El Pozuelo es un anejo de Albuñol situado en uno de los límites de la Costa granadina. Tiene alrededor de 700 habitantes y una playa inmensa y solitaria donde hay cuatro sombrillas mal contadas. También tiene un hotel de una estrella, un bloque de pisos deteriorado y un puñado de casitas bajas. Una especie de invernadero, entre las casas, y una vivienda totalmente derruida completan la primera línea de viviendas entre la playa y la carretera. Hay cuatro corridas de hortofrutícolas y no hay paro. Es un lugar extraño, con vocación de pueblo fantasma, marcado por las circunstancias históricas: por la famosa 'Nube' -riada del 73- que marca ahora los días de los albuñolenses. La propietaria del hotel Beatriz, después de pasar toda su vida en El Pozuelo, se emociona al hablar de su municipio. «Me da un sentimiento ver los otros pueblos, lo bien que están y mirar el mío...». El suyo, según explica el alcalde de Albuñol, Juan María Rivas ha estado abandonado históricamente y ahora además se enfrenta a un problema burocrático con la Demarcación de Costas que esperan solucionar.
La línea de ribera, la marca Costas y delimita lo que es playa -territorio público marítimo-terrestre- y lo que no lo es. Pues bien, por alguna extraña razón, esa línea que se trazó en el 79, pasó por detrás de la primera fila de casas de El Pozuelo y está dibujada por la carretera, por lo que, según apunta el alcalde, a esas viviendas solo se les puede hacer obras de conservación y no se puede construir nada más nuevo, lo que «frena por completo el crecimiento del pueblo».
«Le han quitado al pueblo las posibilidades de evolucionar y lo han dejado sin salida... no hay mercado, no hay farmacia, ni entidad bancaria, tampoco chiringuito porque no lo pide nadie», señala apenado Juan María Rivas, que está dispuesto a intentar cambiar el rumbo de El Pozuelo.
El alcalde apunta cómo hace unos años un constructor compró una manzana y se dispuso a transformar una casa vieja en un edificio nuevo y desde Costas le pararon la obra y le multaron. Por eso, desde el Ayuntamiento van a reclamar a Costas a que se modifique el deslinde en El Pozuelo y que, como en el resto de localidades, se trace al filo de la playa.
Rivas, acompañado por su teniente de alcalde, Patricia Fernández, piden a las administraciones que inviertan en El Pozuelo, aquella localidad próspera que en los años 70 contaba con muchos turistas cada verano. Después llegó la inundación y les cambió la vida y el modo de ganársela.
Ni en la cola
El alcalde también incide en la situación de la playa que estaba delimitada por un muro que hacía de paseo y que «cuando se cayó nadie volvió a levantar». Juan María Rivas pide a Costas que tengan en cuenta sus pueblos, en este caso El Pozuelo y que hagan alguna inversión en la costa de Albuñol. «Si no la defienden, estas playas desaparecerán», apunta el regidor, que enumera todas las playas granadinas en las que han construido espigones y paseos y en la suya «nada de nada, ni nos han propuesto nunca un proyecto. Es que no estamos ni en la cola de espera», reprocha.
Rivas pide una vía de salida para los vecinos de Huarea que ahora tienen que atravesar la rambla para llegar a El Pozuelo y que a la costa albuñolense no se la mire solo por los invernaderos que «benditos son, son los que han protegido la playa». Quiere una protección para su litoral y un paseo, como en cualquier lugar.
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