lunes, 16 de septiembre de 2013

La atención antes del embarazo reduce el riesgo de malformaciones granadahoy.com

Especialistas quieren concienciar sobre la llamada consulta preconcepcional.
AINHOA IRIBERRI MADRID 
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Existe una visita al ginecólogo a la que la mayoría de las mujeres no acuden. No se trata de las revisiones anuales ni de aquella consulta motivada por alguna anomalía. Es una visita meramente informativa que podría evitar muchos problemas a las futuras madres. Sin embargo, la llamada consulta preconcepcional -esa que recomiendan los ginecólogos cuando una mujer tiene en mente quedarse embarazada- es casi una excepción en España, según el estudio GestMujer, consistente en una encuesta a más de 1.000 mujeres españolas en edad reproductiva sobre hábitos y percepciones ante un embarazo. 

El trabajo, pionero en España, pone de relieve una situación ya percibida por los ginecólogos que, sin embargo, tiene consecuencias desconocidas para las futuras madres. 

La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, (SEGO) publicó en 2011 un documento de consenso sobre esta consulta preconcepcional, con unas directrices claras: conviene realizarla dos o tres meses antes del embarazo para mejorar el estado de salud de la madre y reducir al máximo la posibilidad de malformaciones congénitas. 

Sin embargo, el estudio recién presentado pone de manifiesto que el mensaje no ha calado en la sociedad española. Más del 50% de las encuestadas declaró que a priori no tienen la intención de realizar esta visita en el caso de planificar su embarazo y más del 54% afirmó "no tener idea" de en qué consistiría ese tipo de consulta. 

Aunque son muchos los consejos que el ginecólogo puede ofrecer en esa visita, hay uno con un importante impacto en el futuro embarazo y es la prevención de malformaciones congénitas, algo que en algunos casos se consigue de una manera muy sencilla, con el consumo previo de ácido fólico. 

Este compuesto sirve para prevenir solo un tipo de malformaciones, las conocidas como defectos del tubo neural (DTN), que se originan por una alteración del proceso embrionario entre el día 18 y 27 del embarazo, cuando en muchos casos la mujer aún no es consciente de que está embarazada. 

Afortunadamente, estas malformaciones son muy raras y se dan solo en uno de cada 1.000 nacimientos, pero es paradójico que dos tercios de las mismas -453 en España en 2012- podrían haberse prevenido si la mujer hubiera tomado ácido fólico desde antes de quedarse embarazada. 

Existen dos enfermedades asociadas a los DTN y, por tanto, prevenibles con la ingesta de esta vitamina. Se trata de la espina bífida y la anencefalia, esta última una dolencia que provoca la muerte en muy poco tiempo al bebé. La primera presenta distintos grados de gravedad y sus afectados suelen presentar ciertas discapacidades. 

El ácido fólico se vende en farmacias y su consumo es sencillo, en comprimidos y con un coste mínimo, de alrededor de un euro al mes. Sin embargo, según el estudio GestMujer, el 67% de las embarazadas en el momento de la encuesta no tomaban el complemento de forma previa al embarazo. 

Según Iñaki Lete, jefe de servicio de Ginecología del Hospital Santiago Apostol de Vitoria, el gran problema al que se enfrentan los ginecólogos es la falta de esta consulta preconcepcional, ya que el 50% de los embarazos son no planificados. 

Para evitar esto, países como Estados Unidos han desarrollado diversas estrategias, desde suplementar de forma obligatoria algunos alimentos hasta incluir el ácido fólico como un suplemento en un anticonceptivo oral, según comenta Lete. El médico explica este aparente contrasentido: "Al final, se trata de tener los niveles en sangre alto, por lo que si una mujer lleva años tomando la píldora con ácido fólico, si después se queda embarazada sin consultar al médico, sus niveles serán altos y podrá estar protegida"

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