Una exposición sobre el pintor granadino muestra en el Parque de las Ciencias y en la Escuela de Artes y Oficios dibujos y obra gráfica del artista junto a creaciones de los propios alumnos
G. CAPPA GRANADA
Mariano Bertuchi (Granada 1884 - Tetuán 1955) fue un genio precoz que tuvo las ideas bien claras desde niño; a los 8 años se matriculó en la Escuela de Bellas Artes de Málaga porque no podía entrar en la de Granada antes de cumplir los 10 años. Regresó puntual a su ciudad y, siendo un adolescente, recibió en su casa la visita de Aníbal Rinaldi, intérprete oficial del general O'Donnell, quien le preguntó qué regalo le gustaría recibir. El niño le dijo que un traje de moro y Rinaldi decidió entonces invitarlo a pasar una temporada en Tánger. Aquel viaje le supondría su primer contacto con Marruecos, algo que le impresionó vivamente. Tanto que acabó fundando una de las escuelas de pintura más importantes de Marruecos, la de Tetuán, convirtiéndose de paso en una suerte de reportero con pinceles, retratando los últimos días del Protectorado español y la convulsa Guerra de Marruecos. Este es el artista y el personaje al que rinde homenaje la Escuela de Arte y Oficios de Granada y la Fundación El Legado Andalusí con una exposición que recoge dibujos y obra gráfica del artista, puestos en relación con las creaciones de los alumnos de Artes y Oficios inspiradas en su inconfundible trazo.
La muestra pretende rescatar a Mariano Bertuchi, recuperar su memoria en su ciudad natal y reivindicar el papel de la Escuela de Arte de Granada en la formación de profesionales y artistas a lo largo de su historia. Este centro mostrará hasta el próximo 18 de febrero una selección de obra gráfica y algunos documentos que recuerdan su paso por la escuela, mientras que en la otra sede de la exposición, en el Pabellón Al-Ándalus del Parque de las Ciencias, se muestran dibujos y obras del artista.
Bertuchi y la EAG fue presentada ayer con la presencia del nieto del homenajeado, Mariano Bertuchi Alcaide, quien recalcó los diseños de sellos de correos, como los que están fechados en el año 1928, la primera edición realizada por el Protectorado de Marruecos que fue diseñada por Bertuchi, "un trabajo que realizó hasta su muerte".
Lo curioso es que todo el material que se exhibe pertenece a la familia, un legado disperso que se ha reunido para esta ocasión. "Prácticamente sabemos todo el material que tiene la familia, porque mi abuelo regalaba no sólo a sus hijos o nietos, también a sus primos o tíos", señala el nieto del artista, que a lo largo de los últimos años ha mantenido conversaciones con distintas instituciones de Granada para reunir este material de forma permanente en algún centro expositivo de la ciudad.
Incluso con la crisis del Centro Guerrero le llegaron a plantear la posibilidad de exhibir este legado en el museo de la calle Oficios, aunque esto finalmente no se produjo. "La Diputación, Universidad o CajaGranada también mostraron su interés aunque al final no se concretó nada", dice. En Ceuta sí ha cristalizado la gran exposición sobre Bertuchi, que se prolongará durante cuatro años y mostrará material de toda clase, lo que se ha mostrado en Granada, sellos, dibujos de cuando era pequeño, los pinceles con los que trabajaba, su escritorio, su mesa de trabajo que aún conserva la familia...
La obra de juventud de Bertuchi se dedicó a los asuntos orientales de inspiración marroquí, para después cubrir como cronista gráfico la campaña militar de pacificación del Protectorado.
Bertuchi fue jefe de los servicios de Bellas Artes del Protectorado y pasó por numerosos cargos administrativos. Su visión sobre Marruecos la plasmó en pinturas, ilustraciones para revistas y libros, carteles de turismo y sus famosas series de sellos de temática marroquí.
En la presentación en el pabellón Ál-Ándalus, sede de la Fundación El Legado Andalusí, La delegada territorial de Educación, Cultura y Deporte, Ana Gámez, reconoció el valor de la actividad de Bertuchi para la defensa del patrimonio cultural tradicional magrebí. "Supuso un aporte considerable para el desarrollo cultural de Marruecos durante el protectorado", indicó la delegada, que destacó también el papel docente del artista, que dirigió la Escuela de Bellas Artes de Tetuán.
Para la directora de la Fundación Pública Andaluza El Legado Andalusí, Marina Martín, la obra de Bertuchi simboliza la alianza de las dos orillas, mientras que el director de la Escuela de Arte de Granada, José Manuel Fornieles, subrayó la importancia de este homenaje "a un antiguo alumno de la escuela en la que se han formado destacados artistas a lo largo de sus dos siglos de historia" concluyó sobre un artista precoz que, con 10 años, ya compartía clases con López Mezquita y que recibió el flechazo del mundo árabe cuando iba a la Alhambra a pintar el pasado nazarí junto a su padre, que era delineante de obras públicas y gran aficionado a la pintura. Tanto que no dudó en apoyar sin reservas a su hijo, que pasado el tiempo es uno de los artistas esenciales de la ciudad.
La muestra pretende rescatar a Mariano Bertuchi, recuperar su memoria en su ciudad natal y reivindicar el papel de la Escuela de Arte de Granada en la formación de profesionales y artistas a lo largo de su historia. Este centro mostrará hasta el próximo 18 de febrero una selección de obra gráfica y algunos documentos que recuerdan su paso por la escuela, mientras que en la otra sede de la exposición, en el Pabellón Al-Ándalus del Parque de las Ciencias, se muestran dibujos y obras del artista.
Bertuchi y la EAG fue presentada ayer con la presencia del nieto del homenajeado, Mariano Bertuchi Alcaide, quien recalcó los diseños de sellos de correos, como los que están fechados en el año 1928, la primera edición realizada por el Protectorado de Marruecos que fue diseñada por Bertuchi, "un trabajo que realizó hasta su muerte".
Lo curioso es que todo el material que se exhibe pertenece a la familia, un legado disperso que se ha reunido para esta ocasión. "Prácticamente sabemos todo el material que tiene la familia, porque mi abuelo regalaba no sólo a sus hijos o nietos, también a sus primos o tíos", señala el nieto del artista, que a lo largo de los últimos años ha mantenido conversaciones con distintas instituciones de Granada para reunir este material de forma permanente en algún centro expositivo de la ciudad.
Incluso con la crisis del Centro Guerrero le llegaron a plantear la posibilidad de exhibir este legado en el museo de la calle Oficios, aunque esto finalmente no se produjo. "La Diputación, Universidad o CajaGranada también mostraron su interés aunque al final no se concretó nada", dice. En Ceuta sí ha cristalizado la gran exposición sobre Bertuchi, que se prolongará durante cuatro años y mostrará material de toda clase, lo que se ha mostrado en Granada, sellos, dibujos de cuando era pequeño, los pinceles con los que trabajaba, su escritorio, su mesa de trabajo que aún conserva la familia...
La obra de juventud de Bertuchi se dedicó a los asuntos orientales de inspiración marroquí, para después cubrir como cronista gráfico la campaña militar de pacificación del Protectorado.
Bertuchi fue jefe de los servicios de Bellas Artes del Protectorado y pasó por numerosos cargos administrativos. Su visión sobre Marruecos la plasmó en pinturas, ilustraciones para revistas y libros, carteles de turismo y sus famosas series de sellos de temática marroquí.
En la presentación en el pabellón Ál-Ándalus, sede de la Fundación El Legado Andalusí, La delegada territorial de Educación, Cultura y Deporte, Ana Gámez, reconoció el valor de la actividad de Bertuchi para la defensa del patrimonio cultural tradicional magrebí. "Supuso un aporte considerable para el desarrollo cultural de Marruecos durante el protectorado", indicó la delegada, que destacó también el papel docente del artista, que dirigió la Escuela de Bellas Artes de Tetuán.
Para la directora de la Fundación Pública Andaluza El Legado Andalusí, Marina Martín, la obra de Bertuchi simboliza la alianza de las dos orillas, mientras que el director de la Escuela de Arte de Granada, José Manuel Fornieles, subrayó la importancia de este homenaje "a un antiguo alumno de la escuela en la que se han formado destacados artistas a lo largo de sus dos siglos de historia" concluyó sobre un artista precoz que, con 10 años, ya compartía clases con López Mezquita y que recibió el flechazo del mundo árabe cuando iba a la Alhambra a pintar el pasado nazarí junto a su padre, que era delineante de obras públicas y gran aficionado a la pintura. Tanto que no dudó en apoyar sin reservas a su hijo, que pasado el tiempo es uno de los artistas esenciales de la ciudad.
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