Julio Perea, presidente de la Sociedad Sierra Nevada, considera que en la ciudad «no hay cultura de practicar deportes de montaña»
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JUANJO MARTÍN | GRANADA.
Hoy es un día de celebración para la Sociedad Sierra Nevada. Se cumplen cien años de su fundación y, durante este tiempo, mucho se ha logrado desde la época en la que el macizo estaba prácticamente virgen y sin explorar. Por ese motivo, muchos la veían como un sitio peligroso por el que no se acercaban nunca. De ahí que, en 1912, los apasionados de la montaña decidieran poner punto y final a tanto 'misterio' con tal de que la ciudad granadina descubriera el tesoro que tenía delante de sus narices.
Julio Perea, presidente de la Sociedad Sierra Nevada, asevera que «Granada ha vivido de espaldas a la montaña durante muchos años y eso solo se rompió cuando se construyeron albergues, caminos y se organizaron excursiones. Esos tres puntos fueron la base para dar a conocer la sierra y, aunque se ha avanzado en los dos primeros aspectos, aún quedan muchos granadinos por subir».
Resulta paradójico que muchas personas recorran cientos de kilómetros con tal de gozar aquí de la nieve y que haya granadinos que apenas hayan pisado el macizo. Educar a los niños puede ser la mejor manera de acabar con esta «contradicción», tal y como explica Perea. «Queremos hacer un trabajo de fomento a nivel escolar para iniciarles en la montaña y llevarles a descubrir los sitios más bonitos de Sierra Nevada».
El Puerto de la Ragua
Dentro de los rincones más olvidados, posiblemente el Puerto de la Ragua sea el que se lleve la palma. El presidente comenta que «es el gran desconocido para el granadino, pero sí lo disfrutan almerienses y murcianos. Fue uno de los hitos de la Sociedad Sierra Nevada ya que Enrique Perea fue el impulsor de que allí se construyera una estación de esquí. Se encuentra en su estado más natural y salvaje y posee un potencial grandísimo para la actividad de montaña, aunque no esquí sino de travesía».
Solo inculcándole a los más pequeños la maravilla de la naturaleza se logrará inculcar esa «cultura de montaña» de la que carecen la mayoría de los granadinos. «Es cierto que se practican deportes que no están al alcance económico de todos, pero en otros sitios se dan oportunidades y se lanzan campañas de promoción. Se trata de una apuesta no solo para la práctica deportiva, sino para que esta produzca un beneficio económico», afirma Perea.
«Espaldarazo»
El presidente de la Sociedad Sierra Nevada confía en el «espaldarazo» que puede suponer para el macizo granadino la celebración de la Universiada de Invierno. Lo califica como «una oportunidad maravillosa para relanzar el deporte tanto en infraestructuras como en promoción de los deportes de nieve y montaña».
Perea añade que «debe hacerse un plan para acercar una de las señas de identidad de la Sierra, que es lo que nos diferencia del resto de provincias andaluzas, y la Universiada puede y debe contribuir a avanzar en ese sentido».
Toda acción es bienvenida con tal de que Granada «abrace al fin como una seña de identidad más a Sierra Nevada» y que esta potencie su condición de motor económico de la ciudad. Alcanzar la cota de las ciudades alpinas «en las que la renta per cápita es de nivel medio-alto» quizá sea demasiado ambicioso.
No obstante, el hecho de que haya aún mucho camino por recorrer en este aspecto fomenta el optimismo sobre las posibilidades de una montaña que dejó de ser un misterio hace hoy un siglo.
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