El retraso en el suministro de las vacunas está afectando a toda Europa. Ante este problema, los gobiernos europeos han adoptado medidas muy dispares. Pero ¿qué dice la ciencia?
Por Sarah Turnnidge
ANDY BUCHANAN VIA GETTY IMAGES |
Un mes después de que empezara la vacunación contra el coronavirus en España, se está evidenciando un importante contratiempo que podría poner en peligro el plazo que las farmacéuticas recomiendan entre la primera y la segunda dosis de su vacuna.
“El cuello de botella”, según aseguró el exministro Illa en 18 de enero, no es la capacidad del sistema sanitario, sino el número de dosis que están llegando a España.
Se trata de un problema está afectando en mayor o menor medida a toda Europa, y el ministro de Salud alemán, Jens Spahn, ha augurado que la escasez de vacunas durará “al menos 10 semanas”. Esta situación ha llevado a mucha gente a preguntarse: ¿Dónde están las dosis que compró la Unión Europea? ¿Qué pasa si te ponen la segunda dosis pasado el plazo señalado?
Ante este problema, los gobiernos europeos han adoptado medidas muy dispares. Por un lado, el Reino Unido ha decidido retrasar la segunda dosis hasta 12 semanas y utilizar todas sus existencias para administrar la primera dosis al mayor número de personas posible. De esta forma, confían en que haya un mayor porcentaje de población con cierto grado de inmunidad para evitar más muertes y hospitalizaciones.
El problema que ha señalado la OMS y algunos epidemiólogos es que se trata de una estrategia arriesgada, ya que una “inmunidad imperfecta” favorece el surgimiento de nuevas mutaciones.
Por otro lado, en España se está optando por priorizar la segunda dosis para intentar que se inyecten a tiempo, lo que ha llevado incluso a suspender la administración de primeras dosis, como ha anunciado Madrid.
¿Qué dice la ciencia?
A comienzos de enero, la OMS advirtió de que “hay muy pocos datos empíricos” que apoyen la recomendación británica de extender el plazo entre dosis de 3 a 12 semanas, al menos en el caso de la vacuna de Pfizer.
La Agencia Europea del Medicamento, por su parte, también advirtió de que el plazo marcado de 21 días es el ideal y que no debería exceder en ningún caso los 42 días. “Una alteración de este tipo requeriría un cambio en la autorización comercial y más ensayos clínicos para justificar el plazo. De lo contrario, se consideraría ‘uso no aprobado’”.
La decisión del Gobierno británico se fundamenta, según sus oficiales médicos jefes, en que la “gran mayoría” de la protección contra la Covid-19 se obtiene en la primera dosis.
El comunicado en el que se basan dice: “El Comité Conjunto de Vacunas e Inmunización del Reino Unido (JCVI) recomienda priorizar la primera dosis, ya que es altamente probable que surta un mayor efecto en la salud pública a corto plazo y reduzca el número de muertes por Covid-19”.
La vacuna de Oxford y AstraZeneca, a diferencia de las de Pfizer y Moderna, sí se probó con distintos plazos entre dosis y descubrieron que ampliar el plazo hasta dos o tres meses provocaba una mejor respuesta inmune, aunque el grupo de muestra es demasiado pequeño como para sacar conclusiones definitivas.
Sin embargo, los responsables de la vacuna de Pfizer y BioNTech han advertido de que no tienen pruebas de que su vacuna siga protegiendo si la segunda dosis se administra pasado el plazo de 21 días, ya que todos sus ensayos se hicieron en este plazo.
“No tenemos datos para demostrar que la protección de la primera dosis se mantendrá pasados los primeros 21 días”
En este tira y afloja para justificar su estrategia de vacunación, el JCVI expone: “En la actualidad no existen pruebas suficientes para esperar que la respuesta inmune de las vacunas de Pfizer/BioNTech y Oxford/AstraZeneca difieran sustancialmente la una de la otra”.
El profesor Adam Finn, miembro del JCVI, ha defendido la estrategia del Reino Unido: “Lo que sabemos de otras vacunas y de la respuesta inmune humana es que no alcanza una cima y se desploma en un periodo de tiempo tan corto, sino más bien al contrario. Y lo que quizás sea más importante: esperamos ver una protección mucho mayor si se retrasa la segunda dosis”, explica a BBC Radio.
Pero los creadores de la vacuna de Pfizer/BioNTech han señalado que su vacuna no se ha probado en plazos tan extensos como los que plantea el Reino Unido, y ni siquiera como los que podrían darse en España si no se solucionan a tiempo los problemas de suministro.
En un comunicado conjunto, han lanzado una advertencia muy clara: “No tenemos datos para demostrar que la protección de la primera dosis se mantendrá pasados los primeros 21 días”.
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