lunes, 31 de octubre de 2011

La Vía Verde de la Jara GEO


Alquiler de bicicletas, patrulla verde, alojamiento y restaurante en antiguos vagones son algunas de las nuevas dotaciones de este trazado ferroviario en la comarca toledana.

Vía Verde de la Jara:Viaducto sobre el embalse de Azután

La Via Verde de la Jara marcha a toda máquina. Este antiguo trazado ferroviario, que paradójicamente nunca vio pasar ninguna máquina ni vagón, ni siquiera llegó a tener balastro, está ahora preparado para subirse al tren del progreso. Nuevos planes, proyectos y realidades, en forma de instalaciones e infraestructuras, pretenden dinamizar la comarca toledana que recorre y de la que toma el nombre.
El río Tajo, el embalse de Azután, gamos, ciervos, jaras, pizarras y granitos son los moradores silenciosos de la vía verde, que salen al paso de ciclistas y caminantes a lo largo de sus espléndidos 52 kilómetros de trazado.

Rutas en bice

Desde hace unos meses, la estación de Campillo–Sevilleja (conocida también como Pizarrita), a la que se puede acceder por carretera, dispone de un centro de alquiler de bicicletas (también para personas con movilidad reducida) y tutidmo activo (www.ecoaltea.com), así como un original restaurante y alojamiento. Allí Ricardo Mayoral y su equipo de expertos conocedores de la Vía Verde ofrecen su trabajo: servicios de transfer de las bicicletas alquiladas, que ellos llevan y recogen al punto de la Vía Verde que se les indique, un servicio de patrullaje a lo largo de todo el recorrido por si ocurre alguna incidencia y todos los detalles y curiosidades que esconde la ruta: trincheras, fuentes, molinos de agua, antiguos balnearios en ruinas… (Más información llamando al teléfono 609 70 01 41).

Vía Verde de la Jara: Alquiler de biclicletas y vagón restaurante en la estación de Campillo-Sevilleja

La mencionada estación cuenta también con dos vagones de tren rehabilitados para servir de restaurante y albergue. En el primero pueden degustarse las delicias comarcales, como migas, revueltos de morcilla y chorizo, queso fresco con miel de la Jara, tostas de pisto con huevos de codorniz, chuletillas de cordero de raza talaverana… Y quienes quieran pernoctar en estos bellos parajes, pueden hacerlo en el vagón de al lado, reconvertido en albergue para ciclistas y senderistas.

Rutas verdes para hacer a pie o en bicicleta

La ruta verdecomienza junto a la estación de Calera y Chozas, en el trayecto de Madrid a Extremadura (los trenes no paran allí, pero es posible gestionar la detención en las oficinas de Renfe) y termina en el apeadero de Santa Quiteria. En medio quedan los campos de los montes de Toledo, parajes encantados de horizontes ondulados y silenciosos, que son interrumpidos de tanto en tanto por alguno de los 17 túneles del recorrido, tramos invadidos de misterio y frescor que exigen el uso de linternas o dispositivos reflectantes, pues hay momentos en los que apenas se ve al ciclista de delante.

Vía Verde de la Jara: Ciclistas en una trinchera de pizarras, antes de entrar en un túnel

La ruta de esta vía verde avanza poco a poco, atravesando también cinco viaductos, y va descubriendo el valle del Tajo, el espectacular embalse de Azután, las dehesas del Arco, los valles de Huso y San Martín y la sierra de Altamira.

Historia de la Vía Verde de La Jara

Impresionan las infraestructuras de este trazado y sorprende aún más saber que nunca se llegó a utilizar con fines ferroviarios. La historia de esta vía verde remite al general Primo de Rivera y su plan de expansión de líneas de ferrocarril en 1926.La vía verde fue concebida como enlace entre Talavera de la Reina y Villanueva de la Serena, pasando por la villa de Guadalupe y uniendo los valles del Tajo y el Guadiana. Las obras, que progresaban a buen ritmo, quedaron interrumpidas con la guerra civil. En la posguerra, con la difusión del automóvil, el éxodo del campo a la ciudad, el ferrocarril languideció y la vía cayó en el olvido.
Pero gracias la red de Vías Verdes españolas, caminantes y ciclistas recuperan y dan nuevos usos al trazado de la Vía Verde de la Jara, un camino accesible para todos y lleno de rincones y paisajes encantadores, que invitan a explorarlos y disfrutar al aire libre.

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