lunes, 5 de septiembre de 2011

3.000 personas se rinden a El Cabrero y Capullo de Jerez en el Festival de Cante de Ogíjares radiogranadaser


El Parque de San Sebastián de Ogíjares acogió anoche a cerca de 3.000 aficionados al cante provenientes de todos los puntos de la geografía española, que disfrutaron de una velada flamenca en la que el arte hondo perduró hasta altas horas de la madrugada y contó con la asistencia de los todos miembros del equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Ogíjares y miembros de la peña Eva Yerbabuena -organizadores del evento- y otras autoridades, como el delegado de Cultura de Granada, Pedro Benzal.

El momento culmen del XXXII Festival de Cante de Ogíjares se adelantó y José Domínguez, el Cabrero, subió al tablao -decorado como una típica casa andaluza- rondando la media noche, en tercer lugar.

El recibimiento del público al de Sevilla auguraban una buena noche y El Cabrero fue generoso con sus seguidores. Hasta cinco veces reclamaron otro cante y hasta cuatro fueron complacidos por la genialidad, el talante, la personalidad y el compromiso con el cante sin aditivos y con los grandes temas que preocupan a la humanidad del artista.

De hecho, este fenómeno social cerró su actuación con unos fandangos protesta que levantaron al público en numerosas ocasiones. José Domínguez mostró a El Cabrero más auténtico, con una enorme capacidad de recuperación de la voz (sin pausas entre cante y cante), un repertorio basado en los palos más duros, como la soleá y la seguiriya, y con un porte cargado de fuerza y sobriedad, tanto dentro como fuera del escenario. “Este festival es para mí un sitio donde expresarme y un festival con mucha trayectoria, que no sé cómo lo organizan cuando ahora cada vez va menos dinero a Cultura. En cuanto me llamen, volveré”, comentó José Domínguez.

Pero antes de El Cabrero, Antonio Haya, el Jaro, y María Toledo caldearon el recinto. El que fuera ganador del III Concurso de Cante para Artistas Jóvenes de Ogíjares, Antonio Haya, el Jaro, realizó un guiño al público granadino, con un homenaje a Enrique Morente a base de granaínas y tangos con un piano de acompañamiento. Dejó el listón muy alto el de Villa del Río (Córdoba), que se encontraba muy orgulloso de poder compartir escenario con un “perfecto cartel”, e hizo patente su gran trayectoria y evolución con una gran maestría en su ejecución.

También con María Toledo se pudo escuchar el piano, en este caso, bajo las manos de la propia cantaora, que deslumbró al público con un impresionante porte y con una voz que cala hondo y que muestra un camino diferente. Puso el color y la modernidad a la noche y el público a sus pies, con una demostración de poderío a viva voz, sin artificios tecnológicos y valoró la existencia de un festival como el de Ogíjares. En su actuación, saltó de un palo a otro, jugando con este arte a su antojo, signo de su dominio de todo tipo de cantes, y dejó las tablas bailando al ritmo del gran aplauso ofrecido por los aficionados presentes en la velada.

Finalizando la noche, le tocó el turno a la representación granadina del festival. El Nene de Santa Fé trajo de nuevo el flamenco más puro y antiguo a la noche ogijareña, gracias a su amplio registro y su afinación precisa. Su voz transparente y limpia, a caballo entre la serenidad y el brío, que lo caracteriza sonó y llegó a los aficionados, que brindaron a Manuel Carmona su reconocimiento.

Como cierre, otro de los más esperados. Capullo de Jerez fue el responsable de que el Festival de Cante de Ogíjares terminara con la misma calidad, solera y duende vividos durante toda la noche. El sello personal de Miguel Flores retumbó por el Parque de San Sebastián, incluso antes de que empezara a templar la voz. Éxito total también para el de Jerez de la Frontera, que levantó a muchos de los asistentes.

Y con el gaditano se puso fin a una larga noche de cante jondo a la antigua usanza, donde también el toque y el baile alcanzó una gran calidad, con las actuaciones de los guitarristas Rafael Domínguez, José Ignacio Franco, Paco Cortes, Manuel Carmona y Paco González y la bailaora Susana Lupiáñez, la Lupi, y su cuadro flamenco.

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