La conducción eficiente puede ahorrar hasta un 15% en carburante, según el RACE.
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Uno piensa en ahorrar y se olvida de todos los gastos que conlleva ponerse al volante. Algunos son inevitables, pero no todos. El estilo de conducción influye en el consumo de combustible que hace el automóvil y, por tanto, afecta directamente al bolsillo del ciudadano. Javier Costas Franco, periodista especializado en motor y seguridad vial, descubrió hace años las ventajas de la conducción eficiente cuando hizo un curso del plan azul de la Comunidad de Madrid en 2005, que supuso una verdadera revolución en su forma de manejar el coche.
“Fue muy chocante”, cuenta Costas. “Hasta ese momento iba por prueba y error, la forma en la que conducía no tenía nada que ver con la que me indicaron. Los consumos en los coches que conducía empezaron a bajar desde ese mismo día e interioricé una serie de rutinas”, cuenta.
Si un conductor aplica una serie de trucos a la hora de conducir, como hace Costas, puede ahorrarse hasta un 15% en carburante, según un estudio del RACE. Aunque el beneficio puede ser incluso mayor. “Si normalmente te gastas 200 euros y ahorras un 30% en combustible, pues es dinero [60 euros]”, apunta Costas. Esta ventaja económica también supone un beneficio para el planeta, ya que cada litro de gasolina o gasóleo consumido emite entre 2,35 y 2,6 kilos de CO2 a la atmósfera. Vaya por delante que lo mejor para el medio ambiente es utilizar el transporte público.
Evidentemente, el ahorro no es igual en todos los vehículos, ya que depende de muchas variables, pero sí se puede aplicar en todos y cada uno de ellos. “La reducción se nota más en coches manuales que en los automáticos porque los hábitos del conductor se notan más, especialmente los vicios. Lo que está claro es que aplicando estas técnicas, el consumo siempre mejora”, relata Costas.
Todo pequeño gesto cuenta, incluso los que parecen muy obvios. “Salir con 10 o 15 minutos de antelación siempre ayuda a ahorrar, porque evita tener que ‘pisarle’ para llegar a tiempo”, ejemplifica.
Con la ayuda de la Dirección General de Tráfico, El HuffPost Life ha recopilado 10 consejos para que salga más barato ponerse al volante. Todos estos trucos se pueden utilizar en cualquier coche, sea gasolina, diésel, híbrido..., aunque cada vez más vehículos incorporan el modo eco que ayudan a una conducción más eficiente:
✅ La primera solo para arrancar
La primera marcha solo se usa para arrancar.
La primera marcha solo se usa para arrancar.
La primera marcha solo se usa para arrancar.
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Los conductores deberían aprenderse de memoria esta regla. Hay que cambiar a segunda cuando hayan pasado dos segundos o se haya circulado unos 5 o 6 metros.
✅ Arrancar sin acelerar
A la hora de iniciar el viaje, la clave está en arrancar el motor del coche sin pisar el acelerador. No hacerlo supone un gasto inútil de carburante. Hay que evitar en todo momento acelerar de manera brusca.
✅ Circular con marchas largas
El coche consume menos combustible cuando se circula en las marchas más largas —a partir de la tercera— y a bajas revoluciones. Al conducir en ciudad se ha de intentar utilizar cuarta o quinta siempre que sea posible.
✅ Conducir con suavidad y a velocidad constante
Siempre es conveniente conducir con suavidad y a una velocidad uniforme, sin frenazos ni aceleraciones. La planificación del viaje permite evitar atascos y tener que cambiar tanto de velocidad. “Las velocidades ideales son las legales o un poco por debajo, constantes a ser posible, de forma que haya que minimizar la carga sobre el pedal del acelerador”, explica Costas.
✅ Cambiar de marcha a bajas revoluciones
Hay que acelerar de manera progresiva, sin pisar el pedal del acelerador a fondo. Si se conduce un coche con motor de gasolina, cambiar de marcha entre las 1.500 y las 2.500 revoluciones. Si es un diésel, entre las 1.300 y las 2.000 revoluciones. La velocidad también puede utilizarse como referencia: cambiar a tercera a partir de los 30 km/h, a cuarta cuando se alcancen los 40 km/h y a quinta al circular a 50 km/h, según explica el RACE.
✅ Mantener la distancia de seguridad
Siempre hay que mantener una buena distancia de seguridad con el coche que va delante, así se pueden anticipar los movimientos. Al disponer de un mayor campo de visión, se puede reaccionar mejor a los imprevistos
Aunque todo el mundo aprendió esto en la autoescuela, muchos lo han olvidado. Si se circula por ciudad, a 30 km/h, hay que dejar 9 metros con el coche delante. Al conducir por carretera esta distancia tiene que ser mucho mayor por motivos de seguridad: a 90 km/h, hay que dejar 81 metros. En el caso de que llueva, debe ser el doble.
✅ Usar el freno motor
Para frenar el coche, por ejemplo porque el semáforo se ha puesto en rojo, se puede levantar el pie del acelerador y dejar que el vehículo circule con la marcha puesta. La velocidad bajará progresivamente al actuar el motor como freno y no implicará consumo de combustible. Evidentemente, para poder hacerlo, hay que mantener esa distancia de seguridad. Si no, habrá que frenar en seco, lo que supone mucho más gasto.
“Hay que conducir como si no existiese pedal del freno, así uno tiende a maximizar su previsión y aprovechar la inercia. Se relega a la función de evitar colisiones o la detención completa, maximizando el freno motor no solo se ahorra combustible, también en los propios frenos”, relata Costas.
✅ Aprovechar las bajadas
Los descensos de la carretera pueden usarse para ahorrar combustible y dinero. Cuando haya una bajada, siempre conviene circular en marchas largas y levantar el pie del acelerador sin reducir la marcha para que el vehículo se mueva por inercia.
Si hay una subida, lo más recomendable es retrasar lo máximo posible la reducción de marchas.
✅ Aire acondicionado, en carretera; y ventanilla bajada, en ciudad
El aire acondicionado solo se debe usar en caso de necesidad, ya que encenderlo puede incrementar el consumo de combustible entre un 5% y un 20%. Cuando se circula en ciudad a menos de 80 km/h, lo mejor es bajar la ventanilla, ya que el vehículo se mueve a baja velocidad. Sin embargo, cuando se entra en carretera y se superan los 90 km/h, es mejor poner el aire acondicionado debido a la resistencia que oponen las ventanas abiertas.
✅ Planificar el viaje antes de salir y vigilar el peso del vehículo
Puede parecer una obviedad, pero, antes de subirse al coche, hay que comprobar la ruta del viaje en aplicaciones como Google Maps que muestren el estado del tráfico. Se trata de elegir la más sencilla y ágil, que evite atascos. Aunque se sepa el camino, no siempre es la opción más rápida.
También conviene comprobar que no se llevan cosas inútiles en el maletero del coche, ya que cada 100 kilos de peso implican un gasto del 5% más de combustible.
La opción de cambiar de coche
SEAT
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Los ciudadanos que tengan mayor desahogo económico pueden optar por comprarse un coche nuevo. Una de las opciones más eficiente son los vehículos que funcionan con gas natural comprimido (GNC). El coste por kilómetro de estos es un 30% menor que el diésel y un 50% menor que la gasolina, explican desde Seat. Con 20 euros, un coche de gasolina puede recorrer 275 km; uno de gasóleo, 375 km y uno de gas natural, 555 km, según la asociación Gasnam. “Con 3,24 euros, se pueden recorrer 100 km con un vehículo con CGN, 61 km con un diésel y 49 km con un gasolina”, cuenta Antonio Calvo, responsable de movilidad sostenible de Seat.
Estos coches tienen además un menor impacto medioambiental y por eso están clasificados con la etiqueta Eco de la DGT, lo que conlleva una serie de ventajas para el bolsillo: una bonificación del 75% en el impuesto sobre vehículos, una exención del pago del impuesto de matriculación y descuentos en algunos peajes. “Estos coches tienen muy bajas emisiones respecto a un gasolina o un diésel. Tienen la etiqueta Eco y eso hace que se beneficien de esa legislación, por ejemplo, pueden circular en periodos de restricción del tráfico por contaminación”, explica Calvo.
Se trata de una tecnología relativamente nueva en el mercado, que, a diferencia del eléctrico, tiene un precio de venta similar al diésel después de aplicar los descuentos. El año pasado se vendieron 5.745 vehículos de este tipo en España, un 146% más que en 2017. En total, hay 14.216 automóviles con esta tecnología, según los datos de Gasnam. Seat —la compañía automovilística que más vende en España— comercializa tres modelos de coches con esta tecnología, que se fabrican en la planta de Martorell: el León, el Ibiza y el Arona. Esta empresa ha vendido 11.800 coches con CGN en toda Europa entre enero y agosto de 2019.
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