Alistair Woodward, en su conferencia sobre salud, alimentación y cambio climático, ha afirmado que nos enfrentamos a un fenómeno disruptivo, muy peligroso porque se está produciendo a una gran velocidad y, además, está pasando a gran escala. “Ya estamos sufriendo sus efectos de una forma clara”. Algunos ejemplos son el aumento de enfermedades coronarias o respiratorias por la mala calidad del aire; el incremento de las inundaciones, ahora seis veces más probables que a finales del siglo XX; o las enfermedades producidas por los mosquitos que se están expandiendo como consecuencia del calor, como demuestra el primer caso de dengue autóctono detectado recientemente en Barcelona, el sexto producido en España en poco tiempo.
El experto ha sido contundente: “si queremos hacer frente al cambio climático, no será suficiente con reducir las emisiones de dióxido de carbono. Hay que introducir cambios en nuestros estilos de vida y ser radicales”. Por ello, Woodward ha planteado medidas como la implantación de un impuesto sobre la carne para frenar la emisión de gases de efecto invernadero, equipar mejor las viviendas para que no se pierda el calor y se gaste menos en calefacción; o limitar el transporte privado en el centro de las ciudades. “Los coches eléctricos son una buena solución para no causar emisiones de dióxido de carbono” ha explicado Woodward, “pero no son la solución a la congestión de las ciudades. Es igual si son vehículos eléctricos o no. Por eso se necesitan ayudas al transporte público y las bicicletas eléctricas. De esta manera podríamos reducir el 60% de emisiones de carbono”. Actualmente, ha añadido Woodward, “la contaminación del aire es el principal desafío del cambio climático, provocado por la combustión de fósiles de carbono. La combinación de la mala calidad del aire con el incremento de la temperatura produce un impacto para la salud aún más nocivo”.
Ante esto, Alistair Woodward cree que hay que actuar de forma creativa, cambiar la forma de pensar y ver el cambio climático como una oportunidad de mejorar y no como un coste. “Es un desafío a todos los niveles pero es posible y tiene sentido intentarlo. Ahora bien, requiere medidas políticas y consenso para garantizar su aplicación”. En este sentido, ha puesto el ejemplo de Nueva Zelanda, donde se está elaborando una ley para alcanzar la emisión cero de dióxido de carbono antes de 2050.
“Hagamos frente al cambio climático” es un proyecto que BBVA y la Fundación Catalunya Europa han puesto en marcha con la intención de abrir debate y elaborar propuestas concretas contra los efectos del cambio climático desde las propias ciudades y promover el desarrollo sostenible.
Ello se enmarca dentro del compromiso 2025, por el cual BBVA movilizará 100.000 millones de euros hasta 2025, en financiación verde, infraestructuras sostenibles, emprendimiento social e inclusión financiera; reducir el impacto de su actividad, de forma que en 2025 el 70% de la energía contratada por el banco sea verde; y trabaja para involucrar a sus grupos de interés para promover de forma colectiva una mayor contribución del sector financiero al desarrollo sostenible
ambién esta misma semana , BBVA se ha posicionado como uno de los 28 bancos fundadores de los Principios de Banca Responsable, fruto de la Iniciativa Financiera del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP FI). Todo ello con el objetivo de transformar la industria financiera para que sea un motor en la consecución de un futuro sostenible. Así, los Principios de Banca Responsable son una respuesta colectiva para alinear el negocio bancario con objetivos a largo plazo, para integrar mejor los desafíos sociales y ambientales.
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