo Adolfo el profesor de Música y regente de la tienda de efectos musicales que tuvo su sede en la calle Reyes Católicos. Larga familia que llegó a Granada procedente de Berja (Almería). (Ver mi artículo La banda municipal y los maestros Montero, en Granada Hoy, 17, 9, 2012, internet).
Un hermano de José María de nombre Eduardo prefirió los estudios de Física antes que los musicales, y se dedicó a hacer experiencias más o menos caseras con artilugios mecánicos relacionados con las faenas del campo y sobre todo con la necesidad de procurar agua a las tierras secas e incluso a las casas de vecinos. Esto le llevó a inventar un ingenioso y muy práctico mecanismo portátil pensado para elevar agua aprovechando la fuerza de la misma corriente, a la manera de los molinos medievales. Lo bautizó con el nombre de moto-litro. Se trataba de un elevador doble basado en el principio de la balanza y la conocida Ley de Haldat sobre la presión de los líquidos. Debía saber de los experimentos de Montgolfier (s. XVIII) y su ariete hidráulico. El agua acaba ascendiendo por un tubo hasta el depósito desde donde luego se conducía al campo de cultivo.
Los cilindros de Casares. |
No fueron fáciles los trámites para patentar dicho invento. Después de varios experimentos y complicados laberintos burocráticos se presentó la solicitud en Madrid en 1904, siéndole concedida la patente el 2 de enero de 1905 con el nombre oficial de Moto-litro Montero. Pronto el invento quedaría obsoleto, pero hace un siglo nuestros bisabuelos se lo agradecieron bastante y hoy nosotros lo sacamos del olvido.
Émilie Pathé. |
El otro inventor granadino fue el mecánico de aviones Luis Casares que tenía su taller en la calle Reyes Católicos nº 30 a principios del siglo XX, hasta que marchó a Francia contratado por la Compañía General de Cinematografía y Fonografía Émile Pathé. Casares era experto en copiar cilindros para la reproducción del sonido por lo que acabó haciendo fortuna en la fábrica francesa de Chatou, llegando a ser director de la sucursal española instalada en Pasajes (San Sebastián) hacia 1916. La casa de discos Pathé fue adquirida por la firma Columbia en 1928.
Factoría Pathé Cinema. |
Luis Casares, el Monsieur Casarés en la documentación francesa, el modesto mecánico de la calle Reyes, llegó a ser un inventor de reconocido prestigio en Francia en donde su método de copiado fue requerido por la Casa Pathé Frères en 1899 comprando los derechos de reproducción de cilindros sobre la base de un pantógrafo. A cambio Casares recibía cinco centavos por cilindro copiado; como quiera que el granadino conseguía reproducir 2.000,000 de copias, obtenía la impresionante cantidad de 100.000 francos anuales por lo que el señor Casares acabó multimillonario, aunque su invento se quedó en Francia. Una curiosa cláusula del contrato advertía que si el señor Casares moría sería la viuda la que recibiría la cantidad contratada. (Ver Montejano (2005). Casares y la producción pantográfica de cilindros Pathé).
Para preservar el secreto y la calidad del invento de Casares se construyó una nave especial apartada del resto de la fábrica y muy bien custodiada, lejos de ruidos y en planta baja para evitar vibraciones. Era el secreto mejor guardado, inventado por un mod
No hay comentarios:
Publicar un comentario