Alejandro García muestra en Motril sus obras realizadas de manera original con pólvora sobre tela.
ROSA FERNÁNDEZ, GRANADA
La pólvora es una sustancia explosiva que se asocia a la destrucción y que habitualmente se utiliza como propulsor de proyectiles en armas de fuego o con fines acústicos en los juegos pirotécnicos. Sin embargo, un artista granadino le ha buscado otra aplicación mucho más amable: la artística. Así, el Centro Cultural Caja Granada de Motril acoge hasta el próximo 22 de abril la exposición Pólvora sobre tela, códigos de barras, una original propuesta realizada con el mencionado material sobre tela por Alejandro García Vico.
La muestra consiste en una colección de 14 retratos de gran formato, en los que se dibujan gigantescos códigos de barras muy expresivos. Con esta exposición García Vico quiere provocar la reflexión del espectador sobre el material empleado: la pólvora, "un componente que nace por mi interés de usar elementos poco convencionales o que no tengan nada de ver con el arte. La pólvora desde un primer momento me está dando esa posibilidad ya que su uso no está vinculado al arte o a la cultura, sino todo lo contrario, es un elemento que más bien tiene relación con el miedo, la destrucción o la muerte. Al usar este material consigo dar un vuelco a su uso convencional y me lo llevo a otro campo completamente distinto al suyo. Con la pólvora consigo crear no sólo arte, sino cultura, y hacer que este elemento destructivo se convierta en todo lo contrario: en un elemento creativo".
Las imágenes que aparecen en las telas son retratos de familiares y amigos, todos en una posición simpática, haciendo una mueca graciosa, sacando la lengua o con un gesto expresivo. De esta manera, el objeto contrasta con el carácter agresivo del material, le infiere un aspecto positivo y por medio de esta reflexión no deja indiferente a quien lo contempla. Al fin y al cabo, el objetivo que persigue el autor es que "despierte la atención" del espectador.
El artista granadino lleva más de cinco años trabajando con la pólvora. Según relata, a cada ensayo descubre nuevas formas, relieves y colores, obsesionado por darle una nueva orientación a este elemento.
Así, García Vico parte de una fotografía, la cual da paso a un dibujo caricaturizado del personaje. De esta manera marca en la tela las líneas en las que trazará un reguero de pólvora sobre el que se asentará el diseño definitivo. Entonces prende fuego. "No llega a estallar pues no está prensada, pero hay que tener cuidado", comenta, al tiempo que confiesa que en alguna ocasión ha perdido el trabajo debido a un pequeño incendio.
El resultado definitivo es el que se puede contemplar e incluso oler, ya que los retratos desprenden el aroma de la pólvora quemada. El autor indica --por poner un ejemplo conocido por todos- que el aspecto de estas obras "recuerda al de la sábana de Turín, pero en esta ocasión personalizada", bromea.
En la colección expuesta en Motril también destaca el efecto moiré. García Vico juega con el efecto óptico empleado producido por la superposición de líneas. Así, en la distancia corta el espectador sólo ve unas manchas que a medida que se va alejando dan paso a unas imágenes que solamente se pueden percibir a medida que se guarda una distancia de la lámina. "Este efecto se produce en las cámaras digitales, en los periódicos, en las televisiones antiguas; el sistema visual humano es quien crea la ilusión, generándose así un juego entre el espectador y la obra", explica el artista.
En el afán por descubrir nuevas sensaciones con esta sustancia, este peculiar retratista se marca el reto de combinar otras materias para conseguir colores. "Así si le agrego un pigmento natural puedo sacar el azul ...", comenta en voz alta lo que piensa durante el proceso creativo.
En esta primera exposición en la Costa en la que muestra su trabajo con la pólvora sólo ha trabajado con la expresividad del rostro. A partir de ahí adelanta que empezará a reflejar cuerpos, figuras enteras en las que reproducirá la misma técnica empleada en esta ocasión. "Los retratos es un tema universal, ya que de siempre el hombre ha querido representar la expresividad humana". Pero, en el siguiente proyecto quiere representar figuras humanas enteras y "¿por qué no? También paisajes que se prestan a esta labor", según su opinión.
Alejandro García Vico además ha trabajado en otros campos, como el diseño y la animación, entre otras disciplinas. El granadino cuenta en su haber con el primer premio del concurso del cartel Carnavales Agüimes 2008, de Las Palmas de Gran Canaria, así como el del cartel de la Bienal Mujer y Arte La Más Elegante del Invernadero I y de la exposición de La Más Elegante del Invernadero II en el Centro Cultural Caja Granada, de la capital. Además, ha expuesto un trabajo de cuatro cortos de animación Martes de Cine para Movistar, en Madrid. Recientemente, le ha sido otorgado uno de los premios del IX Certamen Nacional de Pintura de la Fundación Jorge Alió, en Alicante.
lunes, 9 de abril de 2012
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