Marina Rodríguez, especialista en Neumología advierte: “El aire está cargado de partículas de aluminio, sílice, arcilla, yeso, calcita, diversos minerales además de bacterias y polen”
El hospital de Salamanca bajo la calima. | LAYA |
Estamos respirando un aire cargado de partículas de aluminio, sílice, arcilla, yeso, calcita, diversos minerales además de bacterias y polen”, explica Marina Rodríguez, especialista en Neumología de la Fundación General Hospital Santísima Trinidad.
La neumóloga advierte de que la calidad del aire que está habiendo en Salamanca durante los últimos días es seriamente dañina para la salud. “Las personas que tienen enfermedades respiratorias como EPOC o asma no deberían salir a la calle. Para estar al aire libre hay que utilizar mascarilla FFP2. Ni siquiera debería emplearse una quirúrgica”, explica. El problema que genera inhalar este polvo es que “genera sequedad e inflamación en las mucosas”, pero sobre todo es que transporta partículas que son cancerígenas, por lo que no se puede hablar de un tiempo de exposición prudente. “En cuanto sales a la calle notas la sequedad porque es demasiada carga”.
“Cuando inhalas este aire, todas estas partículas pasan al torrente sanguíneo, de ahí que sea cancerígeno”, detalla la doctora Rodríguez.
La especialista del Hospital Santísima Trinidad pone el acento en la advertencia de no practicar deporte al aire libre: “Salir a correr sin mascarilla es tremendamente nocivo porque cuanto más se acelera la respiración por minuto, más aire inhalas”.
En contra de algunas informaciones que circulan en redes, la calima no desplaza al polen ni supone un alivio para los alérgicos. “Es totalmente al revés, las personas alérgicas van a sentirse bastante peor, por lo que es recomendable utilizar sus tratamientos habituales”.
Para los ojos la premisa es utilizar gafas y recurrir a lágrima artificial pero “no frotarse”.
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