- “El Ministerio para la Transición Ecológica ha gobernado como si fuésemos a durar hasta 2030”
- “Andalucía tiene que ponerse las pilas en renovables, si no lo harán otras regiones”
José Domínguez Abascal, durante la entrevista, ayer en la sede del Grupo Joly, en Sevilla. / JUAN CARLOS MUÑOZ
En nueve meses, el Ministerio para la Transición Ecológica ha introducido políticas que cambiarán el futuro energético y climático de España. José Dominguez Abascal (Sevilla, 1953) ha jugado un papel protagonista en esa transformación, que analiza en esta entrevista.
–¿Llama la atención que un Gobierno tan temporal como éste, de hecho ya están convocadas elecciones, no tuvo ninguna duda en aplicar cambios muy relevantes?
–Sí. Aisladamente puede llamar la atención. El Gobierno se puso a trabajar como si se tratara de una legislatura. Con el PP estábamos en una etapa de no cambiar el statu quo. España vivía un cierto atasco en la transformación energética y lucha contra el cambio climático. En parelo se dio la circunstancia de que las personas que estamos en el Ministerio, liderado por Teresa Ribera, habíamos estado trabajando antes en estos asuntos.
–¿Ha habido más una hoja de ruta que medidas concretas?
–No. Ha habido las dos cosas. La supresión del impuesto al Sol, y temporalmente también del de generación, en un momento de un precio muy alto de la electricidad; quitar la prohibición del autoconsumo, que antes de que acabe la legislatura saldrá el decreto que desarrolla aquel Real Dereto Ley, para que quede muy claro qué capacidades tiene cada uno en el autoconsumo. Y hemos resuelto de una forma natural un problema como el cierre de las minas de carbón.
–Pero si hay de las dos es porque el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima marca una verdadera hoja de ruta, ¿no?
–Sí. Es el gran elemento que define el proyecto y para diez años, hasta 2030. Nosotros hemos actuado como si fuésemos a gobernar hasta entonces. [sonríe]
–¿Había que poner luces largas?
–Sí, habia que ponerlas. Porque nos lo demandaba la UE. La Eurocámara trazó unos objetivos, sus propias luces largas.
–¿Por qué en víspera electoral?
–No sabíamos cuándo iban a ser las elecciones. Dependía sólo del presidente del Gobierno. Es un plan que teníamos que haber presentado antes del 31 de diciembre de 2018, pero como llevábamos desde julio y el Gobierno anterior estaba muy parado en esto, hemos necesitado unos meses más.
–¿Y qué efectividad tiene?
–Es un borrador de plan, pero está aprobado. Puede ser modificado, pero tenemos la sensación de que los cambios serán muy pocos.
José Domíguez Abascal, secretario de Estado de Energía. |
–Más allá del contexto electoral, tampoco ha habido un gran rechazo de los demás partidos, ¿no?
–No. Y eso es una garantía de continuidad. No tenemos la sensación de que el plan esté en riesgo porque cambie el Gobierno. Y se da por la conciencia ciudadana de que ante el cambio climático hay que actuar ya. Y también la tienen los partidos políticos. Ninguno tiene una actitud negacionista. Una segunda cuestión, muy importante, es que las energías renovables, que son la gran alternativa, se han hecho competitivas. Hoy la forma más barata de encender la luz es el sol, con mucha diferencia. El coste de generar en el Valle del Guadalquivir es casi la mitad que con gas u otro procedimiento. La economía puede acompañar a la transición y eso hace que no sea un problema sino una oportunidad.
–Ha sido muy bien acogido por la industria energética.
–Sí. Hemos sido un Gobierno muy dialogante, en todo. Quizás consciente de su propia debilidad parlamentaria. Eso ha permitido trabajar bien con la industria.
–Han desvalorizado activos de combustible fósil, solicitado cierres de térmicas de carbón e invierten claramente en renovables. ¿Es imparable?
–Sí. El Plan de Energía y Clima es imparable. No va cambiar porque haya otro Gobierno, sea de derechas o de izquierda. Y es viable.
–Si cambia el Gobierno, ¿el matiz puede ser nuclear, dándole más tiempo a esa energía?
–No. Porque las compañías electricas firmaron hace pocos días un protocolo con Enresa con fechas tope de cierre y hace horas han pactado cómo aplicarlo con detalle en las primeras centrales.
–¿El sistema está preparado para cerrar térmicas y nucleares?
–Sí. Primero cerrarán las de carbón. En 2020 nueve de las 14 que hay. A las plantas del carbón las cuentas ya no les salen. Cerrarán todas en pocos años. En España hay 27 centrales de gas, de ciclo combinado, que están infrautilizadas. Si se desconectaran mañana mismo todas las de carbón, no habría un problema de suministro.
–¿Las energéticas conciden en que los ciclos combinados deben ser el backup, pero a la vez reclaman que hay que pagarlo?
–Ambas cosas tienen sentido. El primer backuptiene que ser la hidráulica. Que es renovable y no contaminante. Tanto la de gran almacenamiento como la menor pero reversible con bombeo. Pero, efectivamente, el gas es un buen sistema de backup. Y sí es verdad que en la medida que haya que mantener centrales de gas con muy pocas horas de funcionamiento, para que contaminen poco, la remuneración no podrá ser por cuánta electricidad vende.
–¿Habrá pago por capacidad?
–Sin duda, llegaremos a algún sistema de pago por capacidad.
–Andalucía tiene solicitudes de acceso de generación con renovables por más de 28.000 megavatios. ¿Es suficiente?
–Independientemente del dato concreto, Andalucía tiene que ser muy activa en la implantación de renovables. En España se ha dado un desarrollo mayor de la eólica en el norte que la fotovoltaica y termosolar en el sur. Andalucía se tiene que poner las pilas, si no lo harán otras comunidades con menos calidad en recurso solar.
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