Quizá deberíamos aprender algo de los pequeños.
Los seres humanos somos animales sociales y todos somos conscientes de la importancia que tiene para nuestra salud tener buenas relaciones con las personas que nos rodean. Pero eso no quiere decir que siempre sea fácil.
De hecho, un estudio llevado a cabo por la organización Relate ha revelado que, en Reino Unido, uno de cada ocho adultos no tiene amigos cercanos; esto no es de sorprender si tenemos en cuenta que, a menudo, resulta mucho más complicado hacer amigos de adultos que de niños.
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Martin Burrow, asesor en Realte, sostiene que "los adultos tienen mayor tendencia a quedarse estancados en una rutina que consiste meramente en trabajar, dormir y, posiblemente, hacerse cargo de los hijos. Con este ritmo de vida, las amistades suelen ocupar puestos más bajos en la lista de prioridades".
Entonces, ¿qué podemos hacer si nos sentimos más solos de lo que nos gustaría y nuestros padres ya no están en disposición de organizarnos fiestas?
1. Busca nuevas aficiones o haz actividades en grupo.
Puede sonar a cliché, y quizá pienses que no es fácil cuando trabajamos a jornada completa y nos encontramos agotados al final del día. Sin embargo, si no amplías tus círculos de amigos, al final siempre quedarás con las mismas personas.
Esto implica ser proactivo en tu búsqueda, explica Burrow: "Piensa en algo que te gustaría hacer, ya sea practicar un deporte, aprender un idioma o unirte a un club de lectura. En Internet puedes encontrar muchos grupos de este tipo que son gratuitos y te ayudarán a conectar con personas que comparten tus intereses".
2. No rechaces a una persona por no ser exactamente igual que tú.
Uno de los principales obstáculos de los adultos a la hora de hacer amigos es que tienen una idea fija e inamovible del tipo de persona con la que quieren socializar, lo que automáticamente reduce el rango de búsqueda. A los niños les resulta más fácil porque tienen menos prejuicios y están dispuestos a darle a cualquier persona la oportunidad de ser su amigo.
"Mantén la mente abierta a la hora de hacer amigos en lugar de rechazarles antes de tener la oportunidad de conocerlos de verdad", sugiere Burrow.
3. No tengas miedo a dar el primer paso.
Si te pasas la vida esperando a que las personas te inviten a salir, puede que tengas que esperar eternamente. Además, es posible que los demás no sean conscientes de lo solo que estás y por eso no piensen en invitarte a hacer algo si no lo propones tú primero.
Cuando estés conociendo a personas nuevas, no tengas miedo a dar el primer paso. "A los niños no les importa que dé la impresión de que están deseosos de hacer amigos, y por eso les va tan bien", recuerda el experto.
4. Prioriza el contacto personal.
No te escondas detrás de la pantalla de tu ordenador, porque no será tan productivo como el contacto personal.
Burrow señala que "las redes sociales y la tecnología pueden ser muy productivas para mantener el contacto con amigos que se hayan mudado a otra ciudad o con aquellos a los que no tenemos tiempo de ver tan a menudo, pero también es importante intentar construir amistades mediante el contacto real".
5. Esfuérzate más por mantener el contacto.
Si los demás consejos no funcionan, siempre es buena idea recuperar el contacto con viejos amigos (incluso con los de la infancia). Cuando nuestros amigos se mudan a otra ciudad, cambian de trabajo o comienzan una nueva relación, es normal que haya menos contacto que antes; por eso merece la pena esforzarse por no perderlo.
"Mantén contacto con tus amigos de forma regular y demuéstrales que estás ahí para ellos. Quizás también te interese retomar el contacto con los que ya no hablas tanto y volver a construir vuestra amistad", aconseja Burrow.
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