Hay que distinguir entre tecnologías convenientes e innecesarias.
Llega la primavera y, para muchos ciclistas estacionales, empieza la temporada de bici. Es el momento de comprobar si la máquina está en condicones o debemos pensar en la posibilidad de adquirir una nueva. Parece que todas las bicicletas son por definición ecológicas, pero las personas con conciencia ambiental que deseen hilar fino harán bien en informarse con un poco de profundidad.
Si la bici tiene alguna avería, es probable que en el servicio técnico nos digan que resulta más barato comprar una nueva que arreglarla. Antes de hacer caso, hay que pensar en que siempre es más sostenible reparar que comprar. Como cuando se va al médico, vale la pena pedir una segunda opinión para salvar la máquina. Y no hay que olvidar la posibilidad de hacerse con una de segunda mano que podemos arreglar y personalizar a nuestro gusto.
Llegado el momento de adquirir una nueva, vale la pena tener especialmente en cuenta ciertos elementos de la bici.
- El cuadro debe ser lo más ligero posible y estar protegido contra la oxidación. Aunque el aluminio es más ligero, el balance ecológico del acero es favorable, pues su producción requiere menos energía. Se puede proteger de la lluvia con una pasta selladora.
- La horquilla con amortiguador es innecesaria, además de cara y pesada. Una bicicleta cómoda y ligera no la necesita.
- Se debe decidir desde el inicio entre cambio de marcha externo, tipo desviador, o interno o de buje. Éste es todavía muy poco conocido en nuestro país, pero aunque encarece al principio la bici, es aconsejable, sobre todo para el uso urbano, porque apenas necesita mantenimiento y se avería con mucha menos frecuencia. Los expertos recomiendan los cambios simples de 3 marchas o los de 7, si se acostumbra a realizar recorridos con cuestas.
- Si se opta por un cambio externo, debemos saber que es preciso mantener la cadena limpia y engrasada y cambiarla cada 2.000 kilómetros como máximo. Con el cambio de buje, puede aguantar hasta los 4.000 kilómetros. En ambos casos, proteger la cadena de la lluvia y la suciedad con una caja incrementará su vida media. Si no se realiza un buen mantenimiento, nos arriesgamos a que las coronas de dientes se desgasten. Cambiar todo el tambor de la rueda trasera puede costar alrededor de 100 euros.
- Para alimentar la iluminación se ha impuesto el uso de la dinamo de buje. En comparación con las dinamos antiguas, no existe pérdidas por fricción. En cualquier caso, ambos sistemas son mejores que las luces alimentadas por baterías contaminantes.
- En cuanto a los frenos, concurren los de pedal, los V-Brake, los hidráulicos y los de disco. El único que funciona sin mantenimiento es el de pedal. Los otros precisan el cambio de las pastillas. Los hidráulicos y de disco apenas precisan mantenimiento, ya que se ajustan automáticamente. Un inconveniente de los hidráulicos y los V-Brake es que desgastan las llantas; si éstas son buenas durarán más, pero el problema es inevitable.
Por Manuel Núñez y Claudina Navarro
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