El escritor confiesa ante un Auditorio Manuel de Falla completamente lleno que Europa vive en el periodo final de una burbuja y que el salvajismo y la crueldad del ser humano terminarán imponiéndose
JESÚS ARIAS / GRANADAUn auditorio lleno. Tres sillones y una mesa. Sobre la mesa, una botella de vino que tardaría muy poco en descorcharse. De esa guisa compareció ayer en Granada el escritor Arturo Pérez Reverte en el acto de prólogo del Festival Internacional de Poesía. Le acompañaban sobre el escenario dos amigos suyos, José Belmonte y Rafael Cózar. Y se pusieron a charlar. Como si estuviesen cómodamente relajados en el vestíbulo de cualquier hotel o en la terraza de un bar. Eso fue lo que hizo que la velada del escritor fuese tan distendida, tan sincera, y tan cercana. Pero completamente rodeada de público.
Pérez-Reverte opinó sobre todo, sobre la educación, sobre la cultura, sobre la situación actual de Europa... Y dejó entrever su enorme pesimismo. Habló de su teoría de la 'involución' del ser humano, de la forma en que el mundo occidental, tal y como se conoce hoy, vive en una especie de burbuja artificial que no tardará en reventar. Él ya lo ha vivido. "He visto a los seres humanos hacer cosas extremas. Ví cómo en Eritrea violaban a las mujeres delante de mí. Y ante esas situaciones, o te vuelves loco, o participas en ello. Pero te das cuenta de que ésa ha sido la historia de la Humanidad: cómo unos pueblos saqueaban a otros y violaban a las mujeres, que siempre ha sido un botín. Ése es el mundo real, no el nuestro".
Pérez Reverte, que exorcizó esos demonios con libros como El pintor de batallas o Territorio comanche, relató cómo en Bosnia vio un hombre que era profesor de escuela se convertía en un francotirador o cómo un músico se dedicaba a violar mujeres. "Yo había visto barbaridades en África o en América, que eran sitios que me parecían remotos. Pero en Bosnia vi que eso ya estaba en Europa. Esa Europa, que era un referente moral, ya se ha acabado. Estamos viviendo el final de un proceso. Occidente se acaba tal y como lo conocemos".
El escritor también se quejó de la situación actual de la educación y la cultura. "La cultura debe ser fluida para aquel que la busca", explicó. "Pero vivimos bajo la demagogia de que hay que hacer descender la cultura a nivel de lo popular, que es como llevar a Belén Esteban al Prado para que la gente vaya a visitar el museo". "La cultura es élite. No existe la cultura popular. Lo que existe es el acceso de las masas a la cultura. ¿Por qué debe haber 50.000 personas viendo un cuadro de Goya sencillamente porque la visita al museo entra dentro de un paquete turístico?", se preguntó. "La cultura hay que buscarla", dijo más tarde.
También habló de la educación políticamente correcta que se está impartiendo ahora en los centros y que está privando a los alumnos de grandes obras.
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