El doctor Martínez-González explica cómo la vitamina D, base de un sistema inmune fuerte, puede ayudar a que el desarrollo de la covid-19 sea más leve.
Por Margarita Lázaro
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Cambiar de vida es a lo que nos ha obligado la irrupción del coronavirus. Todo ha dado un giro de 180 grados. Y lo que no lo ha dado, en cierto modo, debería. Vigilar lo que comemos es ahora más necesario que nunca. “En ausencia de una vacuna propiamente dicha, la mejor vacuna sería una buena alimentación”, asegura el doctor Miguel Ángel Martínez-González.
“Ahora mismo hay voces que dicen que nos vamos a infectar todos. Quizá sea exagerando pero lo que sí parece claro es que una vez infectado puedes no enterarte apenas, tener un catarro leve o puedes tener algo grave que te lleve directo a la Unidad de Cuidados Intensivos”, explica el autor del libro ¿Qué comes? (Planeta). “Entonces, ¿de qué depende que sea asintomático, leve o grave? Entre otras cosas, del estado nutricional que cada uno tenga”, asegura el epidemiólogo.
A esto habría que unir otros factores como la edad, que no se puede modificar, y la obesidad, diabetes e hipertensión, todos relacionados con la alimentación. Esto no significa necesariamente que normopeso sea sinónimo de infecciones leves o asintomáticas. Es una cuestión de estar bien nutrido. “Porque las personas mal nutridas tienen más riesgo de tener infecciones virales”, explica el especialista.
“¿De qué depende ser asintomático, leve o grave? Entre otras cosas, del estado nutricional que cada uno tenga”
¿Qué alimentos consume una persona que está bien nutrida?
Un alimento nutritivo es un alimento con un perfil de micronutrientes que abastece todas las necesidades del organismo. Con eso nos referimos a las vitaminas clásicas, las hidrosolubles B y C y las liposolubles A, D y K, y los minerales. Cuando se tienen todos esos nutrientes, el sistema inmune funciona mucho mejor y en este sentido uno de los nutrientes más destacados es la vitamina D.
¿Por qué la vitamina D?
Se ha visto en estudios muy serios y rigurosos hechos en la época precoronavirus que dando vitamina D a personas en riesgo de contraer una infección viral semejante a la covid-19 (provocadas por virus tipo SARS-CoV) se reducía el riesgo de infectarse y, en caso de hacerlo, la infección presentaba cuadros menos graves.
La vitamina D, que tiene dos formas D2 y D3, está presente en pescados, setas, huevos... y, sobre todo, se consigue a través del sol. La piel la produce cuando nos exponemos a los rayos solares.
Esto viene a decir que a la regla de las tres M —mascarilla, distancia y lavado de manos— hay que sumarle también una buena alimentación. Pero ¿qué es una buena alimentación?
El modelo que está más avalado por la investigación científica es la dieta mediterránea tradicional, que aporta todas esas vitaminas y minerales, tiene las mejores evidencias para la prevención de la diabetes y la enfermedad cardiovascular y, además, previene la obesidad.
¿Se puede decir que siguiendo el patrón de la dieta mediterránea el coronavirus se desarrollaría con cuadros más leves?
Lo esperable es que sea así pero no hay estudios específicos. Los hay del grupo Predimed (Prevención con Dieta Mediterránea) en los que se ve que este patrón alimentario se asocia a menor elevación de los marcadores de inflamación de bajo grado, que son la proteína C reactiva y la interleuquina 6, que se disparan cuando el coronavirus se vuelve grave. Por eso es lógico pensar que una alimentación saludable ayude a controlar el desarrollo de la enfermedad. Además ese patrón ayuda a prevenir la obesidad y es interesante porque también se sabe que los obesos responden peor al virus.
Además hay que pensar que todos los que cumplen el patrón de la dieta mediterránea son los que menos déficit de vitaminas y minerales tienen. No sólo de vitamina D. De todos.
Pero ¿realmente se sigue la dieta mediterránea en España?
La mayor parte de la población española cree que sigue la dieta mediterránea pero cuando se hace un autoexamen como el del estudio Predimed, se descubre que hay mucho margen de mejora. En ese caso mi consejo sería plantearse metas a corto plazo y preguntarse qué es lo más fácil de mejorar para cada uno: cambiar el tamaño de las raciones, cambiar la forma de cocinar… Plantearse un objetivo e ir sumando uno o dos puntos al mes.
¿Qué papel juega el ejercicio físico?
Ahora mismo no hay evidencia científica de que el ejercicio físico sea preventivo frente al coronavirus, pero desde luego una de las mejores medicinas que hay es estar físicamente activo. Esto no es otra cosa que caminar 45 minutos cada día. Se puede descansar una vez a la semana, también se puede ir aumentando la velocidad y meter alguna cuesta arriba. Y habría que acompañarlo de ejercicio anaeróbico como hacer flexiones contra la pared.
El mayor beneficio lo va a tener alguien que es sedentario y empieza a hacer algo de ejercicio, aunque sea muy modesto, porque ahí es donde mejor se nota el cambio en el estado de salud, la mejora en la calidad de vida, la mejora en la función cardiovascular y respiratoria, etc.
Todo esto también es importante para resistir al coronavirus. ¿Por qué los obesos evolucionan peor aunque sean jóvenes? Pues porque tienen problemas respiratorios. El exceso de grasa les hace que el pulmón funcione peor y tienen un estado inflamatorio de bajo grado que les hace más propensos a desarrollar esa tormenta inflamatoria que agrava cualquier infección.
“Ser físicamente activo ayuda a resistir al coronavirus. ¿Por qué los obesos evolucionan peor? Porque el exceso de grasa hace que el pulmón les funcione peor”
Hablamos de estar bien nutrido, ¿pero qué alimentos se vinculan con estar mal nutrido?
La comida basura. Se llama así porque tiene muchas calorías pero pocos nutrientes. Esto pasa con las hamburguesas, con los alimentos que son bombas de azúcar, de grasas saturadas, de nata, con los postres dulces… Tienen muy poca calidad de nutrientes pero aportan muchas calorías.
El prototipo de calorías vacías es el alcohol. Porque proporciona 7 kcal por cada gramo, da combustible para funcionar pero no aporta vitaminas B, C, D... Ni potasio, ni nutrientes, ni nada. Por eso los alcohólicos son personas que acaban teniendo muchas enfermedades, porque no tienen nutrientes.
¿E influiría la buena nutrición en el desarrollo de otros virus como la gripe?
Sí. De hecho hay gente que puede estar infectada de gripe y no saberlo. Aunque haya recibido una carga viral de virus gripales, puede no presentar síntomas. Eso pasa también con el coronavirus (los asintomáticos). ¿Por qué ocurre esto? Porque el sistema inmune de esa persona está fuerte y mantiene a raya la infección. El sistema inmunitario depende de la alimentación [especialmente de la vitamina D] y de que la persona esté fuerte físicamente.
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