Términos despectivos que se emplean para hacer alusión a personas con discapacidad, especialmente a las personas con Síndrome de Down.
Si hacemos una búsqueda sobre el país de Mongolia y, concretamente, en Wikipedia, obtenemos como primer resultado el siguiente: Mongolia, oficialmente Estado de Mongolia, es un estado soberano, sin acceso al mar, situado en Asia Oriental. Limita con Rusia al norte y con China al sur. Su capital es Ulán Bator, donde reside la mitad de la población total.
Otros datos interesantes y a tener en cuenta son que el Imperio Mongol fue el mayor de los imperios constituidos por terrenos continuos y el segundo más extenso de la historia.
Sin más dilación, y haciendo denuncia a los términos “mongolito/a, mongolismo o mongolo/a”, estos son despectivos que se han utilizado y se continúan empleando para hacer alusión a personas con discapacidad, especialmente a las personas con Síndrome de Down (véase en el Diccionario de la Real Academia Española, tremendo error y de la RAE—.
También el médico británico John Langdon dio a conocer esta desafortunada expresión. El doctor se basó en una serie de rasgos físicos entre las personas nativas de Mongolia y las personas con Síndrome de Down. Este término refleja la idea de superioridad occidental frente a otros pueblos.
Mongolo/a, mongolismo o mongol/a son términos vergonzosos para denominar a las personas con discapacidad. Resulta ridículo, improcedente y fuera de lugar utilizar dichos términos. No existe asociación genética entre los genes asiáticos y la trisomía 21, los únicos denominadores comunes son el racismo y la falta de respeto.
“En 1960 el gobierno de Mongolia formalizó una queja a la Organización Mundial de la Salud (OMS) con la finalidad de denunciar el mal uso del término”
Afortunadamente, el término Síndrome de Down gana terreno y, con ello, la normalización y la inclusión de las personas con discapacidad. Sin embargo, estos términos se siguen utilizando y la desaparición de los mismos será de manera paulatina.
Muchas afirmaciones del pasado continúan vigentes, por ello es necesario desmontar rancios discursos, visibilizar a las minorías, hacer justicia social y alzar la voz.
Afortunadamente, el marco legal presente en España goza de buena salud y ejerce medidas de protección e inclusión para las personas con discapacidad. Aun así, queda mucho por recorrer. Sin embargo, el ideario colectivo precisa de una continua agitación para desmontar y enjuiciar un lenguaje totalmente ajeno a la realidad actual.
“Ni los mongoles son idiotas, ni las personas con Síndrome de Down son mongoles”
Es de justicia hacer especial mención a la Organización Mongol Identity, cuyo objetivo es hacer campaña y promover una mayor comprensión de la palabra “mongol/a”, ya que se refiere a una etnia con su propia historia e idioma. Del mismo modo, enaltecer a todas las personas con discapacidad, familiares y entidades que apoyan la diversidad y la inclusión
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