Canal Historia estrena este lunes una serie de producción propia de seis episodios con el legado científico y tecnológico del período musulmán en la Península
Abderramán III en la serie documental de Canal Historia |
F.A.G.
El pasado en el campo, en el tratamiento del agua, en la riqueza monumental, pero también todo el rastro dejado en las matemáticas y en la ingeniería, como en las primeras nociones de aviación. Canal Historia estrena este lunes Al-Andalus: el Legado, recorrido por la presencia musulmana en la Península y de qué forma aquellos siglos y su influencia siguen presentes en la vida cotidiana de España y de Portugal. Una presencia que aunque se diera por extinguida por la marcha de los moriscos está presente por todo lo depositado en disciplinas científicas o artísticas.
La cadena cuenta con la participación de 80 expertos para estos seis episodios que también se podrán ver bajo demanda. El equipo ha recorrido 5.000 kilómetros para captar las evidencias de ese legado, con una treintena de localizaciones. “Al-Ándalus, El Legado es la culminación a un gran trabajo de documentación, investigación y estudio que analiza este periodo único de la Historia en la Península Ibérica. Con un tratamiento riguroso, refleja nuestras costumbres, conocimientos, tecnologías y objetos cotidianos de hoy en día, a la vez que nos descubre a sus sabios andalusíes más célebres”, ha expuesto este jueves Sergio Ramos, vicepresidente de programación de The History Channel Iberia.
Un paisaje andaluz |
Tecnología e ingeniería mecánica es la primera entrega (el lunes a las diez de la noche) y entre los artilugios que recorrerá la docuserie se encuentra la noria de sangre, aparato que permitía extraer agua del subsuelo y de cuyo mecanismo se inspiran los rotores de los helicópteros. La entrega también relata la introducción de la pólvora en Europa a través de los ejércitos andalusíes.
A continuación este lunes se estrena el episodio dedicado a Medicina y Farmacia, con unos conocimientos médicos tan avanzados para su tiempo que aún asombran a día de hoy. Como ejemplo, en el siglo XI el toledano Ibn Wafid recogió en su Libro de la Almohada más de 900 recetas médicas que planteaban tratamientos para una serie de enfermedades. Su eficacia era tal que muchos de aquellos fármacos se siguen recetando hoy en día.
La serie proseguirá en sucesivas semanas con un episodio dedicado a la Agromonía, con los avances en cultivos, el aprovechamiento del agua y el tratamiento de especies de consumo; otro sobre Matemáticas y astronomía, con el desarrollo de la trigonometría, el cálculo sexagesimal, los algoritmos o el álgebra que han contribuido siglos después a los avances en informática. El episodio quinto es sobre Cultura y costumbres, con la cocina y el uso de los recursos agrarias, además de la gran cantidad de topónimos que se encuentran en la geografía junto a los 4.000 vocablos procedentes del árabe que perviven en el español.
Figuras claves que retrata la serie 'Al-Andalus: el Legado'
ABBAS IBN FIRNAS
Nacido en el siglo IX en la actual Ronda, Málaga, y de origen bereber. Era poeta, matemático, físico, astrónomo, filósofo, músico, estaba considerado un buen geómetra, pero, sobre todo, era inventor. Siendo conocido por crear una esfera armilar, un planetario y un reloj de agua. Pero sin duda su mayor logro y por el que es más conocido entre la comunidad científica es por ser la primera persona en realizar un intento real de construir una máquina voladora.
En el siglo IX, diseñó y construyó un artefacto alado, con un gran parecido a un ala delta actual. Durante su intento de vuelo más célebre, en Córdoba, Ibn Firnas consiguió elevarse y volar durante unos segundos antes de caer al suelo y romperse las dos piernas. Se le considera como uno de los pioneros de la ingeniería aeronáutica y elaboró estos diseños seiscientos años antes de que Leonardo Da Vinci construyera el primer prototipo de “pájaro” volador en Italia.
AL ZAHRAWI
Médico cordobés de los siglos X-XI. Está considerado como el padre de la cirugía moderna y el cirujano más importante de la Edad Media. En su obra se representan más de 150 instrumentos quirúrgicos y algunos rasgos de sus diseños, mil años después de su muerte, se siguen pareciendo a los instrumentos que se utilizan hoy en día.
Si bien su legado en cirugía es lo más reconocido, en su gran enciclopedia médica, Kitab al-Tasrif, también nos dejó importantes conocimientos en los campos de la Odontología, Traumatología u Obstetricia. Sus libros se utilizaron para la enseñanza en las universidades europeas durante más de 500 años después de su muerte.
IBN AL-AWWAM
Ibn al-Awwam vivió en la zona de Sevilla en el siglo XII y fue uno de los máximos exponentes de la gran escuela de agrónomos que potenciaron la revolución agrícola que tuvo lugar en la Península Ibérica en el periodo andalusí.
Fue uno de los autores andalusíes que con más detalle escribió sobre la agricultura en su tratado titulado Kitab al-Filaha (Libro de Agricultura). Esta obra enciclopédica tanto teórica como práctica recoge el saber agronómico andalusí de su época. La importancia e interés de los conocimientos recogidos en este tratado quedan reflejados en que, en la España de los siglos XVIII y XIX, los gobernantes recurrieron a este libro de más de 500 años de antigüedad para revitalizar la agricultura de la época. La obra se publicó en dos volúmenes en 1802 y en 1988 el Ministro de Agricultura Pesca y Alimentación costeó la edición en facsímil.
AZARQUIEL
Este toledano del siglo XI fue un autodidacta nacido en una familia de orfebres que, a través de la observación y su carácter obsesivo y perfeccionista, logró alcanzar la cumbre del conocimiento y convertirse en uno de los astrónomos más importante de su tiempo. Contribuyó en gran medida a la creación de las Tablas Astronómicas Toledanas que más tarde serían las bases de las Tablas Alfonsinas y perfeccionó un instrumento llamado astrolabio que permitía orientarse, saber la hora del día o calcular la altura de los edificios.
Azarquiel creó la azafea, una evolución del astrolabio que, a diferencia de éste, podía utilizarse de manera universal desde cualquier latitud. Estableció que la órbita de la deferente de Mercurio tiene forma apiñonada, con lo que fue la primera persona en la historia en describir una órbita de un modelo Ptolemaico de manera no circular. Varios siglos más tarde, Kepler le dio la razón con sus leyes sobre el movimiento de los planetas. Azarquiel fue un pionero y uno de los astrónomos más importantes de la historia de la Península.
ZIRYAB
Ziryab, o “mirlo negro” como también se le conocía, llegó desde Bagdad a la corte cordobesa del emir Abderrahman II en el siglo IX y revolucionó la sociedad y las costumbres cordobesas de la época. Además de músico y poeta fue astrólogo y un reputado gourmet introductor de nuevos platos de cocina. Provocó una auténtica revolución no solo en el campo de la música, sino en el de la moda -trajo nuevas modas en el vestir, el peinado y la ornamentación procedentes de Oriente- y la gastronomía.
A Ziryab le debemos en parte el hecho de que los platos se sirvan en la mesa con un orden determinado, tal y como hoy lo conocemos –primero las sopas y caldos, después los entremeses, pescados y carnes, y, finalmente, los postres–. También estableció un calendario de la moda que establecía cómo ataviarse según la época del año. Además era un afamado músico que introdujo el laúd de cinco cuerdas e hizo grandes aportaciones a la música andalusí.
ABDERRAMÁN III
Fue el primer omeya que en el siglo X proclamó un califato independiente en Al-Ándalus. Los cronistas lo describen como un personaje cruel que pasó la primera mitad de su vida haciendo la guerra tratando de acabar con sus enemigos en su propio territorio, así como con el empuje de los cristianos del norte.
Como gobernante, supo ver que el futuro de Al-Ándalus pasaría por estar ligado al mundo de la cultura hacia el que dirigió a su hijo al-Hakam. Además de realizar una de las ampliaciones de la Mezquita de Córdoba, Abderramán III fue el fundador de una de las ciudades más majestuosas que jamás se vieron en Al-Ándalus: Medina Azahara. Ciudad que se convertiría en el símbolo del poder califal y cuyos restos podemos todavía hoy contemplar.
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