Son las principales donantes del Banco de Alimentos y su solidaridad abastece de tomates, pepinos y subtropicales a toda la provincia
FERMÍN ANGUITA | MOTRIL.
La estampa se repite cada mañana en las puertas o en los muelles de carga de las más importantes empresas del sector hortofrutícola de la Costa Tropical. Llegan 'los del Banco de Alimentos'. La gente de báscula o de recepción les conoce desde hace mucho tiempo y son casi como de la familia, máxime cuando casi siempre son las mismas personas las que llegan con un cometido diario que nada tiene que ver con la dinámica comercializadora de las alhóndigas y cooperativas: vienen a llevarse productos de primera necesidad para necesitados de verdad.
«Gratis lo recibimos y gratis lo damos». No sólo es el lema del Banco de Alimentos de Granada que desde hace mucho tiempo opera también desde su delegación de Motril y Salobreña, sino que ese compromiso fue asumido por varias de las principales firmas exportadoras de la zona hasta el punto de que más de la cuarta parte de los productos que la organización repartió el pasado año en toda la provincia, es decir de un total de 5.000.000 de kilos, procede de la aportación desinteresada y diaria de estas empresas y cooperativas. Las empresas hortofrutícolas aportan más de un millón de kilos de tomates, pepinos, subtropicales... una cantidad que supone una auténtica marea humanitaria.
Otro millón llega desde el Fondo de Garantía Agraria, por lo que la mayor aportación de género a toda la provincia llega desde el sector costero, de algo más de media docena de empresas. «Y, ojo, no se trata de destríos, sino que estamos hablando de excedentes de producción, de género en perfectas condiciones para el consumo humano», explica desde el Banco de Alimentos, su presidente Antonio Maldonado. Él como un amplio grupo de más de cuarenta integrantes, principalmente personas jubiladas laboralmente, se han dedicado en cuerpo y alma a una labor que cualquier estamento oficial sería incapaz de asumir. Es el milagro de la solidaridad que hace posible «quitar muchas hambres», declara Maldonado.
De esos cinco millones de kilos rebasados en 2011, la delegación en Motril y Salobreña repartió en la zona de origen más de 650.000 de manera directa. El grueso de las aportaciones en hortofrutícolas proceden de las factorías de Hortícola Guadalfeo, Cooperativa Granada-La Palma, Mercomotril, Fulgencio Spa, Miguel García Sánchez e Hijos, S.A. y El Grupo, S.C.A.
Ésta no es precisamente una faceta conocida de estas y otras empresas de la Costa granadina, pero sí es una vertiente consolidada y asumida por las mismas fuera de cualquier connotación populista o publicitaria. Es más, desde la firma Fulgencio Spa se colabora con el Banco de Alimentos desde que este inició sus actividades y durante los doce meses del año, contemplando este tipo de ayudas como algo normal. «No se busca publicidad con estas acciones. Simplemente nos sentimos muy implicados en el tejido social de los pueblos donde estamos implantados», comenta su director general Fulgencio Spa.
Comprometidas
Uno de los grandes logros de la institución en la Costa es contar con una zona de almacenaje frigorífico con dos cámaras de 180 metros cúbicos cada una, en Salobreña, ubicadas en unas naves, una gestión que realizó hace años el ayuntamiento y que solucionó la papeleta del almacenaje en frío de los productos. A ello se une un camión de tamaño medio que se gestionó desde una empresa de Vélez Benaudalla y que hoy hace posible el movimiento diario de mercancías en la zona. Mercancías como las que cada mañana salen desde la nave central de Mercomotril, en el polígono Alborán ubicado junto al puerto.
Excedentes
«Todos deberíamos hacer una reflexión, mirar en nuestro interior y pensar qué podemos hacer por los demás y por la sociedad», comenta Cristina Onieva, responsable de calidad de una de las empresas que contribuye con más kilos de alimentos de toda la provincia y que lleva ya muchos años colaborando con el Banco de Alimentos. No escatiman en elogios hacia su labor.
Mercedes García, directora de producción del grupo 'La Caña' comparte esa filosofía. «Ese compromiso es algo que terminas por asumir como algo normal de la propia empresa y para nosotros es realmente importante». En el caso de este grupo, la colaboración humanitaria se extiende a otros ámbitos más, dentro del propio entorno geográfico. Con las empresas del sector El Banco de Alimentos tienen acuerdos individualizados gracias a los cuales «pasamos con mucha frecuencia, casi diaria, y cuando hay algún excedente imprevisto nos avisan y vamos», apunta Maldonado.
El Banco de Alimentos subraya la colaboración y apoyo que tanto el Ayuntamiento de Motril como el de Salobreña les prestan. Por eso ahora tienen pendiente una reunión con el equipo de gobierno motrileño para salvar los problemas que se plantean en su sede de Motril, cedida por el ayuntamiento en los bajos del Cerrillo, que se ha quedado muy pequeña y tiene el inconveniente de la imposibilidad de utilizar la maquinaria de carga y descarga a las puertas de un local cuya acera bordea directamente la carretera de las Ventillas.
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