En 2011 sólo está previsto que sea posible inaugurar un tramo: Lobres-Guadalfeo.
REDACCIÓNA pesar de que los políticos aseguraron este año pasado que se produciría el "impulso definitivo" a la A-7 a su paso por la Costa de Granada, la realidad a pie de obra es otra. Tres tramos de seis siguen paralizados a fecha de hoy, dos más que el año pasado por estas mismas fechas. La situación ha empeorado claramente.
La Gorgoracha-Puntalón sigue parado, tal y como comenzó el año, y continúa pendiente de licitación. Carchuna-Castell de Ferro se abandonó sutilmente en los primeros meses de 2010, sin que Fomento ni nadie haya dado ninguna explicación de este hecho. Más mediática fue la paralización de Puntalón-Carchuna, con sellado de túneles incluido, alertada por decenas de trabajadores que se quedaron sin empleo.
Acciona desveló la intención del Gobierno de pagarle en 2013 y justificó así esta reacción. Las partes aseguran que están negociando, aunque llevan desde agosto así, el personal es testimonial y los materiales no han vuelto.
Las fecha previstas de finalización de 2011 y 2012 se desvanecen. Tan sólo tiene probabilidades de que se termine el próximo año Lobres-Guadalfeo, un tramo que sólo sería útil si se prolongara 200 metros más para abrir una ruta alternativa hacia Molvízar y Almuñécar.
Las constructoras y Fomento han practicado este año el hermetismo. Fuentes cercanas a las obras apuntan como la única razón de la paralización la falta de dinero, a pesar de que el PSOE sigue insistiendo en que excepto Lobres-Guadalfeo y Puntalón-Carchuna, todos los demás se hacen por el método alemán de financiación.
Después de la polémica de si los recortes en obra pública afectarían a la A-7, los Presupuestos del Estado recogieron las cantidades de 1,6 y de 40 millones de euros para los tramos Lobres-Guadalfeo y La Gorgoracha-Puntalón, respectivamente. El PSOE aseguró que a principios de año volverán las máquinas a este tramo.
Respecto al resto de tramos, Polopos-Albuñol, está ralentizado y en Lobres-Taramay sí se ve buen ritmo en los túneles, aunque se trata de la parte de autovía más atrasada.
El secretario de Estado, Victor Morlán, protagonizó uno de los capítulos más polémicos de este año: Aseguró ante una pregunta del PP que es una "irresponsabilidad poner fecha al fin de la A-7".
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