Dos estudios publicados en 'Nature Astronomy' aseguran que el satélite de la Tierra contiene agua en una cantidad mucho mayor a la que esperada.
La NASA ha confirmado la existencia de agua en La Luna. Hacía años que la comunidad científica daba casi por hecha esa posibilidad, pero ha sido ahora cuando dos estudios lo han confirmado: el primero de ellos sostiene que existe agua en el suelo lunar y el segundo, que hay agua -mucha agua- congelada en distinas partes del satélite de la Tierra.
Comprobarlo ha sido un trago. Las observaciones realizadas hasta ahora no eran concluyentes, pues la luz reflejada que captaban los telescopios podía corresponder a H2O o a grupos de hidroxilo. Ahora, las imágenes captadas por el telescopio SOFIA, montado a bordo de un Boeing 747 ha captado luz infrarroja en una longitud de onda que solo puede emitir el agua. El hallazgo se publica este lunes en Nature Astronomy.
El estudio, liderado Casey Honniball, planetóloga de la Universidad de Hawái e investigadora de la NASA, señala que la presencia de agua en la zona estudiada, un cráter, es de 200 microgramos por cada gramo de tierra lunar.
Esto significa que para poder extraer un litro de agua en la Luna, los futuros astronautas tendrían que juntar cinco toneladas de suelo, explica Jorge Pla-García, investigador del Centro de Astrobiología, en Madrid a El País. “Aunque pueda parecer poco, hay que recordar que llevar un kilo de material a la Luna cuesta un millón de dólares. Hay que tener en cuenta que esta estimación es un límite inferior y además se trata de una estimación preliminar, pero incluso en este caso la explotación del agua a estas cantidades sería rentable para las futuras misiones porque traerla de la Tierra sería mucho más caro”, resalta.
Incluso en la Tierra, el oro de las minas que son interesantes a nivel comercial está a una concentración unas 100 veces menor que la estimada ahora para el agua en la Luna, resalta el científico.
Eureka, pues, tanto en estado líquido como en estado sólido, porque un segundo estudio, publicado en la misma revista, afirma que hay microdepósitos de agua congelada en las “trampas frías” de La Luna, es decir, en los lugares del satélite a los que nunca llega la luz solar.
“En estos depósitos el agua helada se comporta como una roca y permanece estable durante miles de millones de años”, resalta Paul Hayne, investigador de la Universidad de Colorado que dirige el estudio.
Gracias a algunas estimaciones derivadas de los datos recogidos por el Lunar Reconnaissance Orbiter, esta investigación incrementa de forma sustancial el tamaño de estas extensiones de microdepósitos, que se concentran en su mayoría en el sur de La Luna, y cifra su tamaño en torno a los 40.000 kilómetros cuadrados.
“Nuestros resultados sugieren que el agua atrapada en los polos lunares podría estar distribuida más ampliamente y ser más accesible de lo que pensábamos hasta ahora como recurso para las misiones futuras”, explican los autores del estudio.
Jacob Bleacher, científico jefe de exploración del Directoro de la NASA para la Exploración Humana, explica que “el agua es recurso muy valioso, tanto para propósitos científicos como para ser usada por nuestros exploradores”. “Si podemos utilizar los recursos presentes en La Luna, entonces podemos llevar menos agua y más equipamiento que nos permita realizar más descubrimientos científicos”.
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