Las temperaturas medias son más altas
La Aemet advirtió hace unos días que los veranos cada vez serán más largos y los inviernos menos fríos. Una tendencia meteorológica que confirma los efectos del cambio climático y que afecta sobre todo al clima de varias zonas, entre ellas Granada. Y dentro del país, el sureste peninsular es de los que estará peor parados con más riesgo de desertificación.
Y los datos avalan estas teorías. Según el resumen climático del invierno 2018-2019 elaborado por la Aemet y hecho público esta semana, el invierno en Granada ha sido más cálido de lo normal y con menos precipitaciones. Uno de los indicadores de este hecho son los valores de insolación, es decir, las horas de sol. Horas en las que el cielo ha estado despejado y sin precipitaciones.
Así, Granada ha tenido este invierno casi 200 horas más de sol de lo normal, teniendo como referencia los valores de los últimos 30 años (desde 1981 a 2010). Según la estadística, en la estación de la Base Aérea de Armilla se han registrado 654,6 horas de sol cuando lo normal en esta base de medición de la Agencia Estatal de Meteorología son 486,8 horas. Esto supone casi 168 horas más de sol en esa zona.
También se ha notado el incremento en la estación del Aeropuerto, donde se han medido 702 horas de sol durante los tres meses de invierno que acaban de pasar (de diciembre a marzo), cuando lo habitual eran 489,5. Esto indica que la zona del Cinturón y del Poniente han sido de las más afectadas por este aumento de las horas de sol. En total, el incremento es del 134 y del 143%, respectivamente.
Con estos datos, no es de extrañar que los meses del invierno de este año hayan sido de los más cálidos que se recuerdan. Incluso se han superado efemérides de temperatura, es decir, episodios puntuales que superan los máximos registrados y que suponen un nuevo hito meteorológico.
En Granada se ha superado la temperatura media de las máximas, es decir, que ha habido picos de calor histórico para la fecha. Así, la media de las máximas este invierno se ha situado en 16 grados, dos décimas más que la anterior fecha histórica, que se registró en el verano de 2015-2016 con una media de 15,8 grados, analizando los datos desde 1938.
De hecho, se anotó también un máximo de temperatura el 28 de febrero.En cuanto a las precipitaciones, el invierno ha sido en su conjunto muy seco. En el país la precipitación recogida queda un 51% por debajo del valor medio del trimestre, siendo el quinto más seco desde 1965 y el segundo más seco del siglo XXI por detrás del 2011-2012, que es el más seco de la serie. Por meses, diciembre fue muy seco, enero resultó normal y febrero también finalizó con la catalogación de muy seco en todo el país.
En Granada, en cuanto al año hidrológico (del 1 de octubre de 2018 al 12 de marzo de 2019), sí que se ha registrado algún dato bueno superando los valores normales en más de un 25% en zonas del nordeste de la provincia.
Y si ha habido poca lluvia, también ha faltado nieve. De hecho, a esta fecha la Sierra no luce su imagen habitual de un espeso manto blanco sino que empieza a notarse ya el deshielo en todas las zona y a verse desde la ciudad importantes claros en la montaña, hecho propiciado porque no se ha renovado la nieve con grandes precipitaciones como acostumbra el invierno, principalmente el mes de febrero. Esto hace que haya menos nieve para después derretirse y llenar los pantanos y embalses para la temporada estival.
La falta de nieve ha afectado a todo el país. La reserva nacional de nieve está tan solo en la mitad de la media de los últimos 5 años y no ha alcanzado el 40% de la reserva nacional adquirida el año pasado al término del invierno.
La evolución del volumen del agua en forma de nieve ha caído drásticamente en la última semana de febrero, reduciéndose en más de un 50% en algunas cuencas. En la del Guadalquivir ha caído un 13% desde febrero (17,3 hectómetros cúbicos) hasta el 5 de marzo (15). Una situación que adelantará la falta de nieve esta temporada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario