NO ha sido el parto de los montes, sino el parto de la colina. La comisión técnica reunida a petición del Ayuntamiento de Granada para estudiar la viabilidad del ascensor ha dado a luz un documento de una ambigüedad lamentable que sólo sirve para dar aire al alcalde y que sostenga unos cuantos meses más el disparatado proyecto. De entrada es absurdo que la Consejería de Cultura haya accedido formar una comisión para analizar no un proyecto sino "una idea". El análisis de las ideas corresponde a los filósofos, a los sociólogos, a los políticos, a los frenólogos y a los alienistas. Los técnicos, en cambio, deben ceñirse a los proyectos y dejarse de especulaciones. Con esas mimbres, la canasta, por fuerza, tenía que salir torcida. Y así ha sido. A los seis folios del alcalde la comisión ha contestado con dos de los cuales sobra aproximadamente el 90%. Habría bastado con el primer párrafo: "Esta comisión ha debatido una idea (...) y no un proyecto. La comisión carece de suficientes elementos de juicio sobre las iniciativas presentadas por el Ayuntamiento para emitir una valoración de carácter técnico". Y punto.
Pero no fue así. Se ve que entre los miembros de la comisión había técnicos comisionados expresamente por sus instituciones para, dicho sea en sentido metafórico, malmeter y llevarse el gato al agua. O, mejor dicho, el agua al gato. Después de un inicio tan prometedor (un inicio que debería ser al mismo tiempo el corolario) los técnicos ceden a la tentación especulativa y se pronuncian sobre lo que acaban de declarar impronunciable. Dicen que perforar la Alhambra exige cautelas y sobrecostes; que el procedimiento administrativo es complejo; que la obra no presenta mayor problema de ejecución (una obra, atención, cuyos detalles desconocen); no logran ponerse de acuerdo sobre si agujerear la Alhambra conllevaría perjuicios arqueológicos y, como coletilla, añaden que la "idea" puede ser perjudicial para el patrimonio y el turismo. Es decir, que no sería una idea, sino una mala idea. El alcalde se ha agarrado como un clavo ardiendo a que la obra (cuyos detalles, repito, no constan) es ejecutable y ha ordenado a su delegación de Turismo, aconchabada con la única institución que le sigue el juego, la Federación de Hostelería, un informe (o quizá otra idea) que verifique la utilidad del ascensor desde el punto de vista turístico.
Y en esa fase andamos, haciendo tiempo a que Javier Arenas gane las elecciones de marzo y reviva el disparate basándose en un estudio que demuestre al veracidad científica del Teorema del Turista Cansado, que podemos enunciar así: "Dado un turista cualquiera colocado en el recinto la Alhambra, está demostrado que si baja en ascensor tiene más tendencia a dormir en hoteles que si lo hace en autobús o caminando".
Pero no fue así. Se ve que entre los miembros de la comisión había técnicos comisionados expresamente por sus instituciones para, dicho sea en sentido metafórico, malmeter y llevarse el gato al agua. O, mejor dicho, el agua al gato. Después de un inicio tan prometedor (un inicio que debería ser al mismo tiempo el corolario) los técnicos ceden a la tentación especulativa y se pronuncian sobre lo que acaban de declarar impronunciable. Dicen que perforar la Alhambra exige cautelas y sobrecostes; que el procedimiento administrativo es complejo; que la obra no presenta mayor problema de ejecución (una obra, atención, cuyos detalles desconocen); no logran ponerse de acuerdo sobre si agujerear la Alhambra conllevaría perjuicios arqueológicos y, como coletilla, añaden que la "idea" puede ser perjudicial para el patrimonio y el turismo. Es decir, que no sería una idea, sino una mala idea. El alcalde se ha agarrado como un clavo ardiendo a que la obra (cuyos detalles, repito, no constan) es ejecutable y ha ordenado a su delegación de Turismo, aconchabada con la única institución que le sigue el juego, la Federación de Hostelería, un informe (o quizá otra idea) que verifique la utilidad del ascensor desde el punto de vista turístico.
Y en esa fase andamos, haciendo tiempo a que Javier Arenas gane las elecciones de marzo y reviva el disparate basándose en un estudio que demuestre al veracidad científica del Teorema del Turista Cansado, que podemos enunciar así: "Dado un turista cualquiera colocado en el recinto la Alhambra, está demostrado que si baja en ascensor tiene más tendencia a dormir en hoteles que si lo hace en autobús o caminando".
No hay comentarios:
Publicar un comentario