Factores emocionales para elegir un plato de comida.
El proceso de elección de un menú en un restaurante, por ejemplo, es un acto más emotivo que reflexivo. Esto significa que nuestro cerebro está más influido por aquellos aspectos accesorios como la presentación de la comida, según revela un estudio de la Universidad de Granada que acaba de ser publicado.
El trabajo ha determinado que ante un plato bien presentado, el cerebro crea un vínculo afectivo que motiva que sea el seleccionado para comer y
Científicos de la Universidad de Granada han determinado que la evaluación de un plato como apetitoso o no está influenciada por regiones cerebrales vinculadas a la cognición y la emoción, lo que evidencia la importancia de las emociones en la visualización de platos bien presentados.
Ocurre porque los platos de comida bien presentados activan áreas del cerebro relacionadas con las emociones y esas zonas influyen en el momento de tomar la decisión sobre qué plato degustar.
El trabajo de este equipo de investigación, que publica la revista Physiology & Behavior, ha apuntado que el acto de analizar y evaluar el plato no es un proceso puramente cognitivo o reflexivo como se pensaba hasta ahora, sino que requiere de un componente fuertemente afectivo.
Además, la presencia de este componente emocional se mantiene hasta el momento de la elección del plato, como manifiesta la activación del giro cingulado, una región vinculada con los procesos reguladores de emociones.
Los autores del estudio, los investigadores Francisco Muñoz Leiva y Diego Gómez Carmona, realizaron resonancias magnéticas funcionales para analizar de manera exploratoria las reacciones cognitivas y afectivas que a nivel cerebral se producían ante diferentes formas de presentación de un plato de restaurante y conocer qué ocurre si el sujeto percibe un origen ecológico en sus ingredientes.
Para ello, mostraron una batería de 24 imágenes de platos bien presentados y mal presentados pero elaborados con los mismos ingredientes, e indicaron a la mitad de los participantes que los ingredientes eran ecológicos mientras sus cerebros eran monitorizados.
Los resultados mostraron que los platos bien presentados activan regiones vinculadas al placer, y estas estructuras neuronales específicas que se activan ante estímulos atractivos no lo hacen ante un plato mal presentado.
"Cada vez está más claro que en nuestra percepción de la comida influyen no solo las propiedades sensoriales del propio alimento, sino también nuestras expectativas y otros factores contextuales como la presentación o el ambiente del establecimiento", ha recalcado Muñoz, catedrático del departamento de Comercialización e Investigación de Mercados de la Universidad de Granada.
Hasta la fecha, el efecto de la presentación apetecible o no de un plato de restaurante no ha sido contrastado bajo un diseño experimental válido con un amplio rango de platos elaborados.
"Creemos que los restaurantes deben seguir cuidando el diseño de sus platos, y que sean atractivos no solo gustativa, sino también visualmente, para despertar emociones en la mente del consumidor", ha señalado Gómez.
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