Esta feria fue creada en La Alpujarra baja por concesión de los Reyes Católicos
RAFAEL VILCHEZ |
Albuñol, el municipio de la comarca de La Alpujarra con mayor número de habitantes (7.128) y cuya historia se remonta al Neolítico, no va a celebrar este año su famosa feria de ganado, el vino y la tapa debido a la actual situación sanitaria causada por el coronavirus. El segundo pueblo de La Alpujarra con más población es Órgiva, con 5.649 habitantes.; el tercero, Lanjarón, con 3.485 habitantes y el cuarto, Cádiar, con 2.521 almas.
La mayoría de las ferias fueron creadas en Andalucía oriental por concesión de los Reyes Católicos. En La Alpujarra han desaparecido muchas ferias de ganado debido a la dejadez del campo por que no rinde lo necesario para que produzca beneficios y a la mecanización de la tierra. Cádiar también celebra todos los años en el mes de octubre una feria muy importante de ganado. Este año no ha podido ser por las mismas circunstancias.
La feria de ganado de Albuñol se ha convertido en la más importante de la comarca. Muchos agricultores de esta y otras zonas, principalmente, asentados en la Sierra de la Contraviesa, han venido adquiriendo animales de carga. Otros labradores se deshacen de las caballerías para no tener que mantenerlas durante el invierno sin sacarles rendimiento de trabajo.
La feria de ganado de Albuñol es por encima de todo un verdadero acontecimiento que atrae a muchas personas de las provincias de Granada, Almería, Múrcia, Jaén y Málaga, principalmente. Los astutos y avispados compradores de ganado, para que no resulten engañados, suelen examinar con detenimiento la dentadura para saber la edad del animal y las patas de las bestias que más les agradan.
Los tratantes, marchantes y feriantes que acuden a Albuñol tienen capacidad de persuasión y mucha labia, temple y diplomacia rural. Algunos suelen acudir a la feria con sombrero o gorra, blusón negro, camisa blanca, pantalón de pana y vara larga con aguijón. Los chalanes tienen un don especial para comprar, trajinar y vender. Ellos están acostumbrados al regateo. Los tratos, con la asistencia de un mediador que cobra por serlo, se cierran como siempre, con un apretón de manos. En los tenderetes suelen convidarse a unas copas de vino del terruño con tapas de pescado del anejo costero de La Rábita. Los vendedores de aperos y útiles de labranza también se dan cita en esta feria que en años pasados fue amenizada por 'La Charanga los 500', de Padul.
Antes más que ahora, los animales de tiro y carga formaban parte del paisaje de La Alpujarra para las faenas agrícolas. La burra era un animal clave que se usaba para casi todo. En algunos lugares las vacas de trabajo se uncían de dos en dos para labrar con arado. Domar una yunta de mulos, vacas y asnos no es una tarea fácil. Los caballos y las yeguas en otros tiempos eran un lujo y solo poseían estos animales los más pudientes. Antiguamente en la feria de Albuñol se podían adquirir también cabras, ovejas, vacas, toros, cerdos, marranas de cría y otra clase de animales y aves.
Albuñol, uno de los municipios más emprendedores de La Alpujarra, famoso por sus vinos e invernaderos, gastronomía, dulces, partidora de almendra, carpinteros y ebanistas, fiestas, historia, cultura y 'Cueva de los Murciélagos', entre otras cosas, limita con Sorvilán, Albondón, Murtas, Turón y Adra (este último situado en el termino municipal de Almería). Merece la pena visitar el municipio de Albuñol y sus anejos y aldeas porque tienen mucho encanto. La alcaldesa de Albuñol es María José Sánchez.
En el año 1505 Luis Zapata adquirió el señorío de Albuñol a la Reina Juana I de Castilla, hija de los Reyes Católicos, recibiendo así el titulo de ciudad. Años más tarde perteneció la ciudad de Albuñol al conde de Cifuentes. Albuñol celebra sus fiestas en honor a San Patricio el 17 de marzo.
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